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Diez años sin Jesús del Calvario en Almansa (XI)

«…, es necesario remarcar que previamente a este año, que considero especialmente significativo en su calificación, la presidencia de la Interparroquial, había cambiado. Pedro García Cano, activo y prolífico en proyectos, (recuerdo aquí que fue uno de los promotores de la iniciativa interparroquial, junto con Luis Bonete), abandonó el cargo de presidente, que recayó en las manos de José Luis Martínez del Fresno…»

Javier MACIÁ

Semana Santa 2009: Un año para la historia

Es necesario remarcar que previamente a este año, que considero especialmente significativo en su calificación, la presidencia de la Interparroquial, había cambiado. Pedro García Cano, activo y prolífico en proyectos, (recuerdo aquí que fue uno de los promotores de la iniciativa interparroquial, junto con Luis Bonete), abandonó el cargo de presidente, que recayó en las manos de José Luis Martínez del Fresno.

Por su parte, este último, no era menos fervoroso de la fe, y su capacidad de afrontar retos, se vio rubricada en los logros, como demostraran los hechos durante su mandato. Con gran capacidad de trabajo y asertividad en las negociaciones con las entidades, de la mano de este vecino y desde su amabilidad, la cofradía de la Borriquita sembraría la semilla de lo que hoy es una de las procesiones más visitadas y queridas por el pueblo almanseño.

De igual forma supo enfocar el carácter majestuoso de la revista oficial, propiciando su elaboración desde la participación de todas las entidades y colectivos, dotándola de auténtica presencia relevante por su nuevo formato y diseño.

Y no menos importante, supo escuchar la iniciativa que desde la Hermandad del Calvario se puso encima de la mesa, para organizar en años venideros el Concurso de Pintura Infantil para la Semana Santa.

Decisivo y extremadamente participativo, y aunque en alguna ocasión me confeso que no, sigo pensando que contribuyó con su presencia en las dos hermandades protagonistas, al renacimiento de la Semana Santa, ya que yo mismo desde mi puesto de costalero, lo vi vestido con los dos hábitos.

Una procesión más que deseada, amada

Si bien, tal y como relate en mi última narración, la Asociación de Costaleros Miguel Cuenca no surtió el fruto deseado, ya que no se formalizo finalmente, lo que si fue inevitable es la colaboración de todos y cada uno de los hombres de trono que aparecieron bajo las andas de las imágenes para celebrar las rituales procesiones de la Semana Santa.

Quizás el año 2009 sea la culminación de las inquietudes de Luis Bonete, ya que, durante el Miércoles Santo, saldría a la calle portado por 36 costaleros y en la mañana del viernes santo, el Cristo de la Buena Muerte haría lo propio. Ciertamente, y al margen de la satisfacción que el sempiterno hermano mayor de Medinaceli, pudiera sentir, la Semana Santa almanseña, alcanzaba su renacida mayoría de edad, al completar con esta nueva procesión matinal, el ciclo litúrgico que las grandes ciudades y localidades españolas, en su libre voluntad de manifestarse cristianas, adoptan.

La procesión del viernes santo por la mañana, en la que el Cristo de la Buena Muerte sale a las calles de Almansa, es la gran ilusión, un anhelo de Luis Bonete. Previamente, y como ya expliqué en anteriores relatos, esta imagen salió durante algunos años portada a brazo (modo legionario). Era ahora el momento, una vez que se disponía de trono y hombres suficientes, cuando la idea cobra magnitud y presencia.

Fue la admiración del año religioso. Dos capataces, Ricardo Esteban Milán y Jesús Yáñez, comandando a sus hombres de trono para glorificar la presencia de Cristo, detenido (miércoles santo) y crucificado (viernes santo), recorriendo las calles de un pueblo, henchido de fe y rendido a la evidencia.

Así pues, el calendario de celebraciones quedaba elaborado de la siguiente forma:

  • Presentación del cartel anunciador y revista oficial; como primer acto en los días previos a la festividad.
  • Pregón de Semana Santa.
  • Domingo de Ramos; procesión que organizaba ya la Interparroquial desde su fundación y donde todas las entidades religiosas participaban, se refuerza con la primera participación de “La Borriquita “, nueva cofradía en donde los niños serán protagonistas.
  • Estación penitencial del Miércoles Santo, a cargo de la Cofradía de Medinaceli.
  • Estación penitencial del Jueves Santo, a cargo de la Hermandad del calvario.
  • Estación penitencial del Viernes Santo, a cargo de la Cofradía de Medinaceli. (Salida Cristo de la Buena Muerte).
  • Vía Crucis Interparroquial.
  • Procesión del Santo Entierro (Parroquia de la Asunción)
  • Domingo de Resurrección y procesión del Encuentro, a cargo de la Sociedad de la Virgen y la Sociedad de pastores.

Esta explosión definitiva de los actos de celebración, supuso para muchos fieles, amigos y colaboradores, motivos suficientes para engendrar unos lazos eternos de hermandad y fraternidad. Fueron muchos los que, conociéndose durante esos años, y debido a la reincidente colaboración durante esos días de religiosidad, y por extensión de fe, han establecido vínculos perpetuos o al menos reconocibles dentro de sus vidas.

Baste entender que quienes participábamos de tal suerte, acudíamos a todas las procesiones; nos veíamos en el Domingo de Ramos, repetíamos en el miércoles, para decir un; “hasta mañana, nos vemos en el calvario”, y con el chocolate de la madrugada, saludarnos hasta el alba del viernes con el Cristo de la Buena Muerte. Dejar pasar el Santo Entierro y poder disfrutar de la resurrección del Hijo ante la Patrona, en el encuentro siempre enigmático.

Todo esto y al margen de la cantidad de fe que cada uno disponga, se convierte en la literal demostración de amistad, hermandad y fraternidad en buena voluntad. Quizás ese sea el verdadero espíritu de la Semana Santa hoy, y quizás lo fuera siempre. Pero ese es otro debate y otra reflexión.

 

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PHILIPPE DE VILLIERS, CREADOR DEL “PUY DU FOU”, SOBRE LA CEREMONIA DE APERTURA DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE PARIS 2024: “Hemos registrado ante el mundo entero el suicidio de Francia”.

Hemos registrado ante el mundo entero el suicidio de Francia”.

«…, la ceremonia pretendía ser inclusiva. Sólo excluyó a los últimos mohicanos franceses que permanecen apegados a una historia de Francia visitada, revisitada desde los orígenes por el carisma del cristianismo. Con mi experiencia en presentaciones en vivo, obviamente busqué lo subliminal detrás de las plumas rosas, los chorros de fuego y las redes luminosas de los skytracers. Más allá de los pocos pasajes en los primeros y últimos minutos entre Nadal y Céline Dion, entre los valores del Olimpismo y la evocación de la eterna Piaf, todo fue feo, todo era woke…»

Philippe de VILLIERS. Copyright-2024

La ceremonia pretendía ser inclusiva. Sólo excluyó a los últimos mohicanos franceses que permanecen apegados a una historia de Francia visitada, revisitada desde los orígenes por el carisma del cristianismo. Con mi experiencia en presentaciones en vivo, obviamente busqué lo subliminal detrás de las plumas rosas, los chorros de fuego y las redes luminosas de los skytracers. Más allá de los pocos pasajes en los primeros y últimos minutos entre Nadal y Céline Dion, entre los valores del Olimpismo y la evocación de la eterna Piaf, todo fue feo, todo era woke.

Era desconcertante, loco, deforme, antiestético. Hemos registrado ante el mundo entero el suicidio de Francia, así violada, ofendida, deshonrada. La filigrana que recorrió el tejido del pobre y ofendido Sena, que al final fue el único que salió victorioso, fue la deconstrucción: tomar el pasado y convertirlo en una parodia para hacer reír a los muelles de Boboland. Todo el aparato de burla de los símbolos estaba allí: el Becerro de Oro frente a Macron, el pastiche de la Última Cena con las drag queens que se deleitan alrededor de una Eucaristía cristiana –un Jesús woke– que profanan el famoso cuadro de la Última Cena, fundadora de una civilización.

 

De hecho, desde la primera escena en el Estadio de Francia, ya todo está dicho por Jamel Debbouze, quien, con un toque de ironía casual, llama a Zidane “Jesucristo”. La burla está a la orden del día. De este apóstrofe entendemos que el cristianismo será caro. Mahoma está tranquilo por la noche. Sin ofender, sin alusión. “Respeto”, como dicen los jóvenes. Sólo hay blasfemia y sacrilegio en la forma cristianofóbica. Y luego, hubo esta sangrienta evocación del Terror, cuando una diva inició la famosa canción de los sans-culottes que envió a los disidentes de la época a la guillotina. Frente a una Conciergerie incendiada por un flashback vengativo, se nos muestra a María Antonieta llevando su cabeza decapitada, chorreando entre sus manos. Esta visión melenchonista comparte con el mundo entero que en Francia, hoy, se legítima la pena de muerte cuando de trata de hacer «una Samuel Paty» a cualquiera que se oponga a la historia. Lo único que faltaba era el subtítulo de Carrier: “Como principio de humanidad, quería purgar la tierra de la libertad de estos monstruos”. ¿Dónde estaba el alma de la grandeza de Francia?”.Fue una velada donde la sangre corrió por el Sena, donde lo vengativo se mezcló con lo festivo. ¡Ahhh, lo festivo! Fue el Amor e incluso la promoción del Poliamor –el amor de tres–, con una cima estética superior al Discobole: Philippe Katerine, vestido de Adán, de piel azul, retratado como un bufón decadente, desplomado bajo un puente, en una bacanal atmósfera.

Hubo terror jubiloso, pero también orgía generosa: la ambigüedad del trío, hombres con vestidos y tacones altos. A veces los niños miran… ¿Dónde estaba el alma de la grandeza de Francia? Vimos surgir diez estatuas de mujeres. Sólo faltaba la patrona de París, Santa Genoveva. Atila se opuso a ello en el Consejo de París. Victoria póstuma. Tampoco estuvo Juana de Arco, retenida en Rouen por el nuevo obispo Cauchon, el profesor Patrick Boucheron, que prefiere las voces de Lady Gaga.

Por otro lado, estaba Aya Nakamura, que hizo cantar a Djadja a esta pobre Guardia Republicana que se contorsionaba en un baile grotesco para celebrar la lluvia que caía a grandes gotas. Al final de toda esta escenografía sin más alivio que la provocación, vimos cómo las mentes aproximadas pueden sacrificarse a la primacía de la técnica, con este autómata equinoideo de acero plástico que avanzaba sobre dos carrozas demasiado visibles: sin duda el producto escénico de una oficina de diseño a la que hicimos un pedido demasiado rápido. En todo esto, la emoción, la emoción real, estaba ausente. Faltaba la estética. El Sena agitaba las mareas de horror y falta de elegancia, entre las estrellas sin decoración. Estábamos aburridos.

Por mi parte, no me sorprendió. Porque el equipo artístico había anunciado el color en el periódico Le Monde: “Definitivamente no queremos una reconstrucción como la del Puy du Fou. Queremos hacer lo contrario. Especialmente no una historia viril, heroica y providencial. Queremos que el desorden y todo se mezclen”.
Gracias a ellos, cumplieron su promesa. Mis ojos estaban húmedos. No era piel de gallina, sino rabia. Estaba mirando los aguaceros. El cielo de París derramó lágrimas de tristeza por esta pantomima. Llovió en mi corazón como llovió sobre la ciudad: París humillada, París manchada, París martirizada, pero pronto, secretamente esperamos, París liberada.

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Diez años sin Jesús del Calvario en Almansa (X)

«…, la Asociación de Costaleros “Miguel Cuenca”, lamentablemente, pasó a la historia antes de nacer.  Fue una iniciativa que quien suscribe presentó en toda regla, a los costaleros almanseños y a los dos hermanos mayores de las hermandades, y cuya finalidad era agrupar a los voluntarios para perpetuar la tradición de portar las imágenes de Semana Santa a hombros, independientemente de la devoción que cada uno de ellos profesara. En definitiva, sentar una colaboración fraternal por el bien de la organización de estas manifestaciones religiosas..

Javier MACIÁ. Copyright-2024

La Asociación de Costaleros “Miguel Cuenca”, lamentablemente, pasó a la historia antes de nacer.  Fue una iniciativa que quien suscribe presentó en toda regla, a los costaleros almanseños y a los dos hermanos mayores de las hermandades, y cuya finalidad era agrupar a los voluntarios para perpetuar la tradición de portar las imágenes de Semana Santa a hombros, independientemente de la devoción que cada uno de ellos profesara. En definitiva, sentar una colaboración fraternal por el bien de la organización de estas manifestaciones religiosas.

El nombre se debe a un intento de homenajear a Miguel Cuenca, que formó parte desde el principio de la cuadrilla de costaleros, que allá por el año 1993 se iniciaron en la tarea de portar a Jesús del Calvario, y que no recuerdo bien la fecha, falleció en esos años (2006-07), casi convulsos para la Hermandad del Calvario, pues afrontaba una nueva ejecutiva y una reducción de hermanos.

El que firma estas letras y resto de postulantes en favor de esta asociación, llegaron a realizar dos reuniones en el año 2007. En una primera, que tiene fecha 16 de junio, se presentó la declaración de intenciones y se propuso la Junta Gestora, que aprobaría la denominación. La segunda convocatoria se trasladó al mes de septiembre, dejando pasar el verano para afrontar el nuevo curso desde el día 21, en que se reunirían para presentar nuevos candidatos a socios, redactar estatutos y reglamento, y tramitar el alta legal de la asociación.

Después de aquellas dos asambleas ilusionantes, especialmente para mí, nada más se supo, quizás faltó perseverancia o disposición, o los acontecimientos que se sucederían a posteriori restaron iniciativa en algunos de nosotros. Como quiera que fuese, lo que me parece vital es intentar explicar el fundamento de esta propuesta de asociación, y para ello hay que analizar la coyuntura en cuanto a la organización y realización de las estaciones penitenciales del momento.

Primero hay que recordar el establishment o jerarquía de poder que la Semana Santa presentaba: En primer orden la nueva Agrupación Interparroquial tenía como presidente a Pedro García Cano, a la sazón, Vice Hermano Mayor de la Archicofradía de Medinaceli y se atesoraba así la predisposición de intenciones de voto. En segundo término, Ángel Infantes, se estrenaba en estos menesteres como Hermano Mayor del Calvario, y a pesar de sus reticencias por el nuevo organismo regulador y condescendencia con el devenir del momento, siempre se prestó a la buena colaboración por el bien de la Semana Santa almanseña. En tercer lugar y con un protagonismo ascendente, Luis Bonete Piqueras, Hermano Mayor de la Archicofradía de Medinaceli, puesto que mostraba inquietudes, ganas de trabajar y apostaba por el constante evolucionismo de ampliación de las manifestaciones cristianas en las calles. En último término, y no con menos importancia, ya que, hasta el resurgimiento de las procesiones, habían sido los verdaderos protagonistas de esta celebración popular, debemos citar a: Horacio Valiente, que delegaba su representatividad de la Sociedad de Pastores, pero se mantenía en la presidencia y Pascual Ruano, que había sucedido a Isabel Ferrero en el cargo de presidencia de la Sociedad de la Virgen, y hacía lo propio por esta entidad.

Con esto sobre el tapete del análisis, ahora voy a desmembrar las estaciones penitenciales: El Jueves Santo (Calvario) mantenía sus propuestas. Sin embargo, desde la cofradía de Medinaceli, y aprovechando la inclusión del nuevo trono para cuarenta hombres (nuca se pudo salir con ese numerario, pero si con 36) y de la mano de Luis Bonete como máximo representante, se apuesta por retirar la salida del Cristo de la Buena Muerte durante el Miércoles Santo, para instaurar una nueva salida procesional, en la que esta imagen seria protagonista durante la mañana del viernes, en el amanecer.

Así que, cuando Medinaceli consigue aprobar reglamentariamente su nueva procesión, nace la necesidad de aportar costaleros para que el Cristo de la Buena Muerte salga a las calles de Almansa en procesión, durante la mañana del Viernes Santo entronado en las nuevas andas y a hombros de 36 portadores.

Esta necesidad es la que la Asociación de Costaleros “Miguel Cuenca” debía cubrir, ya que, estaría formada por voluntarios hombres de ambas cofradías y demás colectivos cristianos de la ciudad y público en general. Tal era su fundamento, y así quedó reflejado en la declaración de intenciones y las reuniones fundacionales mencionadas, y de las que conservo manuscritos y actas del momento, pero que como dije al principio, lamentablemente nunca vieron la luz.

Nunca llevé la propuesta a la Agrupación Interparroquial, pues era preventivo tener constancia de que sería posible constituirla. Pero si quise implicar a las dos cofradías protagonistas. La respuesta de Ángel Infantes, fue abstencionista, rehusando participar de la iniciativa, no así de su capataz Jesús Yáñez. Por el contrario, Luis Bonete se mostró interesado y Ricardo Esteban Milán, capataz de Medinaceli también.

Mientras todo esto sucedía, nuevas ideas surgían entre los colaboradores. La idea una revista oficial iba tomando forma, la alternancia en la elección del pregonero era efectiva. Se oían ya rumores de la creación de una nueva Hermandad dedicada a la captación infantil desde la procesión del Domingo de Ramos, en la que, la presencia de niños/as sacramentados en la primera comunión era más que relevante y se vislumbró por vez primera, la intención de homenajear al Cristo de la Buena Muerte de Belén. Pero eso son relatos venideros.

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VIRGEN DE BELÉN. Almansa, seis de mayo 2024

VIRGEN DE BELÉN

«…, un año más, nos damos cita en este templo parroquial de Almansa para celebrar esta solemnidad eucarística de las fiestas en honor a la Virgen de Belén, recordando una batalla histórica en la cual, Ella, la Virgen de Belén, tuvo un papel muy importante y que a través de la historia y las tradiciones volvéis a recordar y rememorar…»

Almansa, seis de mayo 2024

Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción

Homilía predicada en el día de la festividad de la Virgen de Belén, Patrona de Almansa

Mons. Ángel FERNÁNDEZ COLLADO. Obispo Emérito Diócesis de Albacete

Un año más, nos damos cita en este templo parroquial de Almansa para celebrar esta solemnidad eucarística de las fiestas en honor a la Virgen de Belén, recordando una batalla histórica en la cual, Ella, la Virgen de Belén, tuvo un papel muy importante y que a través de la historia y las tradiciones volvéis a recordar y rememorar.

Os saludo con afecto y estima a todos los que estáis aquí presentes: sacerdotes, diácono y acólitos; al coro, a la Sra. alcaldesa y Corporación Municipal, a los festeros y festeras, al presidente de la Asociación de la Virgen de Belén, a los miembros de la gestora de la Asociación de Pastores de la Virgen de Belén, al jefe de la Policía Local, al cuerpo de la Guardia Civil, y a todas las demás autoridades presentes. A todos, en general, mi saludo colmado de afecto y estima.

Cuando celebramos una fiesta mariana, podemos preguntarnos: ¿porqué nosotros católicos, tenemos tan grande devoción por María?. La respuesta es, porque la Iglesia Católica quiere proclamar la plenitud del evangelio sobre la salvación.

En la primera carta de San Pablo a los Corintios, leemos: “…, como todos mueren por Adán, todos recobrarán la vida por Cristo…” (ICor.15,22). Si, a causa del pecado de Adán  llegó la muerte, gracias a Cristo y su cruz llegó la salvación. Por esta razón le llamamos el nuevo Adán. Pero la historia del primer pecado no es solo la historia de Adán, es también de Eva.

Si Jesús es el nuevo Adán, ¿Quién es la nueva Eva?. La Virgen María, madre de Jesús, ella es la nueva Eva. Si la historia completa del pecado incluye a Adán y Eva, así la historia de la redención incluye al nuevo Adán y a la nueva Eva. No se puede proclamar la historia completa de la redención sin la nueva Eva: María.

Podemos encontrar en la Sagrada Escritura muchos paralelos entre el viejo Adán y Eva, por una parte y por otra parte, entre Jesús y María. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento, Eva salió de la costilla de Adán. En el libro del Génesis leemos: “…, Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sueño, y (….) le sacó una costilla y llenó de carne el sitio vacío…” (Gen 2,21), pero en el Nuevo Testamento, Jesús nació de la Virgen María, Jesús tomó carne de una mujer, su Madre. En el Antiguo Testamento, fue la primera en desobedecer e introducir a Adán en el pecado; en el Nuevo Testamento, fue la Mujer, María, la primera en obedecer. Ella ha dicho “sí” al Arcángel Gabriel.

En el momento de la pasión de Cristo todos lo abandonan, pero Ella no lo abandonó. María se quedó con su hijo. Una mujer que ama, pero también una mujer fuerte. “…, Junto a la cruz de Jesús estaban su madre…,” podemos leer en el Evangelio.

Puede ser que en el momento de la pasión de su hijo, recordara las palabras del ángel sobre su hijo en la Anunciación: “…, será grande, llevará el título de Hijo del Altísimo; el señor Dios le dará el trono de David, su padre, para que reine sobre la casa de Jacob por siempre, y su reino no tenga fin…” (Luc 1, 32-33). María vio a su hijo en agonía en la madera de la cruz; su hijo está en la cruz, un trono para los esclavos. La muerte de la cruz, en realidad, fue reservada sobre todo a los esclavos.

También nos dice el Evangelio: “…, Jesús viendo a su madre y al lado al discípulo amado, dice a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo…”. Después dice al discípulo: “…, ahí tienes a tu madre…”. A primera vista, parece que Jesús está simplemente cumpliendo con el deber filial del cuarto mandamiento, es decir, hallar acomodo y seguridad para una madre viuda que va a quedarse sola. Pero, más allá de esta lectura, hay un dato que nos inclina a otra interpretación. Por ejemplo, si Cristo solo hubiera querido dejar a su madre en el cuidado de san Juan, lo natural sería primeramente dirigirse a él, y no a Ella, como consta en el texto. Además, ¿Por qué comienza llamándola “mujer” y no “madre”?. Sin duda porque la vocación maternal de María no se refiere aquí a Jesús, sino que se hace extensiva a todos a quienes en el discípulo amado estamos representados.

Todo indica que aquí se proclama la maternidad espiritual de María sobre los cristianos. Ella es nuestra madre; madre de todos los discípulos de su Hijo. María tiene muchos títulos; es suficiente recordar las letanías lauretanas, llenas de bellas advocaciones, pero más bella y más importante es ser la Madre de Dios, y nuestra Madre.

Amar a María como nuestra madre, supone sentirnos unidos en la gran familia que es la Iglesia. Llamar madre a María nos remite necesariamente al gran momento en que Cristo entregó la vida por nosotros en la madera de la cruz. Invocar a María como madre nuestra es más que un puro recurso sentimental, supone sentirse unidos como hermanos en la cruz de Cristo; supone ayudarnos a llevar mutuamente las cargas y las cruces; supone tener las fuerzas de liberarnos de nuestras esclavitudes.

Es Ella la que nos repite siempre: “…, haced lo que Él os diga…,” (Jn 2-5). Ella no solo dice sino que también fue la primera discípula de su hijo, y nos muestra como ser buena cristiana o buen cristiano.

Si queremos renovar nuestra fe y nuestro compromiso con Jesucristo, María puede ayudarnos, no solamente a través de su intercesión, sino a través de su ejemplo.

Hoy queremos encontrarnos con María, Virgen de Belén; con nuestra Madre. Si recurrimos confiados a Ella, nos va a decir qué debemos de hacer y sentiremos su amor por nosotros. Pidamos a la Virgen de Belén que nos ayude a liberarnos de todo aquello, que no nos permite sentir el amor de Dios en nuestras vidas cada día.

A Ella le decimos con versos del poeta: “…, Virgen y Madre, consuelo nuestro, haznos encontrar el buen camino. Yo soy hombre, soy hijo vuestro. Tu eres la estrella, yo el peregrino. Tú iluminarás siempre mi camino…”.

Que así sea.

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Diez años sin Jesús del Calvario en Almansa (IX)

«…, la influencia reguladora de la Agrupación Interparroquial para la Semana Santa de Almansa, se hizo relevante desde el mismo instante de su creación hasta nuestros días…»

Javier MACIÁ. Copyright

La influencia reguladora de la Agrupación Interparroquial para la Semana Santa de Almansa, se hizo relevante desde el mismo instante de su creación hasta nuestros días.

Era evidente que la llegada de Medinaceli al escenario procesional suscitaba controversia en el Calvario. Afirmo esto porque los comentarios de algunos miembros y compañeros de carga de la Hermandad del Jueves Santo, resultaban agoreros y premonitorios. Frases como; “esto va a liquidar la Semana Santa…”, o indicaciones como “entre unos y otros la casa sin barrer” e incluso adjetivos peyorativos, que aludían al afán simplista de protagonismo, mencionando orondas partes del vientre, inundaban las tertulias tras las reuniones, asambleas y ensayos. En definitiva, y a mi postrero juicio, la necesidad de regular estos debates quedo escrita con la acción decisoria de la Interparroquial.

¿Qué debates? ¿Qué decisiones? La Semana Santa almanseña adquiere velocidad de crucero desde el momento en que Medinaceli se refunda. Aparecen nuevas ideas, intenciones de promoción, actividad plausible y dinámica, conceptos estos que redundaron sin duda en la proliferación de encuentros polémicos, no por ello desagradables, pero también otros, más controvertidos y ásperos.

Uno de los eventos que ya había quedado instaurado años antes de la refundación de Medinaceli era el Pregón de Semana Santa. Hasta esa fecha, la Hermandad del Calvario fue la encargada de proponer la figura del pregonero, buscando siempre por el interés del acto, la mejor opción entre personajes públicos relevantes, para cautivar al público en general y a los fieles en particular.

Así que, cuando las hermandades y demás entidades religiosas se sientan por primera vez, en la mesa de la Interparroquial para atacar la organización de este insigne acto, en toda lógica, Medinaceli lanza sus propuestas

La elección del pregonero seria uno de estos debates amigables en los que la paz y la concordia harían acto de presencia, pero indudablemente restaban protagonismo -y esto ya es opinión- a la Hermandad del Calvario y sus dirigentes del momento.

Esto se acentuaba cuando la Archicofradía de Medinaceli decide abordar la promoción de su Estación Penitencial con la elaboración de ilustraciones en folletos trípticos, o el anuncio de “su pregonero”, sembrando así el germen de lo que poco tiempo después, sería la revista oficial de la Semana Santa almanseña.

No menos importante en esas fechas es la decisión de Medinaceli respecto de la forma de portar al Titular de la Cofradía, durante la procesión. La pretensión de la Junta de Gobierno, capitaneada por Luis Bonete, era conseguir un trono para 40 hombres, elegir un capataz y procesionar al más puro estilo castellano. Por entonces yo procesionaba, como narre anteriormente, con el Cristo de la Buena Muerte, al estilo legionario y dirigidos por Ricardo Milán.

En una convocatoria especial, que recuerdo se celebró en la tradicional cafetería La Teja, el capataz nos comunica que dejamos de procesionar cual legionarios, para intentar el proyecto que la Junta de Gobierno tenía en ciernes.

¡¡¡¡Cuarenta hombres!!!! ¿de dónde sacara el capataz tal colaboración? Ricardo, al que hice mención en narrativas anteriores, tenía buenísimas relaciones como festero de pro (Templario) y era costalero en la Hermandad del Calvario, a la sazón de quien escribe. Por otra parte -supongo- que Luis Bonete expondría en la mesa de debate de la Interparroquial sus intenciones, y pediría colaboración al resto de entidades. Así que en la lógica más aplastante la polémica estaba servida.

Si los fieles eran pocos- desgraciadamente en la actualidad somos menos- en mi opinión, que Ricardo Milán pidiera colaboración a sus compañeros costaleros para el trono de Medinaceli no debió sentar nada bien, ni a Francisco Arques, por entonces hermano Mayor del Calvario, ni a su Junta de Gobierno.

Corresponde a los protagonistas, si llegan a leer este escrito y alguno de los anteriores de esta crónica, rebatir, argumentar, o contraponer hechos al respecto de mi narración que está realizada desde la experiencia y desde las informaciones recibidas. Pero al margen de esta aclaración, lo cierto es que cuando Medinaceli trasladó el nuevo trono desde Hellín, hasta su sede en el Convento de la PP Franciscanos, los hombres de trono estaban dispuestos y eran provenientes de las fiestas de Almansa, de los costaleros del Calvario y algún que otro voluntario y devoto de la propia cofradía.

En este escenario, que se desarrolla en la primera mitad de la recién estrenada década del nuevo milenio, quedaba patente que, sentadas todas las entidades religiosas en la mesa de la Interparrroquial, Medinaceli parecía tomar el testigo de la Hermandad del Calvario, para ser la “voz cantante” dentro de la organización religiosa.

Esto en mi opinión es lo que provoca una crisis en la Junta de Gobierno de la Hermandad del Calvario y que redundara en la renuncia de varios miembros, que, tras debates y elecciones, designaran a Ángel Infantes, hasta ese momento Capataz del Paso de Cristo, como Hermano Mayor y a Jesús Yáñez, como Capataz. En ese momento mi participación e implicación se ve reforzada, pues tras doce años como costalero en esta hermandad, se me nombra segundo capataz del paso de Jesús del Calvario.

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