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GIBA garantiza su solvencia ante la Junta con dos avales bancarios por 100 millones.

Se confirma extinguida la compra de Intermarché y se apuesta por la adquisición de suelo para la OEM y el gran parque de proveedores.

l.b./ almansa

GIBA. Comprobando los planosTaiane Santos da Cruz, apoderada de GIBA Real Estate SLU, ha remitido una carta a Juan Antonio Gómez Ruiz, consejero delegado y presidente de Inver-CLM y Sodicaman en la que le solicita el «apoyo explícito» a través del «organismo que se considere oportuno» a la implantación de una de las OME, y parque de proveedores del Giba New Concept Mobility en la ciudad de Almansa.
La señora Santos da Cruz indica en el escrito dirigido a la Junta al que ha tenido acceso La Tribuna de Albacete que, «una vez que es público y notorio que la opción Intermarché se ha extinguido, por más documentación que facilitemos, nunca será suficiente, nunca será suficiente si no se tienen en cuenta la valoración del impacto político-económico-social del proyecto», señala.
Desde GIBA Real Estate SLU, se afirma que, «de cara a solucionar definitivamente la actual situación, «el fondo de inversión de nuestra matriz ha colocado a disposición de la cien por cien española Giba Real Estate SLU, entre otros instrumentos financieros: dos avales bancarios de 50 millones de euros cada uno, emitidos por por entidades bancarias de primer nivel como son Barclays y Commerzbank, con el objeto -asegura Taiane Santos- que se disipe cualquier problema a la hora de realizar el análisis y evaluación de los riesgos que pueda asumir el Gobierno Regional», manifiesta.
El nuevo planteamiento de la empresa reseña que una vez extinguida la compra de la base de Intermerché «es evidente que necesitamos adquirir suelo industrial para implantar nuestra OEM».
Giba propone a la Junta que, «contra la recepción de un primer aval bancario por 50 millones de euros (emtido por Barclays o Commerzbank) y una vez verificado la autenticidad del mismo, por parte del organismo regional competente se procederá a abrir simultáneamente, una línea de crédito por el mismo importe, siendo beneficiario del mismo Giba Real Estate SLU. El vencimiento sería a un año, con posibilidad de renovación a cinco; con intereses de mercado e iguales que a las demás empresas del sector». GIBA apurará las gestiones hasta el 31 de enero.

(fuente: La Tribuna de Albacete)

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El polígono y su IV fase ofrecen un suelo industrial muy competitivo.

Ya está finalizada la adecuación de toda la superficie a disposición de las empresas.

Está en marcha un plan de trabajo en combinación con la empresa Iberdrola, para la acometida de la energía eléctrica necesaria destinada a las primeras empresas en llegar.

luis bonete / almansa

Obras electrificación de la IV fase del Polígono IndustrialPedro García y Javier Bueno, director comercial y presidente de Sapres (empresa pública que promueve, gestiona y vende el suelo industrial finalista en Almansa), respectivamente, han confirmado la efectiva «operatividad» de una buena parte de los terrenos que se ubican en la IV fase del Polígono Industrial EL Mugrón
Una vez han quedado completamente superadas las dificultades existentes de financiación gracias a la colaboración de la entidad financiera Golbalcaja, los directivos de Sapres se encuentran inmersos en sacar adelante el calendario de actividades orientadas a dar a conocer la oferta de suelo industrial al conjunto de las empresas interesadas», explicó Pedro García. El polígono industrial El Mugrón, en su IV fase, es idóneo para la instalación de empresas de producción, almacenaje, logística, etc. Cuenta, además con una zona dedicada a la dotación de ocio, donde pueden asentarse empresas de entretenimiento y/o comerciales. «En estos momentos -subraya García- la cuarta fase del polígono industrial está ya a la venta, con más de 180.000 metros cuadrados de parcelas completamente equipadas y urbanizadas».

proximidad. «El polígono almanseño -informa Pedro García (gerente comercial de Sapres)- está situado muy próximo a la ciudad y perfectamente comunicado con ella; se encuentra completamente urbanizado y dispone de parcelas de todos los tamaños y superficies, que se pueden adaptar a cualquier necesidad empresarial». Además, el polígono cuenta con naves nido a la venta y en alquiler, y naves industriales de mayor tamaño perfectamente dotadas, también en venta o alquiler, asegura García.
Pedro García destacó que, «lo que es propiamente el polígono se encuentra totalmente finalizado, y el objetivo inmediato es la intensificiación de la promoción del mismo y el contacto con todo tipo de empresas para hacerles ver la bondad de poderse instalar en un suelo ubicado en una situación gesográfica privilegiada, a unos precios muy competitivos».

medidas. En estos momentos, desde Sapres Almansa, y con el total apoyo de la Corporación, se han introducido un paquete de medidas orientadas a la dinamización de la promoción del suelo industrial del polígono.
«Así mismo- señala García- y englobado en ese paquete, concretamente, hemos diseñado un buen número de medidas de un marcado acento económico que nos sirva para hacer Almansa más atractiva, y de esa forma poder competir con garantías con otras ciudades y zonas que ofertan suelo industrial». La III fase del polígono industrial El Mugrón, está vendida y ocupada en su totalidad, «es por ello que todos los esfuerzos se van a encaminar en poner a disposición de las empresas un suelo industrial de calidad», dijo.

Se buscan nuevos sectores industriales.

La cuarta fase del polígono cuenta con una extensión total que alcanza los 180.000 metros cuadrados, y está dividido en 12 manzanas que a su vez se dividen en varias parcelas dependiendo de las necesidades.
De los 180.000 metros cuadrados de la cuarta fase, un total de 151.000 metros están dedicados exclusivamente a uso industrial, y el resto hasta completar toda la superficie, se dedican a equipamientos, equipamiento comercial y uso terciario.
A la hora de iniciar la promoción de los terrenos industriales, la dirección comercial y la gerencia de Sapres, en representación del consejo, han decidido centrar sus esfuerzos en sectores industriales a través de los cuales está entrando mucha inversión extranjera: industria farmaceútica, automóvil, aeronáutica, logistica y biotecnología.

(fuente: La Tribuna de Albacete).

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Chernobyl, Hiroshima, Auschwitz… bienvenidos al turismo negro

Visitar los campos radiactivos de Chernobyl? ¿Dormir en una cárcel soviética con gritos, amenazas y algún porrazo? Sí, es el nuevo sector en alza: el turismo negro

  • ENRIC GONZÁLEZ

14525114942414L’Hotel Pripyat exhibe muy buenas críticas en TripAdvisor. Es valorado como excelente. Se trata de un barracón prefabricado en el que se comparte retrete, la decoración es modestamente soviética y se respira un vago aroma a orina y cloro en todas las dependencias. ¿Qué más se puede pedir? A juicio de la clientela, a las ventajas del alojamiento se une el hecho de que el Pripyat goza de una ubicación perfecta y una tranquilidad garantizada. Indudablemente, se trata de un establecimiento muy apreciado por cierto tipo de turistas. Es el mejor hotel deChernobyl. También es el único hotel de Chernobyl. Entre sus atractivos adicionales destaca la prohibición de abrir las ventanas, por el asunto de la radiactividad. ¿Se les ocurre un mejor plan para un fin de semana?

Estas cosas están de moda. Hay gente que se gasta un buen dinero para acercarse al reactor que sufrió el peor accidente nuclear de la historia, equivalente a la explosión de más de mil bombas atómicas como la de Hiroshima, y echarse, siempre es una opción, un selfie graciosete. No se permite estar ahí, a la intemperie radiactiva, más de diez minutos, pero ese ratito sobra para cumplir con la heroicidad y vivir la intensa experiencia que luego se contará al cuñado.

La gente del PAPEL me pidió un articulillo sobre el fenómeno del turismo negro, o el turismo macabro, o el turismo de la desolación (la industria aún no ha consensuado un nombre para esta actividad en alza) y he dedicado meses a reflexionar sobre ello. Sí, amigos, no estaba perdiendo el tiempo, como creen mis jefes, sino reflexionando. Y he llegado a la conclusión de que este turismo que busca tragedias y desastres no tiene nada de nuevo. Lo relativamente nuevo sería lo otro, lo de la foto haciendo el capullo ante la torre inclinada de Pisa.

Permitan que me explique. La palabra turismo viene del Grand Tour que hacia finales del siglo XVI empezaron a realizar los jóvenes aristócratas británicos. Querían, antes de dedicarse a ejercer su trabajo como terratenientes o tiburones de las finanzas, conocer de primera mano el arte renacentista italiano, la belleza de París, las ruinas de Pompeya, la luz mediterránea y, en general, los faros de la cultura de Occidente. Con el tiempo se sumaron al rito del Grand Tour los nobles de otros países europeos, aunque no los españoles, que lo tuvieron prohibido hasta bien entrado el siglo XVIII: Felipe II consideró que eso de andar por ahí descubriendo cosas ajenas no podía ser bueno para la salud moral de la mejor juventud española. Cosas que pasan.

No se crean que el Grand Tour consistía en galoparse tres países en una mañana, comprar cuatro souvenirs cutres y cenar bazofia carísima en un mesón típico. El viaje duraba meses, el souvenir consistía en un cuadro de Canaletto (no una lámina: el cuadro) o una estatua griega y en lugar de visitar una casa-museo se visitaba la casa con el inquilino original. Mientras vivió en Ginebra, Voltaire tuvo a bien recibir en su domicilio a los jóvenes participantes en el Grand Tour.

Antes de eso, sin embargo, ya existía el turismo. Se llamaba peregrinación. Lo inauguró Elena, la madre del emperador Constantino, con su célebre viaje a Jerusalén en el siglo V. La ruta de Elena no ha dejado de practicarse y sigue manteniendo un gran éxito. Consiste en pasear por los lugares donde un hombre fue torturado y crucificado; los más esforzados reviven el via crucis con la mayor fidelidad posible, se ponen una corona de espinas y cargan con una cruz de tamaño variable: cuanto más grande, más caro es el alquiler y más realista es la experiencia. Las comitivas de fieles mexicanos suelen ser emocionantes y a la vez amenas, porque los acompañantes jalean al Nazareno con gritos de «ándele, ándele» e imprecaciones muy graciosas.

Morbo trágico. Eso, se mire como se mire, es turismo negro. Su impacto espiritual puede compararse al que experimentan los visitantes de Auschwitz. El morbo de la tragedia siempre ha interesado a la gente, sea en forma de cadáveres carbonizados en Pompeya, en forma de osario (pocos van a la basílica parisina de Saint Denis a contemplar arcos de media punta: lo atractivo son los huesos de los reyes), en forma de altar maya para los sacrificios humanos o en forma de ruina, mejor cuando causada por una pavorosa erupción volcánica o un terremoto.

No cabe extrañarse, pues, de que la industria turística moderna haga lo posible por ampliar las opciones disponibles. ¿Quiere usted sentir un poco de lo que fue el genocidio ruandés? Ningún problema, en Ruanda se han dispuesto lugares para ello, con restos humanos y ropas ensangrentadas, todo original y auténtico.¿Quiere sentir lo mal que lo pasaban los presos en las cárceles soviéticas?Adelante, el antiguo penal de Karosta, en Letonia, ofrece una pernoctación con todo incluido: gritos, amenazas, humedad y tal vez, propina mediante, algún buen porrazo. ¿La cárcel de Mandela? ¿Alcatraz? ¿El túnel gracias al que sobrevivía la Sarajevo sitiada? ¿Los restos del gran tsunami asiático de 2004? Todo está a nuestro alcance.

Es muy posible que haya aún grandes ámbitos por explorar y explotar en el género del turismo negro. En la época de la inmediatez, lo suyo debería consistir en poder contemplar las tragedias en vivo y en directo, con todo el vigor de las experiencias auténticas. Ya se da algún caso. Hace pocos años, durante la primavera de 2011,la plaza Tahrir de El Cairo se convirtió en el foco de lo que entonces se llamaba revoluciones árabes. El presidente Hosni Mubarak ya había caído y el islamismo se había adueñado de la plaza. Les aseguro que el lugar era poco recomendable. Una mañana especialmente crispada (batalla campal, intervención de la policía, disparos, más batalla campal, etcétera) encontré, por los aledaños de Tahrir, a una joven parejita madrileña. Sonreían casi extasiados ante el espectáculo: creían tener la historia ante sus ojos. «Hemos venido a ver cómo es una revolución», me dijeron. No volví a saber de ellos. Algún susto debieron acabar llevándose, supongo. Pero esos dos chavales eran pioneros del siguiente escalón del turismo: no espere a que los rescoldos se enfríen, contemple las calamidades humanas con sus propios ojos y mientras se desarrollan.

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Iñaki, en su hora

  • LORENZO SILVA

14523798781433Yo, que tantos hombres he sido, me veo ahora siendo aquel que a nadie le gustaría ser. Así, parafraseando el lamento que Borges le imaginó a un poético Heráclito, podría expresarse, si alguien quisiera prestarle atención, el exjugador de balonmano, el exdeportista olímpico, el exalumno de empresariales y de ESADE, el exejecutivo de una entidad sin ánimo de lucro, el exconseguidor, el ex yerno modelo, el excuñado, el exduque (de Palma y emPalmado) y en estos momentos inminente ocupante, durante varios meses, de un lugar en el banquillo de los acusados ante la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca.

Qué contraste, tan abrupto como cruel, con los tiempos en los que todo parecía sonreírle. Los de los éxitos deportivos y la juventud magnética y dicharachera que lo hacía popular a los ojos de todos los que se cruzaban con él. Los del acceso, por vía de infanta, al reservado espacio de los elegidos, esos que en su sitio de preeminencia esperan a que sean otros los que desfilen para estrecharles la mano y doblar la cerviz (ellos) o perpetrar una precipitada y a menudo torpe genuflexión (ellas). Aquellos años de ser el centro de la reunión, con prodigalidad de honores, agasajos y escoltas, que en teoría velan por la seguridad pero a la postre te llevan de aquí para allá en una burbuja de atención que te salvaguarda del roce con los demás mortales. De las mil y una servidumbres, de los frecuentes e incómodos peajes que a uno le incumben por el mero hecho de vivir en sociedad.

Todo eso (salvo una escolta residual que vela más por su esposa) voló; con el cariño, la gloria, el ducado y la riqueza acumulada al calor de aquellos hados propicios que hoy sólo son sombras en su memoria. En la hora de su caída, Iñaki, en otro tiempo don Iñaki, está solo y ni siquiera se le concede el derecho de ser el protagonista de su propio descalabro, aunque sean nada menos que diecinueve y medio los años de prisión que le pide el fiscal. En el trance de su enjuiciamiento acude como comparsa de aquella a la que debió buena parte de su fortuna pretérita y ahora debe su manutención diaria: la hermana e hija de rey que teniendo muchas menos, acaso muy pocas probabilidades de resultar condenada a una pena que en todo caso sería muy inferior, es el centro, la estrella absoluta e indiscutible de esta segunda parte tenebrosa del cuento. A ella apuntarán todos los fotógrafos, de lo que a ella le suceda se ocuparán con preferencia todos los cronistas; con su alivio, si sale absuelta, o su condena, si los jueces no le son benignos, se escribirán los titulares.

Dicen que el exduque acude resignado a un juicio del que se ve con muy pocas posibilidades de no salir despachado a un centro penitenciario, aunque pueda concedérsele la prórroga del tiempo que tarde en resolverse el recurso que se presentará con toda seguridad contra la sentencia. Dicen que en su mente, atormentada por el infortunio, ya se ve como algo más que ese acusado algo borroso al lado de la infanta: como el interno al que, esta vez sí, se le dará el derecho de representar el papel central del drama que suceda en la celda que le adjudiquen.

Llega la hora de su juicio y ni siquiera lo suyo, así sea como consorte, se halla en el epicentro de la actualidad. Esa Cataluña que acogió sus días dorados, como una especie de signo de lo funesto de los tiempos, emprende el mismo día que a él van a empezar a juzgarlo un viaje más allá del horizonte, rumbo a un mar desconocido donde él no tendría cabida ni aunque hubiera conservado aquella dignidad de la que se le despojó. Lo que pesa sobre él es la aplazada purga de viejas faltas; el presente convoca a otros afanes, otras inquietudes, otras ilusiones.

En esta hora, sin que excuse las ventajas de que gozó ni las astucias de que pudo valerse, Iñaki se perfila como uno de esos desdichados que la pagan. Por los que nunca la pagarán.

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Iñaki Urdangarin da por hecho que entrará en prisión tras el juicio por el caso Nóos

El marido de la Infanta Cristina es consciente de la gravedad de los delitos que le imputan por el caso Nóos. La fiscalía le pide 19,5 años de cárcel. La hija del Rey emérito ya planea cómo visitar a Iñaki en la cárcel.

La Infanta Cristina, en la última fila del banquillo

  • SILVIA TAULÉS
  • @silviataules

480Hace ya un tiempo que se mentalizó de que era el principio del fin, de que su entrada en la cárcel era más que probable. «Y desde entonces está en tratamiento psiquiátrico, porque necesita antidepresivos». Lo dice una persona del círculo íntimo de los ex duques de Palma, alguien que cuenta cómo la pareja se enfrenta a los que serán los días más duros de su vida. Este lunes deberán sentarse en el banquillo para encarar un juicio del que Iñaki Urdangarin (47) podría salir con una dura condena. El fiscal reclama 19,5 años de prisión para el marido de la Infanta Cristina (50), es casi imposible que salga de rositas. «Ni siquiera un pacto podría salvarle, porque para llegar a un acuerdo debería admitir cierta culpa e ingresar en prisión«, explican fuentes cercanas al caso Nóos.

Ese encarcelamiento conllevaría numerosos problemas logísticos para la familia. Una imagen de la hermana del Rey Felipe VI entrando en prisión para visitar a su marido valdría un potosí, y de eso son todos conscientes. «Hombre, ellos lo saben y ya estudian cómo tendrán que ser las visitas, piensa que Cristina sigue siendo hija y hermana de reyes, así que seguramente visitará a su marido sin que nos enteremos», dice la misma fuente.

La condena no dejará de ser un paso más en el tortuoso camino de Urdangarin desde hace unos años. El matrimonio y sus cuatro hijos viven en Ginebra desde agosto de 2013 en una suerte de exilio que ya se antoja eterno. Pese a que se ha informado en numerosas ocasiones que la familia pretende volver a España, nada parecido entra en sus planes. «Se quedan en Suiza, allí está su vida y allí viven más tranquilos, la vida en Barcelona era insostenible, no vuelven ni locos», comenta el amigo del matrimonio.

Iñaki el intocable

El calvario de los Urdangarin de Borbón empezó incluso antes de que Iñaki fuera imputado en diciembre de 2011. La Casa Real, alertada por el extraño funcionamiento de la empresa que presidía el ex deportista, le exigió que abandonara sus tareas y en 2009 se marchaba a Washington con un cargo de alto directivo de Telefónica. El Instituto Nóos quedaba para la historia. Pero enterrar sus actividades no fue suficiente.

Porque los periodistas Esteban Urreiztieta y Eduardo Inda le siguieron el rastro y en 2006 publicaban en EL MUNDO varios artículos que vinculaban a Urdangarin con actividades dudosas. Hacían referencia al pago de 1,2 millones de euros por parte del gobierno de Jaume Matas al Instituto Nóos. La información lograba que el partido socialista de las Islas Baleares llevara el caso al parlamento. A partir de ese momento, la pelota se fue haciendo más grande hasta llegar al punto en el que nos encontramos hoy. Una situación ante la que Urdangarin ya se ha mentalizado. Aunque al principio pensara que era intocable.

Con esa actitud es con la que encaró su situación judicial en los primeros momentos. Incluso llegó a enfrentarse al Rey emérito y al actual Rey cuando le pidieron que dejara sus negocios. Una vez imputado, Urdangarin y su familia siguieron llevando una vida de lujo que levantó airadas críticas. En 2011, pocos días después de haber sido acusado por el juez, el matrimonio celebraba la Nochevieja en Aspen. El entonces jefe de la Casa, Rafael Spottorno, llegó a viajar hasta Estados Unidos -como recuerdan Urreiztieta e Inda en su libro Urdangarin,Un conseguidor en la corte del rey Juan Carlos (La Esfera de los libros)- para llamar la atención a la Infanta. Pero ella nunca bajó la cabeza; es más, les plantó cara.

Es su carácter, es como la definen sus amigos. «Cristina es una tía legal y muy fiel a los suyos, es muy potente y tiene las cosas muy claras», comenta a LOC una amiga barcelonesa de la hermana del Rey. «Si tiene que decir algo lo dice educadamente, y si algo le parece injusto, lo hace saber también. No me extrañó nada que tuviera un rifirrafe con su hermano cuando le retiraron el ducado de Palma».

Esta amiga se refiere al pasado mes de junio, cuando la Casa Real emitió un comunicado en el que informaba de que el Rey Felipe VI retiraba el título de duquesa de Palma a Cristina de Borbón. A través de su bufete de abogados la Infanta aseguraba que era una decisión que había tomado ella antes. Un sinsentido que llenó páginas y páginas y confirmó la mala relación entre los hermanos. Un gesto que se convirtió en el más agresivo que la Casa Real ha tenido con la Infanta. Pero no el único. Ana Romero escribía este domingo en El Español que el Rey ha retirado también el pasaporte diplomático a su hermana. Mantiene los tres escoltas que tiene asignados desde hace años y poco más.

El declive comenzó en diciembre de 2011 cuando el portavoz de la Casa, el citado Spottorno, confirmaba que Urdangarin quedaba apartado de las actividades oficiales por su comportamiento «no ejemplar». A partir de aquel momento, Cristina recibió enormes presiones para que se separara de su marido. «Con lo tozuda que es, basta que le dijeran que dejara a Iñaki para que se uniera más a él.Porque te digo una cosa: si he visto alguna vez a una mujer enamorada es a Cristina de Iñaki», comenta la misma amiga.

Vive de Cristina

Ni siquiera las supuestas infidelidades que el ex duque cometió sirvieron para que Cristina se repensara su relación. De puertas afuera, la publicación de algunos correos electrónicos que Urdangarin se cruzó con su supuesta amante (LOC tuvo acceso a ellos y publicó algún fragmento) no hicieron mella en la pareja. De puertas adentro la cosa fue distinta. La Infanta supo de las infidelidades pocos días antes de que se publicaran en la prensa, lo que provocó cierto resquemor en la relación. Es más, Urdangarin no trabaja desde hace años y depende económicamente de su mujer, algo que ella ha usado para ‘castigarle’.

«Es lo mínimo que se merece», dice esta amiga, confirmando así la mala relación que el círculo de la infanta tiene ahora con su marido. «No lo tragan», comenta una persona conocedora de alguna de ellas. «Creen que es todo engaño». Es ese carácter dicharachero y campechano que le llevó a una supuesta infidelidad el que enamoró a la infanta y a sus amigos.

El de la pareja fue un flechazo en toda regla. Cristina se fijó en el capitán de la selección de balonmano cuando el equipo fue a saludarla en Atlanta tras ganar el bronce en los Juegos Olímpicos. Semanas más tarde ambos coincidían en una cena organizada en El Pou, el restaurante que Urdangarin tenía con algunos amigos en Barcelona. Fue la Infanta quien pidió el teléfono de Iñaki a un amigo en común.

«Lo primero que hizo al recibir la llamada de la Infanta fue llamar a sus amigos para contarles lo que había pasado», recuerda una persona de su círculo, «se enamoró enseguida de ella, por su carácter pero también por todo lo que suponía salir con una Infanta». Por aquel entonces, no hay que olvidarlo, Urdangarin tenía novia, Carme Camí, una joven de Puigcerdà con la que vivía en Barcelona. Camí, que ha pasado página de aquel capítulo, supo que su novio tenía otra novia por el telediario. «Así es Txiki y así ha sido toda la vida», dice la misma fuente, «siempre ha mirado por sí mismo, su ambición y sus intereses, siempre por encima de los demás».

El noviazgo de Cristina e Iñaki fue corto. Lograron pasar desapercibidos porque se escondían en Viladrau, donde la familia Urdangarin se compró una casa en los años en los que vivieron en Cataluña, donde el padre estaba destinado como alto directivo de Fuchs. Ese fue su refugio. Como lo fue también la casa que uno de los amigos de Carme, Jaime Reguant, tiene en Ger y prestaba a la pareja. «Jaime sigue siendo uno de los grandes amigos de Txiki, claro, porque los hay que han preferido estar cerca de Iñaki por su condición de miembro de la Casa Real que con los amigos de verdad, y ese es uno de los motivos por los que perdió el mundo de vista».

Este es el principal argumento que usan sus amigos para defenderle. Los pocos que le quedan. Dicen que se vio viviendo en una burbuja. Que pasó de ser un estudiante de Empresariales al que le costaba aprobar a ser un licenciado con máster en Esade, prestigiosa escuela de negocios. Un lugar en el que comenzó su ruina. Allí le presentaron a Diego Torres. Ambos están ahora imputados en el Caso Nóos.

Íntimos amigos durante años, declarados enemigos desde que estallara el caso,se sentarán lado a lado en el banquillo de los acusados este lunes. Diego Torres se ha convertido en su bestia negra. Cuando Torres se dio cuenta de que nada podía hacer para evitar su hundimiento, decidió llevarse consigo a Urdangarin. Perdió el trabajo y tuvo que cambiar su vida entera. Sus hijos se mudaron de colegio, su casa está embargadísima, su mujer, Ana María Tejeiro, fue imputada desde el primer momento… Y Torres decidió que si moría, no lo haría solo. Su abogado uno de los más afamados letrados penales de Barcelona y España, ha sido el responsable de la publicación de algunos de los mails que han minado la poca credibilidad que le quedaba a Urdangarin, quien firmaba como «duque EmPalmado».

Ahora, Diego Torres se presenta al juicio con un libro bajo el brazo y más sosiego que hace unos meses. Llegó a obsesionarse con el caso, a pasar horas y horas delante del ordenador estudiando al detalle todo lo relacionado con Iñaki Urdangarin. Y así lo contaba en un encuentro con quien esto escribe en una de las pocas entrevistas que el socio del ex duque ha dado a la prensa. Durante más de ocho horas de conversación, Torres contó su visión del caso y lo único que se desprende de las palabras de Torres es una total exculpación Urdanganrin. Porque no hay que olvidar que si uno es inocente, lo son todos.

Aunque casi no hay lugar para sus esperanzas. Iñaki y Cristina se sentarán en el banquillo de los acusados este lunes 11 en un gesto inédito en la historia de España. Hija de Rey y hermana de Rey juzgada en uno de los mayores casos de corrupción que se recuerdan. Inaudito. Será en Palma de Mallorca, y nadie puede afirmar a este diario dónde se alojarán los ex duques. Está claro que en Marivent no podrán hacerlo, y en Barcelona será complicado pasar desapercibido, como ellos pretenden.

En junio vendieron el chalé de Pedralbes en el que vivieron durante años, el mal llamado palacete que les costó casi 10 millones de euros -entre la compra y las reformas- y se convirtió en su pesadilla. Apremiados por la falta de dinero, tuvieron que venderlo muy por debajo de su valor. Ahora, cuando la Infanta vuelve a Barcelona por motivos laborales se hospeda en el aparthotel AC Marriot, en la calle Bertrán y Rozpide. Pero desde hace unas semanas hay periodistas apostados a sus puertas permanentemente, algo que solivianta a la ex duquesa.

Sin casa para dormir

Otra opción sería dormir en casa de la hermana mayor de Iñaki, Ana, que posee una casa bastante grande en el barrio del Putxet. Allí pasa largas temporadasClaire Lieabert, la madre de Urdangarin. Así que Iñaki podría aprovechar para estar con su familia, uno de los pocos apoyos que le quedan. Con todo, la presencia de la pareja podría entorpecer la vida diaria, tranquila y «muy normal», que mantienen los Gui Urdangarin.

Hay que tener en cuenta que el juicio por el Caso Nóos empieza el lunes pero seguirá durante meses. Estos primeros días servirán para que cada abogado presente sus alegaciones. Se espera que los responsables de la defensa de la Infanta pidan que no sea juzgada siguiendo la doctrina Botín (por la que se desestima la acusación si solo la pide la acusación popular y no la fiscalía, como es el caso).

Deberán declarar 18 acusados y tienen tiempo hasta el 30 de junio. Así que la comparecencia de Iñaki Urdangarin podría retrasarse hasta mayo. Y la sentencia podría dictarse dentro de un año, decisión que con toda seguridad apelará alguno de los múltiples abogados que participan en este macrojuicio. No será extraño, pues, encontrarse de nuevo a Iñaki y Cristina paseando por las calles del centro de Ginebra. No les queda más remedio que apurar sus días juntos.

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