La gravedad del estado de salud del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, le impedirá finalmente asumir el cargo para un nuevo período mañana jueves, pero también llevará al país a un alto nivel de efervescencia política, tomando en cuenta que la Constitución tiene diferentes interpretaciones para el chavismo y la oposición, por lo que se anticipa una fuerte controversia que puede prolongarse varias semanas.
AGENCIAS. 2013
El líder de la oposición, el ex candidato presidencial Henrique Capriles, sostiene que de acuerdo con la Carta Magna debe asumir temporalmente el mando de la Nación el presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, quien hizo el anuncio oficial de que Chávez está incapacitado para viajar a Caracas en la fecha establecida para la toma de posesión. Cabello ha dicho que la Constitución permite que Chávez sea juramentado más adelante por el Tribunal Supremo de Justicia, aunque no quiso precisar fecha, mientras se mantiene en pie para mañana una serie de actos políticos preparados para que se exprese apoyo popular e internacional al mandatario enfermo.
El caso es que sigue siendo todo un misterio la evolución de la enfermedad que aqueja al presidente venezolano, quien recibe un tratamiento intensivo en Cuba, supuestamente para que supere una insuficiencia respiratoria que habría sido causada por una infección pulmonar postoperatoria. Capriles se había mantenido hábilmente al margen de toda la polémica que se desató desde hace varios días, pero ha salido a la palestra para ser nuevamente la voz cantante de la oposición, seguramente previendo que uno de los escenarios que podría darse es el de un nuevo proceso electoral en su país. El oficialismo rechaza que exista esta posibilidad y simplifica todo a señalar que habrá “más adelante” una juramentación de Chávez para que cumpla su nuevo período.
A nivel internacional, se espera un fuerte respaldo de algunos mandatarios sudamericanos, principalmente de los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; de Bolivia, Evo Morales, y de Argentina, Cristina Fernández, quienes apoyan públicamente también la revolución socialista que impulsa Chávez en Venezuela. Estados Unidos, mientras tanto, mantiene una prudente posición de observador y las declaraciones se centran en la importancia de encontrar una solución pacífica enmarcada en la Carta Magna.
Hasta ayer, que Cabello anunció oficialmente la ausencia de Chávez, se especulaba que el mandatario podría volver “sorpresivamente” el día 10 para acallar y dar un golpe a la oposición. Ahora los observadores estiman que la noticia confirma que el cuadro médico del gobernante debe ser delicado para que le haya impedido cumplir con lo establecido en la Constitución y evitar la controversia.
La situación es complicada desde el punto de vista constitucional, porque la redacción del artículo que norma la juramentación resulta ambigua y ello es lo que ha abierto la puerta para que se desate no solo una polémica, sino que pueda hablarse ya de una tormenta política que podría alcanzar dimensiones de huracán.
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