Contrato de confidencialidad

La Unión Deportiva Almansa ha estado a un paso de pasar a ser historia gracias a la gestión consentida en su día por los socios llevada a cabo por el letrado albacetense Gonzalo Pérez y sus adláteres. Un «señorito» llegado a la presidencia del club almanseño no se sabe bien empujado de qué oscuros intereses y que, poco tiempo después de manejar el club a «distancia» a base de antojos y de manera errática, casi lo lleva a la desaparición.  Esto es una realidad, y que el peligro sigue latente a pesar de que Pérez es ya es un triste recuerdo, lo es también.

Por Luis BONETE PIQUERAS. Copyright.2013

La Junta Gestora que encabeza el en estos momentos entusiasmado Ignacio Herrero (que da la impresión de ser buena persona) educado ante la adversidad, fino y sencillo en el uso de la palabra ante los medios de comunicación,  y limpio en los propósitos que le guían, ha iniciado el arduo trabajo de hacerse cargo de una entidad deportiva, la UD Almansa, que no es ni sombra de lo que fue. Pero el motivo de este escrito no es el gesto de valentía y forofismo deportivo ejercido por Herrero y el grupo de seguidores que le acompañan en la aventura,  sino el mal pié con el que, a mi juicio, ha comenzado una andadura que a pesar de la ilusión inicial, puede convertirse en hiel a posteriori.

A ver, que el fútbol en Almansa dejó de ser el deporte Rey hace ya tiempo es una evidencia. La diversificación deportiva galopante  existente en la ciudad  ha relegado al fútbol a ser considerado un deporte más y…., gracias. Los nostálgicos que intentan vivir o revivir las glorias de otros tiempos del fútbol almanseño condenan su gestión y la de los demás al más estrepitoso de los fracasos. Y digo esto porque, en los tiempos que corren, en los que la palabra corrupción se ha convertido en una de las más odiadas, y en la que el secretismo y el oscurantismo están más que nunca en la picota y  no son soportados ya por nadie, en unos tiempos, digo, en los que la transparecia es marchamo de honradez y  de calidad sin precio, no puedo entender (y muchos almanseños tampoco) que una junta gestora de la UD Almansa que pretende sacar del pozo a una entidad deportiva, con tics de gestión obsoletos, cometiendo un error garrafal, entre al juego que nunca se ha de jugar,  vaya y firme, nada más y nada menos que un denominado CONTRATO DE CONFIDENCIALIDAD para que nadie pueda conocer, para que ningún aficionado pueda tener conocimiento de la cantidad de dinero que Ignacio Herrero y otros han aflojado al caradura de Gonzalo Pérez, como condición para que este soltara amarras y la UD Almansa no pereciera.

Mal, muy mal empieza esta Junta Gestora que grita en vano en el desierto buscando directivos a los que incluir en el grupo de los paganini, en la corporación de personas con bolsillo fácil  pero vergüenza acusada como para afrontar ante los socios y aficionados el trago de informar sobre la cantidad de dinero que han pagado para el rescate de la UD Almansa. Las cosas no se hacen así Sr. Herrero. Hay que predicar con el ejemplo, lo de menos es que se le haya tenido que pagar dinero a Pérez por el rescate. Lo malo es, el inaudito a inusual gesto de oscurantismo y falta de confianza de cara a la afición y la excusa facilona denominada «CONTRATO DE CONFIDENCIALIDAD», para no dar a conocer los miles de euros desembolsados a fondo perdido.

En cualquier otra entidad, en cualquier otra sociedad que no sea fútbol, ese gesto no sería admitido de ninguna forma. No es forma de comenzar. No señor, no lo es. Y tampoco entiendo que ninguna persona haya afeado la conducta de Herrero y sus compis de gestora. Para este viaje no hacían falta las alforjas de denostar hasta la saciedad al abogado de Albacete, ya que, si bien la intención es buena, las formas son deplorables.

La UD Almansa está condenada, guste más o menos,  a encajar en el compás de los tiempos, o se morirá bien muerta. Pasó y bien pasada, la época de fichajes, juego y trucos tal y como si aquí tuviésemos un equipo de campanillas. Hay lo que hay señores; y quien no lo vea, tira piedras al propio tejado. El futuro de la UD Almansa pasa por un equipo de jóvenes deportistas almanseños que se situarán en la categoría que merezcan. Pasa también, por el cuidado de la cantera, por la exaltación y efervescencia del fútbol entendido, no como un mini primera división, sino como una plataforma deportiva donde los futbolistas almanseños puedan dar rienda suelta al amor que sienten por un noble deporte que, de forma lamentable, directivos sin escrúpulos ensucian más a menudo de lo conveniente.

Mientras nadie acepte en esta ciudad que la UD Almansa debe de ser un vivero, cantera de jugadores, una solución o salida a las ansias y sueños deportivos de jóvenes amantes del fútbol, y se deje atrás tristes argumentos y soluciones basadas en la ridiculez de inversiones dinerarias sin fuste, olvidando gastos suntuarios que a nadie convencen, apostando (tras lo sucedido) y sin aprender la lección, por CONTRATOS DE CONFIDENCIALIDAD, fichajes mercenarios pagados con dinero de no se sabe dónde,  y sueños de grandeza irrealizables en estos tiempos, mientras eso no ocurra, la UD Almansa correrá peligro inminente de desaparición, y ello a pesar de los legítimos esfuerzos por llevar de nuevo a la afición al campo.

 

 

 

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