Frente al malestar generado por la la autorización gubernamental para la reapertura de la embajada de la República Árabe Saharaui Democrática en Ciudad de Panamá a apenas unos días de la llegada de la delegación marroquí, se impone la nueva doctrina diplomática de Rabat, que apuesta por el establecimiento de «relaciones perennes» con el país americano.
Finalmente, el jefe de la diplomacia marroquí, Salaheddine Mezouar, ha procedido a la inauguración, el pasado martes por la tarde, de las instalaciones de la embajada del Reino en Ciudad de Panamá, y ello a pesar del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre el país centroamericano y el Frente Polisario. El titular de Exteriores y de la Cooperación del Reino de Marruecos presidió la ceremonia de inauguración de la representación diplomacia marroquí en Ciudad de Panamá, en presencia de altos responsables políticos panameños, destacando la presencia del viceministro de Asuntos Exteriores, Amael Candanedo, y el presidente de la Corte Suprema, José Ayu Prado, así como los miembros del cuerpo diplomático marroquí acreditado en el país americano y la embajadora de la República de Panamá en Rabat, Gloria Young.
La apertura de la embajada de Marruecos en Panamá constituye un pilar de confianza hacia el otro y un mensaje que confirma la determinación de Marruecos para construir un partenariado orientado hacia el porvenir
Durante su alocución, Mezouar declaró que la apertura de la embajada de Marruecos en Panamá constituye “un pilar de confianza hacia el otro y un mensaje que confirma la determinación de Marruecos para construir un partenariado orientado hacia el porvenir, susceptible de asegurar más prosperidad para los dos países y los dos pueblos”. Con la implantación de esta embajada y siguiendo las líneas marcadas por Mohamed VI, Marruecos pretende “reforzar la cooperación Sur-Sur, que ya ha iniciado con los países del África Subsahariana”, enfatizó Mezouar. «Afirmamos nuestra visión para el establecimiento de relaciones perennes con Panamá, de acuerdo con la voluntad manifestada por ambos países con vistas a establecer un partenariado fuerte y diversificado”, concluyó el jefe de la diplomacia marroquí.
Comedido malestar
Panamá y México son los dos únicos países que en la actualidad albergan embajadas saharauis en el continente americano. Mezouar, que no hizo declaraciones a los medios, sí aludió al tema durante el discurso que profirió en la Cancillería panameña, dando a entender que la reapertura de la embajada saharaui ya no supone ningún escollo para que fluyan y se fortalezcan las relaciones entre Marruecos y Panamá. “No podemos ser otra cosa que amigos porque es el sentido de la historia común de los dos países y es también la exigencia del contexto en el que estamos viviendo”, explicó Mezouar. Éste abogó por la cooperación y el trabajo conjunto entre los dos países, dejando de lado vicisitudes pasadas. “Hay mucho que nos une. La distancia ha sido un factor que ha impedido en cierto momento el acercamiento entre los dos países, pero hoy en día esto no es una excusa”, reconoció el canciller marroquí.
La reapertura de la delegación diplomacia de la RASD a pocos días de la llegada de la delegación marroquí fue una sorpresa inesperada que generó malestar
La reapertura de la delegación diplomacia de la República Árabe Saharaui Diplomática (RASD) a pocos días de la llegada de la delegación marroquí encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores y de la Cooperación fue “una sorpresa inesperada que generó malestar”, en palabras de una fuente diplomática del Reino. “Hubo voces que se llegaron a plantear el posponer la inauguración de nuestra nueva embajada en Panamá, pero finalmente primó la nueva política diplomática que el Reino de Marruecos ha decidido implementar”, apunta esta misma fuente.
La doctrina antes imperante rechazaba el establecimiento de relaciones diplomáticas, y mucho menos el establecimiento de una embajada física, con aquellos países que reconociesen a la RASD. “La política de la silla vacía ya no es operacional y hemos tomado conciencia de la necesidad de estar presentes en estos países, en orden a empujarlos a retirar su reconocimiento a la RASD o, al menos, matizar su posición”, añade. Es precisamente en virtud de esta nueva doctrina que hasta cinco de la diez nuevas embajadas que Marruecos ha previsto abrir en 2016 se encuentran en países que mantienen su reconocimiento a la RASD, como Mauricio, Mozambique, Ruanda, Tanzania y Uruguay.
Postura cambiante
Los cambios en la posición de Panamá ha sorprendido a la diplomacia marroquí. Después de haber retirado el reconocimiento a RASD a finales de 2013, a apenas unos días de la llegada del titular de Asuntos Exteriores del Reino de Marruecos, el pasado 7 de enero, las autoridades panameñas autorizaban la reapertura de la representación del Frente Polisario en el país. En diciembre de 2013, efectivamente, el gobierno de Panamá rompió sus relaciones diplomacias con la RASD, arguyendo entonces las autoridades panameñas que la RASD “no reúne los elementos fundamentales constitutivos de un Estado soberano en conformidad con los principios del derecho internacional”. Apenas unos meses después, en abril de 2014, el vice ministro panameño de Relaciones Exteriores inauguraba la sede de la embajada de la República de Panamá en Rabat.
Para la vicepresidenta panameña, este hecho no ha afectado su relación con Marruecos. Es un tema complejo donde Marruecos tiene su propia versión y los saharauis tienen la suya, dijo
Pero ocho meses más tarde, en diciembre de 2014, la vicepresidenta y ministra de Relaciones Exteriores de Panamá, Isabel de Saint Malo de Alvarado, recibía en Ciudad de Panamá al ministro de Asuntos Exteriores de la RASD, Mohamed Salem Ould Salek, a quien aseguró el pronto restablecimiento de las relaciones diplomáticas bilaterales. Y tal y como de Saint Malo de Alvarado prometió, a apenas unos días de la llegada de la delegación marroquí encabezada por Mezouar a Ciudad de Panamá, el pasado 7 de enero su Gobierno autorizó la reapertura de la representación diplomática saharaui y el retorno de su embajador, Ali Mahmoud, quien según la agencia de prensa saharaui ya ha retomado su actividad sobre el terreno.
La vicepresidenta y canciller panameña afirmó que la reapertura de la embajada saharaui en el país centroamericano, en la víspera de la visita oficial de su homólogo marroquí, no afecta a su relación con el país magrebí. «El levantamiento de la suspensión es un tema aislado de nuestra relación con Marruecos, la cual en el día de hoy hemos demostrado que queremos fortalecer«, declaró de Saint Malo a los medios después de firmar distintos acuerdos de cooperación con el jefe de la diplomacia marroquí. El actual gobierno panameño ha decidido restablecer las relaciones con el Sáhara Occidental porque, según de Saint Malo «la suspensión no era sostenible”. Para la vicepresidenta panameña, este hecho no ha afectado su relación con Marruecos. “(El dossier saharaui es) un tema complejo, es un tema difícil donde Marruecos tiene su propia versión y los saharauis tienen la suya. Aspiramos a que esa situación se resuelva donde tiene que resolverse”, estimó de Saint Malo.
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