La sudoración excesiva o hiperdrosis complica la vida del 3% de la población mundial. En España son más de 300.000 las personas sudan excesivamente sin relación alguna con la actividad física, la temperatura ambiente o el estado de ánimo.
Es el caso de Silvia, una diseñadora gráfica que asegura que «esto me impide disfrutar de la vida y de las cosas que me hacen feliz, además de que me hace sentir insegura». Las mujeres que sufren este problema dicen experimentar una sensación muy incómoda, como si carecieran de higiene personal, y sienten miedo constante a empezar a sudar en la situación más inapropiada. De hecho, según un estudio de la Clínica Liberty, el 58% de las mujeres piensa que sudar excesivamente en público es peor que sufrir obesidad. El mismo informe revela que el 47% se sentiría más incómodo padeciendo hiperhidrosis que teniendo acné.
Pese a que esta condición no suele acarrear problemas de salud, sí que deteriora la calidad de vida de las personas que la padecen. Comenzar a sudar excesivamente en el trabajo sin motivo alguno o manchar la blusa en una cita puede resultar tremendamente incómodo y acabar minando la autoestima.
Estas mujeres acostumbran a llevar siempre una muda limpia o toallitas de higiene íntima en el bolso, aunque los avances científicos también han ido ideando remedios semipermanentes para el problema.
«La hiperhidrosis primaria, a menudo suele manifestarse en la infancia, empeorando progresivamente en el período puberal, para luego disminuir nuevamente en edades avanzadas», explica Jorge Soto, dermatólogo de Policlínica Gipuzkoa en San Sebastián. Su componente genético es muy importante, y las zonas frecuentemente afectadas son las palmas de las manos, las plantas de los pies y las axilas. También pueden sudar en exceso la cara, el cuero cabelludo, el área inframamaria o las ingles, aunque se dan menos casos.
Existe un segundo tipo de hiperhidrosis, la secundaria, que puede aparecer a cualquier edad. «Suele un síntoma de que se padece alguna otra enfermedad o trastorno hormonal, como pueden ser: ansiedad o depresión, hipertiroidismo, obesidad, menopausia, e, incluso, debido a la toma de algunos medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso», puntualiza el doctor Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral. En su centro, clasifican la sudoración en cinco grados:
- Grado 1La sudoración no se nota y no afecta a la vida normal
- Grado 2La sudoración es tolerable, pero a veces interfiere con la actividad
- Grado 3La sudoración es poco tolerable y a menudo interfiere con la actividad cotidiana
- Grado 4La sudoración es intolerable e interfiere en la vida cotidiana.
Tratamientos contra el sudor
El sudor, aunque sea abundante, no tiene por qué oler mal. Son las bacterias que ‘viven’ en el cuerpo humano las que, al interactuar con el sudor, se descomponen y causan un olor desagradable.
Independientemente de este factor, los estudios revelan que sudar en excesopuede acarrear serios problemas en la vida de las personas. Para luchar contra el problema, la ciencia ha evolucionado hasta ofrecer distintos tipos de remedios en función de las necesidades de quien padece hiperhidrosis.
«Existen una gran variedad de tratamientos disponibles. La elección de este va a depender de la zona afectada y severidad de la hiperhidrosis, además de tomar en cuenta las expectativas y preferencias del paciente, como también de la seguridad del tratamiento, coste y disponibilidad del tratamiento», aclara el doctor Soto.
El doctor Miguel Sánchez Viera recomienda la toxina botulínica tipo ‘A’ por encima de otros tratamientos a la hora de luchar contra la hiperhidrosis: «Es el más efectivo y de rápida actuación que existe. Después de identificar las zonas más afectadas por la sudoración, se aplica la toxina botulínica tipo ‘A’ de forma ambulatoria, es decir, que el paciente puede volver a su rutina inmediatamente. Los efectos son inmediatos y tienen una duración de entre seis meses y un año, según las zonas afectadas».
Para los casos muy leves, se decanta por los productos de uso tópico, como los antitranspirantes, que contienen como principios activos las sales de aluminio, que actúan disminuyendo la actividad de las glándulas sudoríparas y, por tanto, disminuyendo el sudor.
Algunos centros apuestan por la tecnología MiraDry, indicada para el tratamiento de la hiperhidrosis en las axilas. Las microondas eliminan las glándulas sudoríparas que producen el en la axila y estas no vuelven a aparecer una vez eliminadas. La doctora Marta Alegre, especialista de la clínica Liberty, afirma que el tratamiento «consta de dos sesiones muy breves, no causa dolor y disuelve y vaporiza las glándulas sudoríparas».
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