De pronto, la política compite con la Liga de las estrellas. Los políticos de todos los partidos, desde la espantada de Rajoy y la propuesta de Gobierno de coalición de Pablo Iglesias, siguen dispuestos a agarrarse por el cuello y ya no se expresan como actores ampulosos, sino como si estuvieran sometidos a un interrogatorio. La retirada estratégica -para que no le rompan la cara y luego contraatacar- del presidente del Gobierno dejó sin habla a los adversarios, horas más tarde de la apoteósica aparición de Pablo Iglesias en el Palacio de la Zarzuela y de sus declaraciones después de entrevistarse con el Rey Felipe VI.
Pablo Iglesias entró y salió del palacete como un revolucionario sin fusil; exigió medio poder para los soviets; se movió con la misma naturalidad que Napoleón Bonaparte en el Palacio de las Tullerías donde fue coronado emperador por el Papa Pío VII. La entronización de Pablo hubiera sido más espectacular en el Palacio de Oriente, uno de los más suntuosos de Europa, entre los Jardines de Sabatini y el Campo del Moro, que en este pabellón de caza; habrá que esperar al segundo acto.
En esta primera ceremonia el dirigente de Podemos dejó al Partido Socialista sin resuello. He hablado con mis admirados consejeros áulicos sin sueldo –Juan Carlos Monedero y Felipe Alcaraz– y ven el momento como apasionante. Ellos y otros coinciden en que Podemos intenta devorar al PSOE. «Es que -me dice Juan Carlos Monedero- el PSOE es un ejército en desbandada y Podemos una fuerza popular avanzando. Cada paso que da Podemos organiza mejor sus fuerzas. Cada paso que da el PSOE aumenta su entropía. Pablo Iglesias viene a hablarle al pueblo tratándole como mayor de edad. El PSOE insiste en un paternalismo trasnochado». Felipe Alcaraz,granadino de buenafollá, comenta: «Rajoy ha optado por despertar todo el serpentario frente a Sánchez. Demasiado para Sánchez. El escenario del Comité Federal lo obnubila. La palabra de combate es humillación. El PSOE humillado es capaz de todo si Sánchez no representa esa dignidad. Si Sánchez sortea los idus de febrero habrá Gobierno de izquierdas. Pero el populismo rociero puede adoptar el tono de Cruella de Vil». Traducción: Susana Díaz quiere hacerse un abrigo con la piel de Pedro.
Maquiavelo escribe que para convertirse en jefe hay que debilitar a los más poderosos, y Napoleón anota sus observaciones sobre El príncipe: «Para ello no hay mejor medio que desposeerlos y apoderarse de sus despojos». Es lo que intenta Pablo Iglesias. Se ofreció como vicepresidente de un Gobierno de coalición con un partido que hasta hace unos meses consideraba de la casta. Ahora quiere destruir el filisteísmo socialdemócrata. Desde que Marx expresó su desprecio aLasalle y lo llamó vulgar bribón, hubo una guerra civil secreta entre cangrejos rojos y rojos propiamente dichos. «Las bases socialistas -declara- ya no entienden el aparato y el Comité Federal que dominan el partido».
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