La reventa para ver al diestro de Galapagar en México D.F. el próximo domingo se dispara
Vuelve José Tomás a la Monumental de México, la plaza que inauguró la forja de su leyenda. Allí tomó la alternativa hace ya 20 años, efeméride que se une al septuagésimo aniversario del coso. Doble celebración. Faltan sólo cinco días para que el dios de piedra de Galapagar cumplimente al público defeño junto a Joselito Adame, la gran figura del país. Es, con el calendario en la mano, la corrida del año en el orbe taurino. Por ahora. Será el domingo a las 23.30, hora peninsular (las 16.30 en la capital mexicana).
La reventa, fiel termómetro de una expectación definitivamente desbordada, se ha elevado por encima de los 7.700 euros por boleto. Una cifra muy superior a lo normal, que cuando quien reaparece es José Tomás nunca puede calificarse como tal. Los precios oscilan ya en el «mercado secundario» desde los 40 euros de un billete en la zona «general» de sol -un inmenso y altísimo gallinero, carne de prismáticos- hasta los 7.759 euros que cuesta hacerse un hueco en la primera fila de la barrera de sombra. No se trata de un revendedor iluso; hay otras entradas a la venta por 7.300, 7.000 o 6.300 euros la pieza.
Y eso que la oferta no es escasa, porque La México es la plaza más grande del mundo. El domingo la abarrotarán 41.262 almas que desempolvarán el inusual cartel de «No hay billetes». En Ticketbis, plataforma de compraventa entre particulares en la que se venden entradas para la corrida del domingo, se sorprenden por esta inédita inflación de precios, aunque avisan de que el viernes o el sábado, «según se acerque el evento», lo normal sería que la burbuja de la reventa se desinflara, pero «con José Tomás quién sabe».
Un ticket para ver a JT es lo que en economía se llama un «bien posicional». Vale más en función de la cantidad de personas que no ha podido conseguirlo. Los boletos salieron a la venta el 2 de noviembre y se agotaron en menos de 12 horas. Los precios fueron irrisorios, ya que José Tomás exigió que se mantuvieran los del año pasado para una corrida cualquiera: entre 5 y 38 euros. Quiere esto decir que en la reventa se han multiplicado hasta por 200. Es la locura del acontecimiento, el revulsivo crematístico que convierte en oro todo lo que toca: bares, hoteles, transporte… El impacto económico será brutal: varios millones de euros gracias a un par de horas de toreo.
Preparación
Mientras tanto, José Tomás sigue a lo suyo. Lleva concentrado en Aguascalientes desde mediados de octubre, preparándose a conciencia para la cita, según fuentes de su entorno. En estos tres meses ha matado muchos toros a puerta cerrada en la plaza cubierta de la cercana localidad de San Luis Potosí. Lo hace a la misma hora en que toreará en la Monumental capitalina, vestido de luces y hasta con paseíllo. Una liturgia que nace del máximo respeto al toro. «Como si fuera una corrida normal», resume un miembro de su equipo.
Suele torear dos o tres toros cada vez. Ha estoqueado bureles de varias ganaderías mexicanas, entre ellas las dos que matará el domingo, Fernando de la Mora y Los Encinos, según las mismas fuentes. El resto del tiempo tienta en el campo y descansa en su casa de Aguascalientes. Su última corrida fue precisamente allí, en tierras hidrocálidas, el 2 de mayo de 2015. En España no hace el paseíllo desde agosto de 2014, en Málaga. Ahora se especula con su vuelta a los ruedos españoles, quizás en Santander, pero lo único cierto es que, después de seis años sin torear en la capital mexicana, José Tomás vuelve a la Monumental.
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