Greg Nicotero: «He creado más de 9.000 caminantes»

‘The Walking Dead’: un día entre zombis

Senoia, el lugar donde los caminantes toman vida

  • LUIGI BENEDICTO BORGES
  • Enviado especial
  • Senoia (Estados Unidos)
  • @LuigiBBorges

14559148007882«¿Dicen que gastamos 25 galones [94 litros] de sangre falsa por episodio? ¡Qué va! ¡Gastamos muchos más!». Quien habla es Greg Nicotero, productor ejecutivo, supervisor de efectos especiales de maquillaje y director de un buen número de episodios de The Walking Dead. Nicotero acaba de presenciar el rodaje de una de las escenas más impactantes de la sexta temporada de la serie (su décimo episodio se emite esta noche en Fox a las 22.20 horas), pero su apretada agenda no le impide calibrar al detalle el número de caminantes que han aparecido por la producción.

«Creo que he creado más de 9.000 zombis» afirma con orgullo en una pausa del rodaje. Preside la mesa del salón de una de las casas de la Zona Segura (aunque ya no tanto) de Alexandría y muestra la misma pasión por su trabajo que tenía cuando debutó en los años 80 a las órdenes de Tom Savini y George A. Romero, ídolos que pasaron a ser amigos.

En cambio, le cuesta más acotar cuántas personas han muerto a sus manos en el transcurso de la serie. «No sabría dar el número exacto de bajas humanas, pero siento que he matado a mucha gente«, cuenta entre risas. «El público a veces parece que se olvida del estreno de la última temporada, con el final de La Terminal [un santuario de supervivientes]. Es probable que murieran 70 personas en ese episodio. Pero la gente atendió más a los gritos que al fin del refugio: Entraron los caminantes, aparecieron las armas de fuego, las explosiones y… ¡Pum! Alguien me preguntó: ‘¿cuál es el episodio con el mayor número de muertes?’. Probablemente ese. Porque todo el mundo en La Terminal murió. Apenas sobrevivieron cinco personas. El resto de ellos, kaput«. Y Nicotero, uno de los mayores expertos en prótesis de látex y silicona del mundo, se hace el muerto.

Bromista y extrovertido, de aspecto juvenil pese a que en breve cumplirá 53 años y muy mitómano (aún recuerda cómo le latía el corazón cuando se chocó por primera vez con Sean Connery), no pone reparos a la hora de explicar el secreto de la serie. «Honestamente, nunca pensamos que esto empezaría siendo algo agradable. Se hizo queriendo contar una gran historia. En todo el mundo, el género de terror ha sido popular desde que nacieron las películas: Frankestein, Drácula… A la gente le encanta asustarse. El público siempre ha querido misterio y suspense, emoción y escalofríos. Y si hay algo que se aprende, sobre todo viniendo de donde yo vengo, de los efectos especiales de maquillaje, es que nada funciona si no te preocupan los personajes. Tú puedes tener el mejor guión del mundo, el mejor director, la producción más grande… Pero si no te identificas con alguien, a nadie le importará tu serie o tu película», sostiene.

Por eso Nicotero cree que en los años setenta, con todo ese cine slasher, quienes decían «los efectos especiales son geniales» lo hacía «porque la película no tenía otra cosa». «Aparte de Dawn of the dead [titulada Zombi en España], una de las mejores películas que jamás se ha hecho, o de algunas de Viernes 13 y Halloween,cuando el público llega a ese punto en el que lo que destaca son ‘los grandes efectos espaciales’ es porque no se ha dado cuenta de que los personajes no le importan«. Nicotero destaca una de las virtudes de este serie: «Poseer un casting tan meticulosamente elegido desde el principio. Muchos no entienden lo difícil que es conseguir unir un elenco como este, encontrar actores entre los que surja la química inmediatamente. Eso es mérito de Frank Darabont [creador de la serie], es lo que pasa absolutamente en todas sus películas. Ensambla esos elencos de personajes que luego llevan en volandas sus obras. Así que tenemos un equipo perfecto que evoluciona a algo más y un género con el que contamos historias que no se habían contado antes en televisión», resume.

Nicotero reconoce que ahora se le acerca mucha gente que no confiaba en la serie, pero aclara que nunca buscaron «el éxito», sino «hacer la serie que deseábamos, no la que otros querían que hiciéramos». «Lo que ha venido después es una bonificación. Cuando tuvimos seis millones de espectadores la 1ª temporada sólo dijimos: ‘guau’. Fue un sueño. Así que imagínate ahora tenemos 20 millones», dice modesto.

Los sobresaltos que sufren (y provocan) los personajes tienen muchos matices psicológicos, otro de los puntos fuertes de la serie en los que Nicotero cuenta con un gran aliado, Scott Gimple, guionista y showrunner de la ficción desde la cuarta temporada. «Scott se vuelca de una forma tremenda en la autenticidad. Un ejemplo es el episodio de la temporada pasada en el que Tyreese moría. Scott se leyó hasta tres libros sobre experiencias cercanas a la muerte, en los que varias personas relataban las emociones que sintieron en esos momentos. Y su escritura del guion fue increíble. Lo hizo a partir de los diferentes testimonios que había leído. Tyreese es mordido y, ya en la misma habitación, mira a su alrededor y siente la presencia agradable de los fantasmas de su vida. Aparecen formas espectrales de toda la gente que ha sido importante para él, ya fuera a lo largo de su vida o en sus últimos días… Hay un montón de trabajo en esas escenas y es excelente», explica.

Y es que para él, uno de los momentos más importantes es la lectura del guion. «Coges el libreto, lo lees, retienes cosas, captas eso que no percibes en la primera o la segunda lectura… Y después de saber lo que pasa, de diseccionar el guion y averiguar por dónde van los tiros, cuáles son las motivaciones de los personajes y quién está haciendo qué, nos sentamos Scott, el director del episodio y yo y hablamos largo y tendido de cuál es la intención o el tono de una determinada escena». Y acto seguido, incluye los momentos que aparecen en un episodio pero que no tienen repercusión hasta mucho tiempo después, cuando nadie se lo espera.

«Hago que el personaje de Carol diga algo en un episodio que luego no afecta a la trama hasta seis capítulos después», confiesa. No por nada, juega con ventaja. «Sí, yo soy el que sabe por dónde va a ir la historia… Y qué personajes van a sobrevivir y cuáles no«, concluye socarrón.

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