Pedro y la de Triana

 

  • RAÚL DEL POZO

raul-del-pozoLos 100 días de bloqueo pueden desembocar en una repetición de elecciones o en un Gobierno ‘frankenstein’, un cuerpo deforme con miembros heterogéneos, irreconciliables, hostiles, un ejecutivo demoníaco.

«Cada vez veo más difícil hacer ese Gobierno», me dice un dirigente del PSOE que era optimista hace unos días. Le pregunto: «¿Ya no contempláis la abstención de Podemos en el último instante?». «No sé si las cosas cambiarán a partir de hoy. Pero es que Podemos quiere todo o nada, juega de farol, provoca, exige cosas irrealizables, no quieren gobernar; quieren el poder», dice.

Podemos no se va a abstener a cambio de nada, exigirán un Gobierno de coalición, no un ministerio menor. «Pero, ¿cómo vamos a gobernar con ellos? Estaríamos locos. Además, ellos prefieren elecciones». Le pregunto por Ciudadanos: «Los veo muy bien. Sabemos que pactar con ellos es, en cierto modo, ensayar una mini-gran-coalición, porque ellos están haciendo la refundación del PP desde fuera, pero son gente razonable».

Durante la Semana Santa, los partidos se han retirado a deliberar y, para entretenernos en el entreacto, han sacado a sus graciosos para hacer zarabandas, sainetes y reñir en los platós. Todas las respuestas están en sus silencios y en sus intervenciones. No hablan de democracia interna, ni siquiera de congresos y primarias. Retrasan sus votaciones y ya no votan ni por internet.

El PSOE ha aplazado su 39 Congreso Federal, dicen que para evitar peleas y divisiones. Estaba previsto para el 21 de mayo, ahora se prorroga hasta las ‘kalendas graecas’. El próximo sábado, en el Comité Federal, veremos cómo respira la federación andaluza y qué postura adopta Susana Díaz. Me dicen los sevillanos que en Andalucía ya no hay dinero para hacer política. «La señora de Triana irá por la Ruta de la Plata, o por Despeñaperros, pero irá, porque estamos al borde de la quiebra y poco puede hacer aquí como no sea dar besos a los niños».

En el PP -¡qué bien se vive en funciones!- ni siquiera se habla de Congreso y la palabra «primarias» ni está en su vocabulario. Los nuevos partidos piensan más en sus amados líderes que en asambleas o votaciones. El partido que se viste de morado, como los ribetes de las sotanas de los obispos o la púrpura de los emperadores, ha dado a Pablo Iglesias todo el poder. Juan Carlos Monedero ha reconocido que Podemos ha tenido que improvisar una máquina de guerra electoral y ha criticado a su mejor alumno, Errejón. Pero ha reconocido ante Esther Palomera que no tiene sentido que deseen para los de fuera transparencia, claridad, colaboración, amabilidad y que dentro no lo cumplan. Ha dicho que Podemos no es una ‘startup’ ideada en un garaje. Y el partido naranja, síntesis de los colores de la bandera de España, tampoco habla de primarias o congresos.

Al preguntarles si habrá pretendientes para el liderazgo de Ciudadanos, juran: «Jamás-jamás». «Albert es mi líder -ha proclamado Juan Carlos Girauta-, nadie en Ciudadanos se plantea ser alternativa».

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