Rajoy insiste en no moverse y cree que otras elecciones son inevitables

RAJOY, DE RODAJE TELEVISIVO. Mientras Pedro Sánchez y Pablo Iglesias mantenían ayer por la mañana su reunión en el Congreso de los Diputados, Mariano Rajoy se encontraba grabando un programa televisivo en La Moncloa. El presidente en funciones, que sigue a la espera de cómo evolucionen las negociaciones de los demás, concedió una entrevista al periodista Jordi Évole -en la imagen- para ‘Salvados’ que se emitirá este domingo por la noche en La Sexta. Sandra OlsinaSALVADOS

14593717407058Génova niega la falta de iniciativa: «Rajoy no ha parado en la TV y en la radio»Hay quienes apuntan en cambio que «no hay razones» para que les voten más.

El PP se instaló ayer en la teoría de que «no hay ningún cambio» y contempló con absoluta indiferencia el desenlace de la reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Acomodados en la posición de que no se han producido «avances», los populares insistieron en el mensaje legitimador de que la única solución pasa por un acuerdo capitaneado por Mariano Rajoy y que cualquier otra alternativa supone hacer «trampas» al resultado de las elecciones.

Su argumento de que «todo es más de lo mismo» les permite también aquietar la preocupación en la organización, donde se extiende la idea de que Pedro Sánchez puede ser el nuevo presidente, incluso con el apoyo de Podemos y Ciudadanos. El martes, el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, advirtió públicamente sobre un «Gobierno de izquierdas», basándose sobre todo en que la crisis interna en Podemos podía favorecer un acuerdo con el PSOE para evitar unas nuevas elecciones. Ayer, la consigna de Moncloa y de Génova fue negar esta posibilidad y transmitir que un Gobierno presidido por Sánchez «a día de hoy sigue siendo imposible».

Ni a tres -PSOE, Ciudadanos y Podemos- ni únicamente entre PSOE y Podemos, con la abstención de los independentistas. La primera posibilidad la consideran inviable porque Ciudadanos, señalan, no va a respaldar un Ejecutivo en el que participe Podemos. El portavoz popular en el Congreso, Rafael Hernando, aseguró que Albert Rivera «no lo permitirá». Sería un «error», dijo. Ni por activa ni por pasiva. «No creo», dijo Hernando, que Sánchez pretenda «obtener la investidura mientras Ciudadanos se va al bar». La segunda opción tampoco la ven plausible.

El PP piensa que Sánchez ya no puede alcanzar un acuerdo sólo de izquierdas porque para el dirigente socialista «cada día es más difícil expulsar a Ciudadanos del pacto». Esta fue la lectura oficial. Frente a ella existen otras en el partido. Fuentes populares consideraron que, efectivamente, «las posiciones [de PSOE, Podemos y Ciudadanos] se han flexibilizado». Distintas fuentes del PP confirmaron el «riesgo» de que el pacto a tres fructifique.

Las razones, explican, es que les une que ninguno está dispuesto a respaldar a Mariano Rajoy y que no les conviene enfrentarse a unas nuevas elecciones. Génova, en cambio, defiende que el veto mutuo entre Iglesias y Rivera se mantiene intacto. Por eso, siguen sosteniendo que no hay que hacer nada, sólo aguardar a que los demás fracasen. Y eso es lo que está haciendo Rajoy: esperar a la convocatoria de unas nuevas elecciones. Públicamente el mensaje es que se llamará a Sánchez después de que se «clarifique el lío». «Entonces será el momento del presidente», señalan fuentes de la dirección, que niegan que Rajoy haya perdido la iniciativa y apuntan que «no ha parado en radio y en televisión».

Otras fuentes de Génova reconocen en cambio que carecen de «margen» y que las elecciones son inevitables. De hecho, se alimenta la idea de que habrá una conversación entre Rajoy y Sánchez, pero sin ninguna convicción. Rafael Hernando dijo ayer que «lo primero es saber si el dirigente socialista está dispuesto a coger el teléfono».

Por sus declaraciones todo el mundo entiende que no. Por eso, fuentes del partido ajenas a la dirección apuntan a que el PP está «fuera de juego». De nuevo resurgen las críticas a la gestión que Rajoy ha hecho de la victoria del 20-D y a su falta de iniciativa. Génova no oculta que sólo piensa en otras elecciones -en el mes de abril se han programado muchos actos de partido- y asegura que el resultado puede ser mejor porque «tras este proceso algún partido puede salir chamuscado».

Evidentemente no se refieren a ellos, sino al resto. «Estamos convencidos de que a medida que pasen los días se polarizará el voto y la gente se acabará decantando por opciones mayoritarias para impedir que se produzca el espectáculo de ahora», insisten desde la dirección. Esta visión tampoco es compartida en toda la organización.

Fuentes consultadas por este diario manifestaron ayer que después de estas semanas «no hay razones objetivas para que la gente» les vaya a votar más. Si acaso, apuntan, para lo contrario, después del estallido de nuevos casos de corrupción y de la gestión que se ha hecho de ellos. Con visiones cada vez más diferenciadas entre Rajoy y su núcleo y el resto de partido, el PP se dispone a esperar a que en las próximas semanas o meses alguien escriba el futuro de la formación.

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