Paul Preston sirve a la causa de la televisión pública para glorificar a los republicanos
La Guerra Civil servida por TVE: «Los asesinatos franquistas fueron deliberados»
Informe Semanal habla de que el conflicto estará abierto hasta que a los dictadores no se les llame por su nombre
Juan VELARDE. Copyright-2011
Ejercicio de funambulismo periodístico en la televisión pública. El aniversario del estallido de la Guerra Civil española, del que se cumple este 18 de julio de 2011 el 75 aniversario, sirvió a Televisión Española para adoctrinar en Informe Semanal a sus espectadores sobre un conflicto que, siguiendo la línea argumental del Ejecutivo de Zapatero, no está olvidado ni mucho menos. Y todo aderezado bajo los hábiles comentarios del historiador Paul Preston.
El comienzo del reportaje, que ya con el título avanza sus intenciones, –La Guerra inacabada-, da fiel reflejo de lo que iba a encontrarse el televidente:
Víctimas, historiadores y testigos mantienen viva la imagen de la Guerra Civil española. La confrontación bélica que más literatura ha generado en todo el mundo después de la Segunda Guerra Mundial no es un capítulo cerrado en España. Han pasado 75 años del golpe de estado del 18 de julio que causó la Guerra Civil y dio paso a una dictadura que duró 40 años. Después de tanto tiempo, quedan dudas por resolver y, sobre todo, heridas por cerrar.
TVE, para apoyar la tesis de la maldad del bando franquista, ilustró su reportaje con las aportaciones históricas de Paul Preston:
Los preparativos del golpe comienzan la misma tarde del 14 de abril de 1931, es decir a unas horas del establecimiento de la Segunda República. El primer intento es el 10 de agosto de 1932, pero resulta un fracaso. Eso sí, de ese fracaso aprenden mucho.
El reportaje elaborado por Teresa Rodríguez Vega (voz en off) y Carlos López (imagen) señala posteriormente que:
Los asesinos (los del bando de Franco) no registraban sus crímenes. Los investigadores han acreditado con nombre y apellidos 130.000 víctimas republicanas, pero la cifra real podría aumentar. El historiador Francisco Espinosa denuncia la desaparición de archivos de la Guardia Civil y de la Policía.
Según las palabras de este estudioso de la Guerra Civil, al menos desde la óptica republicana:
Una dictadura de cuatro décadas permite planificar perfectamente lo que se quiere hacer con la documentación. En 1977, el ministro de la Gobernación, Rodolfo Martín Villa, ordenó la destrucción de todos los archivos de la Falange.
Posteriormente, se centran en el testimonio de Manuel Vargas, un señor que frisa los 80 años y que apenas contaba con 4 cuando se produjeron los primeros fusilamientos en Sevilla. A pesar de su corta edad, ha retenido en su subconsciente como a uno de los chicos pasados a fuego tuvo tiempo de gritar:
¡Viva la República!
Nuevamente, con la ayuda imprescindible de Paul Preston, se recurre a la doble vara de medir, a justificar los asesinatos cometidos por los republicanos y a condenar sumarísimamente los del bando de Franco:
La gran diferencia es la intencionalidad, el por qué. En la zona republicana son asesinatos que no habrían ocurrido de no haber colapsado toda la estructura de orden pública. En cambio, los muertos en zona rebelde son deliberados, son dirigidos por las autoridades, alentados por la Iglesia. Hay una diferencia inmensa en la intencionalidad.
Y la última perla de Preston:
Aquí se quiere negar que murieron las víctimas de la dictadura, aquí se puede hacer, al contrario que en Alemania, que nadie negaría el holocausto.
El punto final de Teresa Rodríguez tampoco tiene desperdicio:
Probablemente, la Guerra Civil no será un capítulo cerrado hasta que no se llame a los dictadores por su nombre y no pongamos nombre a todas a las víctimas
1 comentario
Seguimos con las verdades a medias, mentiras y exageraciones de nuestra dramática guerra civil. Fue un golpe de estado, cierto, que desembocó en una guerra que se prologaría durante casi tres años. Pero no es menos cierto que al día de hoy, al menos en lo que a TVE se refiere y otros medios, como por ejemplo “El País”, no paran de emitir documentales y reportajes que favorecen claramente al bando republicano. La última mentira que he leído es que los republicanos no tuvieron ayuda exterior, y los nacionales si, entonces, ¿Qué fueron las brigadas internacionales? ¿Acaso los republicanos no recibieron todo tipo de apoyo de material bélico y humano de la URSS? Nadie se dará por enterado en estas condiciones de que los que ahora se autocalifican de progresistas y demócratas son descendientes de aquellos que desde 1931 pretendieron poner en España un auténtico estado totalitario comunista al más puro estilo bolchevique, incendiando iglesias, conventos y monasterios y asesinando a 9000 sacerdotes, monjes y religiosas, incluso matando a civiles por el simple hecho de ir a misa. Esto es simple y llanamente intentar falsificar o desfigurar la historia. Hay que informar de todo, tanto bueno como malo, pero de ambos bandos. Y en lo que respecta a la Ley de Memoria Histórica entiendo que debe de hacerse una profunda revisión y con el máximo consenso posible entre todos los partidos políticos. Hay que tener en cuenta muchas cosas, una de ellas, por tan solo poner un ejemplo es que hay gran cantidad de fosas en la que descansan los restos mortales de combatientes en ambos bandos juntos, republicanos y nacionalistas.
De todo esto tengo diversa documentación, fuentes y referencias. No pretendo con esto ni mucho menos justificar a Franco y a los once generales que se le unieron para la sublevación. Yo no participé en aquella dramática guerra civil y estoy seguro de que muchos de los que lean este artículo tampoco. No necesito para nada la “Ley de la Memoria Histórica”, lo que si me interesa es la “Verdad Histórica” y el comportamiento de cada bando desde 1931 hasta 1939, así como los juicios y sumarios abiertos después de la guerra civil con las respectivas condenas a prisión y penas de muerte. Todo esto está en el Archivo Nacional de Salamanca, a excepción de lo expoliado por los catalanes con el consentimiento del gobierno de turno. Aunque también hay que decir que en ambos bandos hubo quien se tomó la justicia por su mano, y de esto como es lógico no hay ningún tipo de documentación, tan sólo quedan ya muy pocos testigos de ambos bandos, pero ¿podemos o debemos dar credibilidad a todo lo que nos digan o cuenten?
Saludos,
Manuel.