Pablo Iglesias e Íñigo Errejón reabren su pugna tras el fiasco electoral

La continuidad de la alianza con IU divide los proyectos de los dos líderes de Podemos

La continuidad de la alianza con IU divide los proyectos de los dos líderes de Podemos

Los cinco errores para entender el fracaso de Unidos Podemos

14671461340146Se acabó la tregua. La profunda decepción por el resultado de las elecciones ha reabierto las heridas en Podemos. En las últimas horas se ha recrudecido el enfrentamiento entre las familias de Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, los dos máximos dirigentes del partido, a cuenta de cuáles han sido las causas del fracaso electoral de Unidos Podemos. Para los primeros, es culpa de una campaña -dirigida por Errejón- pensada en «conservar» la supuesta ventaja de las encuestas, mientras que para los afines al número dos es la consecuencia de una alianza conIzquierda Unida, empeño personal de Iglesias, que lejos de sumar, ha restado votos.

Aunque cada corriente responsabiliza a la contraria del fiasco, este debate tiene mayor calado que el reparto de culpas o el desgaste político del otro. Y es que destapa los dos proyectos diferentes por los que apuestan Iglesias y Errejón, y la posible disputa entre ellos a medio plazo sobre cuál debe ser el camino que debe tomarse de ahora en adelante.

El secretario general fue claro al respecto al señalar que el pacto con IU es «algo más que una alianza». Supone -subrayó Iglesias- «la necesidad de empezar a construir juntos un bloque histórico». Es decir, quiere darle continuidad en el tiempo.

En cambio, para el errejonismo el rumbo no puede ser la refundación de la izquierda. «Construir pueblo es, precisamente, crear esa mayoría que viene de sitios diferentes, que piensa diferente, que ha votado diferente pero que comparte objetivos comunes de sentido común», dicen. Es una concepción que no desea encasillarse en la izquierda, sino crecer hacia el centro con un discurso transversal: «Toca seguir mirando hacia afuera, sumar a los que aún nos miran con recelo, a los que aún hay que convencer».

Hasta la crisis entre los dos líderes de Podemos, la hoja de ruta parecía firme e inamovible. Pero después de la batalla entre corrientes, que acabó con ladestitución de Sergio Pascual como número tres de Podemos, los proyectos han agudizado las diferencias. El golpe definitivo fue la confluencia electoral con IU, a la que se había resistido el errejonismo y que para algunos de sus miembros significó desistir de la transversalidad.

En cambio, personas afines a Iglesias celebraron ese giro discursivo, con el que se sienten «más cómodos», y el abrazo entre Podemos y lo que el líder del partido denominó -en el cierre de campaña- «la izquierda de toda la vida», citando expresamente al Partido Comunista.

Todo este debate saldrá a relucir en la primera reunión del Consejo Ciudadano tras el 26-J, que se celebrará el sábado 9 de julio. Será el foro donde hablar de las elecciones, las causas del resultado y el futuro.

Podemos no tiene previsto un congreso hasta finales de 2017, a menos que se adelante de forma extraordinaria, algo que no es descartable puesto que desde hace meses existe la convicción de que hay que reformular el modelo organizativo del partido para hacerlo más descentralizado y federal. No obstante, el revés electoral puede ejercer de freno, para dejar reposar la situación y reflexionar más adelante con perspectiva. Ya se verá. Es cierto que el rol de oposición a Rajoy y la necesidad de cumplir con las expectativas en el Congreso, en una legislatura que sí continuará, requerirá también de no desviar energías en el corto plazo.

Mientras, la tensión entre familias continúa. Iglesias tuvo que salir ayer a pedir calma para contener las críticas. Así, reprochó que se estén dando «ciertos relatos y ciertos discursos a los adversarios políticos» y pidió «ser «prudentes» y «responsables» para no reavivar otros debates. No obstante, aprovechó para recriminar a quienes tratan de «arrimar el ascua a su sardina» tras ver el resultado en lugar de haberlo dicho antes en los órganos de dirección cuando pudo. Y hasta afeó las críticas de Mónica Oltra -líder de Compromís– al pacto con IU, recordando cómo ella en los mítines «saludaba» la presencia de Alberto Garzón y decía lo «contenta que estaba» de que estuviera ahí. «Es sencillo hacer análisis a toro pasado sobre las cosas», lamentó Iglesias.

 

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