Los dirigentes que ayer defendieron el no a Rajoy por el que apostaba casi todo el partido hasta hace unos meses reclamaron ayer «inteligencia» y «comprensión»para trasladar al Congreso de la mejor forma posible la abstención aprobada ayer por el Comité Federal.
El primer secretario de los socialistas catalanes, Miquel Iceta; la presidenta de Baleares, Francina Armengol; el líder de los socialistas castellano-leoneses, Luis Tudanca; la secretaria general del PSOE madrileño, Sara Hernández, o el ex número dos del partido, César Luena, coincidieron en reclamar a la dirección que evite la dureza y que sea flexible con los diputados que quieran votar no a Rajoy, ya que esa fue una de las promesas con las que el PSOE se presentó a las elecciones.
En la misma línea, reclamaron que se permita votar en conciencia el dirigente de Izquierda Socialista José Antonio Pérez Tapias o el diputado vasco Odón Elorza.
Los críticos también destacaron que el de ayer fue «un día muy triste para el PSOE»porque se decidió dar «un paso atrás».
Iceta se convirtió en el principal defensor del no. El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) defiende sin casi ninguna fisura seguir rechazando la investidura a Rajoy. Pero enfrente se ha encontrado una posición muy dura de la Comisión Gestora y también del PSOE de Andalucía (PSOE-A).
Esta semana, la Ejecutiva del PSC convocará su Consejo Nacional y propondrá mantener el no a Rajoy. Ninguno de los siete diputados catalanes parece dispuesto a romper con lo que apruebe su formación en Cataluña para votar con todo el PSOE. «No creemos que el PSC termine rompiendo la decisión democrática adoptada hoy», aseguraron fuentes de la dirección del partido en Andalucía,«porque al PSC le interesa estar con el PSOE». Se insinuaba así que votar no puede llevar incluso a la ruptura de las relaciones entre los socialistas catalanes y los del resto de España.
Delegados del PSOE-A llegaron ayer a comparar la actitud de Miquel Iceta con la de Donald Trump, que ha amagado con no reconocer los resultados de las elecciones de EEUU si gana Hillary Clinton.
Los barones barajan expulsar al PSC de los órganos de dirección del PSOE -el congreso y el Comité Federal-, como adelantó EL MUNDO el jueves. Eso sí, fuentes próximas a la dirección apuntan que eso no podrá ocurrir antes del congreso federal pendiente y que tiene que convocar la Gestora.
Los defensores del no reclaman lo que llaman la abstención técnica. Es decir, que el PSOE permita que gobierne Rajoy, pero no con la abstención de los 84 parlamentarios, sino sólo de 11. Eso permitiría a los irreductibles mantener su no.
Los críticos insistieron, además, en que la nueva dirección del PSOE debería haber dejado hablar a la militancia, ya que el Comité Federal ha tomado la decisión de ayer «en contra de la opinión mayoritaria de las bases», aseguraron.
Como explicó Sara Hernández, secretaria general del PSOE madrileño, que votó mayoritariamente a favor del no (12 frente a 8) a pesar de que los barones esperaban lo contrario, «hoy [por ayer] se ha dado un mal mensaje a la propia militancia, porque no se le ha dejado hablar; y a la propia ciudadanía en general, que confió en el proyecto socialista para plantar cara al PP de la corrupción, de los recortes y de la desigualdad».
Pedro Sánchez no acudió al Comité Federal, pero se manifestó a través de internet en cuanto acabó el cónclave. El ex secretario general aseguró que «pronto llegará el momento en que la militancia recupere y reconstruya su PSOE».
Un PSOE, añadió, «autónomo, alejado del PP, donde la base decida». Algunos interpretaron que Sánchez estaba apuntando su posible candidatura al congreso socialista. Sin embargo, fuentes próximas a él aseguraron que aún no ha decidido nada al respecto y que seguramente faltan aún varios meses para el congreso.
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