Sergio Sarrión nació en Almansa el 20 de septiembre de 1930. A los cinco años de edad comenzó a dibujar en la Escuela de Adolfo Sánchez. Hizo estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. A lo largo de 45 años, ha organizado exposiciones y ejercido de ‘maestro de pintores’
«A lo largo de mi vida habré pintado más de 5000 cuadros»
luis bonete / almansa La Tribuna de Albacete
En el mes de enero del año 2013, la ciudad de Almansa, reconoció la empatía que le unía con el artista y pintor Sergio Sarrión y materializó esa relación de cariño y reconocimiento nombrándole ‘Almanseño Ilustre’, fundamentalmente por su gran humildad, extensa obra artística y su gran labor educativa con varias generaciones de almanseños. Fue un emotivo y entrañable acto protocolario, en el que el alcalde de Almansa, Francisco Núñez, según se dispone en el Reglamento de Honores y Distinciones, dio cumplimiento al acuerdo plenario de fecha 15 de noviembre de 2012, en virtud del cual se acordó por unanimidad nombrar ‘Almanseño Ilustre’ a Sergio Sarrión Milla, pintor y artista local. El profesor José Gómez hace una entrañable semblanza de un gran almanseño.
¿Cómo se aficionó a pintura?
De ver a mi padre. Él era un artista, no de cuadros, sino mural. Hacía letreros, copias e imitaciones. Era muy habilidoso para empapelar y copiar y fue un modelo y un dios para mí.
¿Era habilidoso con el dibujo?
Sí. Sacaba sobresalientes y era la asignatura que más me gustaba. Después me pasó lo que a todos los chicos de mi edad, tuve que ponerme a trabajar casi de niño. A la edad de nueve años comencé a pintar balcones en la ‘Casa de las Pascualitas’. Recuerdo perfectamente que era el mes de enero y hacía un frío que pelaba.
¿Qué cree usted: el pintor artista, nace o se hace?
Estoy convencido que el artista ya nace con unas ciertas habilidades y luego, con la práctica, se perfeccionan. Es notorio que hay unos pintores que son muy buenos y hábiles con el dibujo y otros con lo que dicen representar. Para entender los cuadros de éstos últimos hay que torcer la cabeza y mirar ladeado y, como cabe suponer, resulta una posición muy incómoda. Y muchas veces sigues sin comprender nada.
¿Quien fue su maestro?
Cuando cumplí los cinco años entré a dibujar en la Escuela de Artes y Oficios de Almansa con el pintor local Adolfo Sánchez, que fue mi profesor. Y a los siete años comencé a estudiar el color.
Háblenos de su pintura. ¿Cómo se clasifica? ¿Cuántos cuadros ha pintado? ¿En cuántas exposiciones ha participado?
Me considero un pintor figurativo y neoclásico. Habré realizado unos cinco mil cuadros, y he participado en numerosas exposiciones en Madrid, Barcelona, Ciudad Real, Valencia, Alicante y, por supuesto, aquí en Almansa. Además llevo 45 años organizando exposiciones colectivas, también con la asociación que hemos fundado de pintores almanseños y que funciona estupendamente.
Si como se afirma una fotografía puede ser más perfecta que un cuadro figurativo, ¿qué le añade aquella a este?
La fotografía no siempre capta la personalidad de alguien como hace la pintura; ésta le da profundidad, relieve y la rodea de una atmósfera que la fotografía no puede alcanzar. Además la pintura dispone de unas perspectivas y sucesión de planos y matices que llegan hasta el infinito.
La pintura embellece los museos y la vida de los demás. ¿Qué efectos produce en el artista? ¿Podría vivir sin pintar cuadros?
El artista pintor siempre tiene una total insatisfacción con lo que pinta; nunca ve su obra acabada ni lograda porque siempre le encuentra fallos a corregir. Para que se entienda mejor es como el cuadro de la ‘Gioconda’ que pintó Leonardo da Vinci y, según cuentan, lo llevaba consigo a todas partes durante muchos años y le iba añadiendo detalles porque jamás lo veía terminado del todo. Yo necesito pintar como el pez el agua, aunque reconozco que, hace unos años, pasaba temporadas en que la inspiración no aparecía por ningún sitio y ahora con la edad, esa sensación se acentúa.
¿Qué cuadro y qué pintor le llaman poderosamente la atención? ¿Por qué?
No lo tengo que pensar mucho. Velázquez es mi pintor favorito y ‘Las Meninas’ el cuadro que más admiro. La razón es porque este pintor consigue crear la atmósfera necesaria y en esta obra citada, además, se vale de un planteamiento tan original y profundo que lo que pinta no es lo que se ve a primera vista como son las Meninas, el perro o los bufones, sino los reyes que aparecen reflejados en un espejo. Ha pintado algo que no vemos directamente. ¡Un cuadro para mí totalmente genial!.
Qué técnica suele emplear? ¿En qué se diferencia su trabajo de pintor de cualquier otro trabajo manual artesanal?
Yo toco todas las técnicas: acuarela, pastel, óleo, tinta china, etc. Luego elijo la que considero más adecuada según las circunstancias y el tipo de cuadro a realizar. No veo diferencia ninguna, es evidente que todos intentamos mostrar lo que llevamos dentro buscando la realidad y la belleza.
¿Qué factores determinan, en su opinión, que un cuadro sea una obra maestra?
Influyen varios: la perfección formal, la atmósfera creada, la perspectiva lograda, el motivo o tema elegido que refleja una época y da lugar a muchas lecturas y, por supuesto, la opinión generalizada de expertos, críticos y el público en general.
¿Cuándo y cómo pasa de pintor a ‘maestro de pintores’?
Yo terminé mis estudios en 1946 en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, abrí mi estudio y hasta hoy doy clases particulares de Dibujo y Pintura.
¿Que supuso para usted el ser nombrado ‘Almanseño Ilustre’?
Nadie pudo darse una idea de cómo me sentí aquel 13 de enero de 2013 junto a mi familia y con el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Almansa lleno de personas a las que conocía y que me mostraban un profundo respeto en este momento. Creo que solo acerté a decir «…, espero que os deis cuenta de la emoción que me embarga en estos instantes. Me habéis otorgado un premio, un reconocimiento público inmerecido pero que me ha llenado enormemente de alegría. Gracias a todos». Fue una jornada que me hizo sentirme, si cabe, más almanseño de lo que me he sentido toda mi vida.
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