Ahora, gracias al donoso escrutinio de dos historiadores (Álvarez Tardío y Villa García), ya sabemos, camaradas del soviet de Vachekas, con che de checa y ka de tuerka, que perdisteis las últimas elecciones de la República, que recurristeis a un pucherazo y que el Gobierno, ilegítimo, del Frente Popular fue fruto de un golpe de Estado: el segundo, después del que fracasó en Asturias. Y volveréis a perder por idiotas, pues idiota hay que ser para meter la pata hasta las posaderas en el charco de la misa de la Dos: lo que se dice un pan como unas hostias (sin consagrar). Ninguna persona juiciosa, por teófoba que sea, respalda el liberticidio que se perpetraría impidiendo a los católicos seguir por la tele la ceremonia de más predicamento en la religión mayoritaria del país. Hay que tener jeta para sostener que esa emisión no cumple los requisitos de servicio público. ¿Y los programas de niños cocinillas, los de prensa rosa o los de las cervecitas en la playa cuando aprieta el caloret, por poner tres ejemplos sangrantes, sí? Decenas de miles de fieles, por edad o enfermedad, no pueden ir a la iglesia. ¿Qué hacemos? ¿Obligarlos a vivir en pecado mortal de ésos que según los curas preconciliares conducían derechitos al infierno? Manda huevos de Lunes de Pascua que quienes cristianos no somos tengamos que convertirnos por amor a la libertad en defensores de algo que no es asunto nuestro. A Pablenin, que reniega de su apellido y lleva como nombre de pila el del fundador de la institución que tanto odia, le ha salido por la culata el balín del anticlericalismo apolillado. La misa de la Dos bate récords de asistencia. ¿Estará el catecúmeno de mi amigo Verstrynge conchabado con ese Papa Francisco que parece uno de los suyos? Yo, que fui el primer periodista en sufrir acoso por parte de quien entonces era poco más que un galopín, debería estarle agradecido. Mi programa literario vuelve el 23 de abril a la Dos y lo hace inmediatamente después de la misa del mediodía. Seguro que el tirón de ésta incrementará su audiencia. Spasiba, camarada. Te doy la paz. Olvidado queda aquel día de 2013 en el que, desencajonado por Isabel Gemio y recibido por mí a puerta gayola, me llamaste bufón al servicio del poder. Está en YouTube, por si alguien pone en duda mi palabra. Anda, monaguillo bolchevique, ya va siendo hora de que te bajes del púlpito. Ite, missa est. La vuestra, claro. La de la Iglesia, no.
Mar 19 2017
Perderéis como en el 36
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