Por Luis BONETE PIQUERAS. Periodista. Copyright-2017
Paseando a mi perro ‘Pirata’, leo en las redes que la directiva de la UD Almansa ha presentado su dimisión irrevocable. Tomo conciencia del hecho de que si en el plazo establecido no se presenta una candidatura (al parecer serviría cualquiera) se deja claro que, incluso sería posible una encabezada por alguien que no sea socio (todo se puede arreglar, la cuestión es ponerlo fácil), con tal de evitar la desaparición administrativa y deportiva de un club que, a pesar de ser importante, también es cierto que hace años dejó de ser algo definitivo para miles de almanseños.
Que el ‘Paco Simón’ deja ver, domingo tras domingo, más cemento que caretos, es una realidad que nadie puede discutir. Que a la mayoría de los almanseños le importa un bledo el futuro de la UD Almansa, es otra verdad de muy buen tamaño. Que la asistencia de socios a la última asamblea donde se iba a decidir el futuro y presentar las cuentas de la UD Almansa, se limitase a un puñado de 40 o 50 personas, denota la inexistencia de un relación seria entre el equipo de fútbol que algunos dicen que es el máximo representante deportivo de la ciudad (discrepo de esa afirmación) y sus casi 25.000 habitantes. Añado: que un club que dice ser señero en Castilla-La Mancha sea incapaz de poder cerrar su ejercicio económico cubriendo su presupuesto, demuestra, bien a las claras, que quienes deberían de apoyarle (la afición), les ha dado la espalda, en su mayoría.
Este es, y no otro, el oscuro panorama al que debe de enfrentarse el “guapo” que ciego por unos colores, decida (con la velada amenaza, irónica claro, de divorcio sobre su cabeza, cual espada de Damocles, si es casado) encabezar una Junta Directiva que, no solo debe de hacerse cargo de un club con una deuda declarada superior a los 60.000 euros y con un presupuesto anual que ronda los casi 300.000 euros, sino que, a mi juicio, debe de resucitar un muerto. Y si esa misión se antoja dura y complicada, no digamos ya que la nueva directiva deberá de perseverar contra la nueva realidad deportiva de la ciudad de Almansa: el fútbol en estos lares HACE TIEMPO QUE DEJO DE SER EL DEPORTE REY.
A mi juicio, el mayor y principal error de los “héroes”, de los “valientes”, de los honrados aficionados que hasta el momento lo han dado todo, y se han dejado hasta la salud, encabezando la directiva de la UD Almansa, ha sido no asumir que los vecinos, la mayoría, “pasan del fútbol”. Recuerdo de cara al posible lector, que estas letras son mi exclusivo punto de vista, no una lección de realidades (aunque para mí sí lo son).
Sentado el anterior precedente personal, creo que el intento, otra vez, y van ya…..!!!, de construir un proyecto deportivo de la UD Almansa en plan equipo profesional, salvo que alguien dispuesto a perder dinero a espuertas lo ponga encima de la mesa, está llamado al más absoluto de los fracasos. El espectacular cambio de mentalidad en el gusto deportivo de los almanseños, la práctica masiva de todo tipo de disciplinas deportivas en la ciudad, el auge del tiempo libre, de la naturaleza, de los viajes, la CRISIS…, todo, todo ha terciado para que el fútbol profesional en Almansa languidezca y se muera ante la ausencia de apoyo de quien debe sostenerlo: una masa social comprometida, potente, valiente y dispuesta a rascarse el bolsillo ante las necesidades y, sobre todo, asistir en masa al campo los días de partido. Quedan en el recuerdo, en la nostalgia, los gloriosos años en que el “Tufi”, bombo en mano, arengaba desde el campo a una afición en éxtasis en eliminatorias coperas.
Ante esta perspectiva, encontrar presidente creo que no va a ser tarea fácil. La teta de las administraciones públicas no está por la labor de sostener con el dinero de todos a clubes deportivos que pagan nóminas a deportistas, que no pueden cumplir con sus presupuestos, y que cada día tienen más y más difícil justificar el fin social de sus objetivos deportivos; máxime cuando hay otros clubes que sin tanta alharaca y con gran sacrificio despuntan y atraen como imán a la juventud actual. Creo llegado el momento en que se nos debe de caer la venda de los ojos. Hay que asumir de una vez, por evidente, que el modelo PROFESIONAL de fútbol, hoy en día, carece de futuro en Almansa.
Si yo fuese un aficionado, si dispusiese de carnet de socio, yo sería presidente de una UD Almansa con un proyecto bien distinto al actual. ¿Distinto?, no; completamente opuesto al que se pretende, contra corriente, seguir alimentando. Mi hipotética presidencia descansaría en un club de fútbol nuevo, remodelado; estructurado y diseñado al cien por cien en base a un objetivo irrenunciable: la formación y promoción integral de jóvenes jugadores de fútbol locales y comarcales. Un club, que pudiera dirigir, acompañado por un puñado de compañeros de forma sosegada, que no estuviésemos temblando y soportando tensiones indescriptibles porque no podamos afrontar la nómina mensual, o porque haya domingos que, incluso que no se pueda ni pagar al árbitro. Dirigiría un club con el objetivo deportivo claro de permanecer en tercera división, sin la obsesión de acceder a unos play-offs que, directamente, en el caso hipotético de ganarlos, nos conduce inexorablemente a territorio comanche. Presidiría un club con un proyecto deportivo acorde con la realidad deportiva que hoy en día se vive en Almansa. Sin fichajes, sin sueldos; un club que se nutre de jugadores ambiciosos, de jóvenes a los que se ayudaría con una aportación económica acorde a su amateurismo, y a los que dejaría “volar” sin trabas en el momento que lo deseasen y/o fueran reclamados por otras entidades. Un club de FORMACION deportiva en la disciplina futbolística, al que se pueda acceder con facilidad. Un club, añado, que sea la casa de todos los chicos almanseños que, alcanzado un nivel, puedan ver colmadas sus aspiraciones de practicar su deporte favorito y dar el salto al neo profesionalismo cuando lo consideren oportuno.
Si las cosas cambian, si los criterios y el afán de protagonismo finalizan, que lo dudo, creo que no habría tanta dificultad en encontrar a una persona que quiera dirigir los destinos de una sociedad, la UD Almansa, que en estos momentos se asoma a la realidad de su desaparición.
Finalizo con una reflexión: a lo mejor no sería tan mala la desaparición. La historia está repleta de este tipo de fenómenos que, tras el traumatismo inicial, han coadyuvado el nacimiento de flores más frescas y mucho más perfumadas.
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