SOCIEDAD | ONG´S
Según la ONG católica el mayor problema de este colectivo humano es la dura afección de la crisis a la hora de encontrar un trabajo con el que sostener a sus familias y a ellos mismos
luis bonete / almansa La Tribuna de Albacete
Según ha podido saber esta delegación de La Tribuna de Albacete, Cáritas Interparroquial de Almansa, ha constatado, a lo largo del año 2016 y los meses del actual 2017, un descenso bastante acusado de la población de inmigrantes establecida en la ciudad a lo largo de los últimos siete años.
Según fuentes consultadas de esta ONG católica, el factor determinante para que se haya producido este descenso a pesar del que en su día se denominó ‘efecto llamada’, «no es otro que la crisis generalizada que ha atravesado el país, a la que no es ajena la que viene afectando desde hace ya años a la ciudad de Almansa», señalan las fuentes consultadas.
El mayor problema al que se enfrenta la población inmigrante es la afección de la crisis que lo hace de forma determinante al empleo y a las posibilidades reales de poder encontrar un trabajo con el que poderse sostener, ellos mismos, y también a sus familias.
POBLACIÓN. También hay que tener en cuenta, según especifican las fuentes de la ONG Cáritas, que el colectivo de inmigrantes establecidos en la ciudad de Almansa, a diferencia de otros lugares con una mayor salida u oferta ‘agrícola’, no dispone de las mismas posibilidades ni apoyos a la hora de poder encontrar trabajo que la población autóctona, «que entre otros aspectos determinantes en este asunto, poseen la gran ventaja que les otorga el ser nacidos en la localidad, y/o contar con la enorme ventaja de disponer de un enraizamiento determinante en el lugar de su residencia», dicen.
Desde Cáritas, han contrastado que estas circunstancias «suponen un gran paso atrás en los esfuerzos que se realizan de cara a la integración de los inmigrantes».
TRANSFORMACIÓN. Ante esta alarmante situación, Cáritas Almansa proclama con voz alta un mensaje cada vez más silenciado: que las personas migrantes ya forman parte del «nosotros», y que su presencia en nuestra sociedad es un hecho incontestablemente positivo. «A nivel general, el signo de los tiempos a influido notablemente a que nuestra sociedad se haya transformado en una ente muy diverso. Y diverso, evidentemente quiere decir distinto, pero también quiere decir mejor», subrayan.
Quienes peor lo tienen, los que no tienen la opción de buscar trabajo en Almansa y por ende en Europa, «son los inmigrantes que no consiguieron la doble nacionalidad a lo largo de sus primeros años de trabajo en España, perdieron su empleo en la construcción o en labores agrícolas y con ello perdieron su bien más preciado: su permiso de trabajo y de residencia».
«Todos sabemos y somos conscientes de ello que en estos momentos se encuentran viviendo el drama de encontrarse en situación irregular. Una situación administrativa que conlleva el evidente riesgo de poder ser identificados, detenidos y situarse bajo la amenaza de una orden de expulsión, señalan desde Cáritas Almansa».
La irregularidad sobrevenida afecta a un tercio de la población ‘acompañada’
l.b. / almansa
Caritas Interparroquial acompaña a personas cuyo proyecto de vida se ve interrumpido por falta de oportunidades, familias que, empujadas al retorno a sus países de origen, tienen que sufrir una nueva ruptura, un nuevo duelo migratorio y afrontar un regreso que, lejos de ser voluntario, se convierte en una nueva expulsión.
«Acompañamos también a muchas otras familias, vecinos de nuestras comunidades, que en este nuevo contexto de precariedad social caen en la irregularidad sobrevenida y, con ello, en la exclusión en el acceso a derechos tan básicos como la salud», señalan.
SOBREVENIDA. La situación jurídica de los inmigrantes acompañados por Cáritas se centra en el problema del incremento de las situaciones personales de irregularidad sobrevenida.
Los agentes de las distintas Cáritas Diocesanas señalan que un tercio del total de personas inmigrantes acompañados se encuentran en situación administrativa irregular y expresan su alarma sobre el preocupante incremento de las situaciones de irregularidad sobrevenida al no poder renovar sus autorizaciones de residencia y trabajo. La causa principal de ello ha sido la rigidez de las condiciones exigidas para la renovación.
Para Cáritas, «se evidencia las posibles fracturas sociales de una política migratoria que únicamente se configura en torno al mercado laboral y que no toma en cuenta a los inmigrantes como personas, con vínculos y relaciones familiares».
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