(agradecimiento a Pepe Gómez Leal)
ENTREVISTA Andrés Gil Martínez es un joven almanseño depositario, por tradición familiar, de la responsabilidad de ser el ‘Vitorero’, un cargo que se ejerce en su familia ininterrumpidamente generación tras generación
«Mi misión, que traspone ya los tres siglos, es vitorear a la Virgen de Belén en cada ocasión que sale a las calles»
LUIS BONETE / ALMANSA La Tribuna de Albacete
Son ya 310 años de arraigada tradición almanseña los que descansan sobre los hombros del joven y simpático Andrés Gil Martínez, ‘el Vitorero’, descendiente ‘histórico’ que no familiar, de aquel lugareño, aseguran de profesión molinero y de nombre Antón Gil que, el 25 de abril de 1707, avanzada la tarde, dan por cierto que entró en la iglesia con una gualdrapa sobre sus hombros, alzando en su mano una alabarda y sosteniendo en su otra mano la mitra y lanzando al aire, y a quien lo quisiera escuchar, vítores a la Virgen de Belén, a quien imputaba y agradecía la victoria en el campo de batalla de las tropas de Felipe V.
¿Quien es el «el Vitorero?, ¿qué representa?
Mi personaje puede parecer extraño, sobre todo para los niños y forasteros por la indumentaria y las aclamaciones que hago. Mi misión es la de preceder siempre a la Patrona de Almansa, Nuestra Señora de Belén, cuando sale a las calles y lanzar vivas o vítores en su honor. Esto sucede, generalmente, en las dos romerías, en la procesión de sus Fiestas Mayores y en la del Domingo de Resurrección y cuando se celebra la Conmemoración y Recreación de la Batalla de Almansa. Excepcionalmente, también acompañé a la Virgen cuando, hace años, hizo una gira por las Parroquias de Almansa.
Yo quiero ser ‘Vitorero’, ¿podría?
No, no podrías. Este es un cargo que se hereda de forma familiar, por línea paterna y pasa de padres a hijos. Mi padre fue José Gil López, mi abuelo José Gil Biosca, ambos pastores, y yo Andrés Gil Martínez, zapatero en la sección de plantillas de una fábrica de calzado almanseña.
Háblanos de las ropas que vistes.
Según la tradición oral, que un tal Antón Gil y de profesión molinero, finalizada la Batalla de Almansa, apareció por el pueblo vestido de tal guisa, pudo haber recogido esas ropas del campo de batalla y de esa forma comunicó a los vecinos la victoria del ejército borbónico, dando vítores a la Virgen de Belén.
¿Que sientes cuando lanzas los vítores por las calles de Almansa?
Llevo ya unos años en este cargo y no ha cambiado nada mis sentimientos: para mí es un gran orgullo y un honor ser depositario de una tradición que viene de siglos y va unida a nuestra excelsa Patrona la Virgen de Belén.
Tú eres una persona joven, ¿qué te comentan tus amigos del cargo que desempeñas? ¿Y en tu familia?
Básicamente todos piensan igual: que es que es un orgullo el ser Vitorero de la Patrona. Puede que alguien sienta una envidia sana, pero no lo sé. Y en mi familia, por tradición piensan que el cargo es un honor y una responsabilidad que se debe de desempeñar de la forma más digna que se pueda.
¿Recibes alguna gratificación o paga por asumir el cargo?
No recibo nada de nada. Cuando era pequeño la Sociedad de la Virgen me daba unas pesetillas y luego, como era tan poco, dejaron de dármelo. Mi cargo es totalmente altruista.
¿Sabes si tu personaje está presente en otras ciudades que tienen como Patrona también a la Santísima Virgen de Belén?
No, mi personaje es irrepetible. Julián María Hernández, párroco que fue de San Roque, publicó en 1966 estas poblaciones y países donde también veneran a la Virgen de Belén: Liétor, Navalón, Carrión de los Condes, Bigastro, Cabeza del Buey, Burgos, Barcelona, Madrid, Málaga, Lisboa, y localidades de Argentina, Perú, Brasil, Colombia y Paraguay. No tenemos conocimiento que en ninguna de esas ciudades exista otro ‘Vitorero’. Esa figura es propia de la tradición de Almansa.
¿Cuales son los vítores que lanzas precediendo a la Patrona?
Yo grito: ¡Vítor a la Virgen de Belén!, a lo que el pueblo contesta: ¡Viva!. Añado: ¡Y el “Niñico” también!. El pueblo responde: ¡Viva!. Y termino solicitando: ¡Agua, Virgen de Belén!. Y el pueblo proclama: ¡Agua!.
¿Como es tu relación personal con la Sociedad de la Virgen y la Sociedad de los Pastores?
Tengo más relación con la Sociedad de Pastores, que son los porteadores de la Virgen, los «pies» de la Virgen, como a ellos les gusta que los llamen, y con su presidente Horacio. Fundamentalmente, nos ponemos de acuerdo en los arranques y paradas del grupo que lleva a la Virgen en las romerías. Con los directivos de la Sociedad de la Virgen la relación es buena y cariñosa, pero de un carácter menos íntimo.
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