Noviembre, mes de los difuntos pasados, presentes y futuros. Mientras el Rey Juan Carlos escucha con cara de funeral los cantos de Miserere de su yerno Urdangarín, Manolo el Escayolista recibe con pena la noticia de 129 parados más en Almansa del mes de Octubre, siendo ya 3.277 en total. También ha visto en la tele que el Ayuntamiento de Zaragoza acaba de embargar cuatro mil nichos del cementerio. Muy mal están las cosas cuando la crisis de los vivos llega a las tumbas de los muertos. Y, mentando a los difuntos, el próximo día 20 sabremos con certeza quién es el político que los españoles han decidido enterrar. Aunque Manolo va teniendo, cada día que pasa, más claro el dilema: ¿botar a Rubalcaba o votar a Rajoy?.
Por José GOMEZ LEAL. Copyright-2011
Cyrano: Hay muchos candidatos que se presentan, Manolo.
Manolo: Sí, pero la actualidad manda. La inmensa mayoría se declara seguidor entre dos contrarios: Cristiano o Messi, Guardiola o Mouriño, Barça o Madrid. Pues bien, el próximo día 20, los españoles tenemos que elegir uno de los dos: Rubalcaba o Rajoy.
Cyrano: En el pasado debate televisivo del día 7 dicen los periódicos que ganó Rajoy.
Manolo: Yo a quien de verdad creo es al gitano de un mercadillo, que, al ser entrevistado el otro día, contestó: ¿Cómo vamos a votar al que nos ha metido en este lío tan gordo del
paro?
Cyrano: Razón lleva el gitano pues si no ha sido él, sí que ha sido cómplice de un gobierno de inútiles con un Presidente al frente que pasará a la historia.
Manolo: Creo que desde los Reyes Católicos no hemos tenido un gobernante peor. ¡Qué digo desde los Reyes Católicos, desde D. Pelayo!
Cyrano: Este candidato fue el que dijo muy solemne: “Queremos políticos que no nos mientan”.
Manolo: ¿Nos ha dicho su Jefe Zapatero alguna verdad en estos últimos años?
Cyrano: La gente tiene muy presente algunos gestos de Rubalcaba. Por ejemplo sus lágrimas recientes, en compañía de otros dirigentes vascos, al celebrar el comunicado de
tres encapuchados de ETA.
Manolo: La pregunta es por qué no ha derramado esas mismas lágrimas en el funeral de una sola víctima de esos terroristas. Nadie que yo sepa lo ha visto llorar. ¿Tú crees que se le puede tomar en serio? Eso en mi pueblo son lágrimas de cocodrilo.
Cyrano: Otro detalle que ha pasado desapercibido para mucha gente. La policía que ha estado bajo su mando ha echado por tierra, como luego se ha demostrado, el
prestigio y la fama de la deportista Marta Domínguez. La han televisado acompañada por la guardia civil como si de una delincuente se tratara acusada de tráfico de estupefacientes y consumidora de sustancias dopantes. Los jueces no han hallado culpa alguna. ¿Ha salido el tal candidato, responsable hasta hace poco de la actuación de los cuerpos de seguridad, a pedir perdón? ¿Quién devuelve el sufrimiento pasado a la extraordinaria corredora? ¿Quién paga por el error cometido?.
Manolo: Otro caso que en cualquier país hubiera llevado a la dimisión o cese fulminante: el caso del “Bar Faisán” o chivatazo de unos policías a unos terroristas para que no fueran detenidos cuando iban a recoger el conocido impuesto revolucionario. Los jueces han dicho que se cometió un delito aunque se desconoce el autor. Si los que participan son miembros del Ministerio del Interior, la culpa no es de Perico el de los Palotes. El Ministro responsable del ramo tiene algo que decir y es, por lo menos, dimitir. Pues nada, da la impresión de que “ha sido una mata que no ha echao”. Y encima va e impone medallas a mandos policiales que participaron en tal desaguisado. ¡Toma ya!
Cyrano: La guinda del pastel es el Ministro de Fomento y a su vez Portavoz del gobierno, el Sr. Blanco, azote y látigo de lo políticos corruptos del PP. Resulta que se acumulan los indicios de su participación en tráfico de influencias y anda escondido no se sabe dónde, bajo el paraguas de su condición de aforado, a la espera de que cesen las noticias tan
negativas.
Manolo: Seguro que está por alguna gasolinera. Si el candidato Rubalcaba calla y permite esto, se está buscando que lo acusen de cómplice de su amigo. ¿Quién podrá confiar en él? ¿Quién le podrá otorgar el voto? Ni siquiera sus propios votantes socialistas.
Cyrano: Aparte de este impresentable currículum del Sr. Rubalcaba, su programa y sus ofertas electorales, bien miradas, o no tienen consistencia seria o son completamente
demagógicas. Por ejemplo su defensa a ultranza de la enseñanza pública y su ataque constante a la enseñanza privada. ¿Es que no pueden convivir los dos sistemas como en cualquier país democrático europeo? ¿Por qué políticos destacados socialistas como Bono, Pepiño, Guerra, Montilla, la Sra. Chacón, el propio Rubalcaba llevan a sus hijos o ellos mismos han estudiado en colegios privados? ¿Por qué dicen una cosa y hacen otra? ¿A quién quieren engañar con esta doble vara de medir?
Manolo: Creo que es el mal de los nuevos ricos. Pérez Reverte ha definido así a los ministros actuales: “una pandilla de irresponsables de ambos sexos: demagogos cantamañanas y frívolas tontas del culo que, como el mismo Zapatero, no leyeron un libro jamás… corte de esbirros, cobardes y analfabetos”. El mérito de muchos de ellos no ha sido el de crear puestos de trabajo o destacar en su profesión, sino el de medrar en la política y encaramarse a puestos de dirección en su partido político, empezando por el Sr. Zapatero. Algunos hasta se han adornado con títulos falsos de licenciados o doctores en derecho: Montilla, Pepiño, la Sra. Chacón, la Sra. Valenciano. ¿Es que no saben que, antes o después, todo se sabe?
Cyrano: Me cuenta un amigo maestro jubilado, en uno de sus garbeos por la “Cofradía del Mandil Negro” en su sede del “Rincón de Pedro”, que el brillante escritor irlandés Sir George Bernard Shaw (premio Nobel de Literatura y guionista de «My Fair Lady») escribió esta frase genial: «Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo… y por los mismos motivos.»
Manolo: La frase es muy oportuna para las próximas elecciones generales. Ahora lo tengo clarísimo: “Botaré a Rubalcaba”.
Cyrano: Me lo has quitado de la boca. Yo también “Botaré a Rubalcaba” como tú y como el gitano del mercadillo.
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