ENTREVISTA Francisco Doñate es un neurocirujano almanseño, persona cercana, sencilla, amable, autor de libros y de cientos de artículos científicos, todos publicados en revistas nacionales e internacionales
«He tenido la gran suerte de ser un niño feliz, y poder repetir la felicidad en la madurez»
luis bonete / almansa
El cuatro de julio de 2010, el Ayuntamiento de Almansa concedía a Francisco Doñate Oliver el título honorífico de ’Almanseño Ilustre’. Paco Doñate es una persona que, a pesar de haber pasado casi toda su vida fuera de la ciudad, nunca ha dejado de proclamar allá donde fue las excelencias de su tierra. Es médico, catedrático de Anatomía y Embriología Humana de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea en Leioa (Vizcaya) y finalizó con éxito las carreras de Filosofía y Derecho. Un almanseño cabal, limpio, que se considera la antítesis del nacionalismo. «Me declaro, aquí y ahora universalista por naturaleza, lo cual no es obstáculo alguno para que ame profundamente a mi pueblo, a mi ciudad».
¿Que sintió cuando le comunicaron que le nombrarían ’Almanseño Ilustre?
A fuerza de ser sincero he de decir que lo primero que sentí, no fue alegría, sino miedo. Miedo, al ser consciente de que iba a ser un momento íntimamente ligado a la ciudadanía, a mi ciudadanía, a la de mi pueblo.
Usted es una persona acostumbrada al protocolo. ¿Qué recuerdo le queda de aquella jornada?.
¿Recuerdos me pregunta?. He de reconocer que de todos los actos protocolarios de los que he sido partícipe a lo largo de toda mi existencia, que han sido muchos y que no los mencionaré, ese fue, con diferencia, el más importante de toda mi vida.
¿Ha cambiado su experiencia vital tras recibir ese gran honor?
Hay un antes y un después del galardón honorífico recibido. A partir de ese día dejé ser un almanseño más, uno de a pié, para convertirme, quisiera o no en almanseño referencial. Por eso a partir de entonces mi conducta es absolutamente medida, y mucho más solidaria.
Lleva toda una vida en el País Vasco. ¿Es nacionalista?
En dos palabras: me considero la antítesis del nacionalismo. Me declaro aquí y ahora universalista por naturaleza, lo cual no es obstáculo alguno para que ame profundamente a mi pueblo, a mi ciudad.
Usted ha hecho su casa con sus propias manos. ¿Que le parece el actual urbanismo almanseño?.
Estoy en contra del urbanismo desaforado que con sus actuaciones hace desaparecer edificios históricos. Almansa, con el paso de los años, ha perdido joyas impresionantes de un valor incalculable que jamás podrán ser recuperadas.
¿Le acompaña la maleta de los recuerdos familiares?
Sí, el recuerdo de mis padres. Sobre todas las cosas, su recuerdo. Mi padre era un trabajador infatigable, tremendamente crítico con todo y amoroso, infinitamente amoroso. Cuando nos besaba lo hacía en escopeta, como si de pronto fuéramos a desvanecernos. Mi madre era la ingenua inteligente, solidaria y compasiva. Le costaba manifestar sus amores, pero no podía evitar trasudar sus sentimientos.
¿Que nos dice sobre su infancia?
Yo he tenido la suerte de haber sido siempre feliz. Fui un niño feliz, un joven feliz y un hombre maduro feliz. Ahora, ya a mis años y a pesar de los achaques prematuros, sigo siendo un hombre feliz.
¿Donde aprendió a amar la cultura y el arte musulmán?
Después de 800 años siendo musulmanes, judíos y cristianos algo nos habrá quedado a todos, ¿no? Los estilos arquitectónicos islámicos, especialmente los occidentales son típicamente españoles, me refiero al grandioso arte mudéjar y al arte nazarí. A la arquitectura Omeya le pasa como al pasodoble, que nació en Francia pero creció y se desarrolló en España. El estilo Omeya nació en Damasco, pero la mezquita de esta ciudad es simplemente una mueca comparada con Córdoba.
Como residente en el País Vasco, ¿hasta dónde llegó su compromiso con la sociedad?
Mi bautizo nada más llegar al País Vasco fue el ir a una manifestación en protesta por el asesinato de José María Ryan, ingeniero de la Central Nuclear de Lemóniz. Desde entonces, no ha habido ni un momento de descanso en la lucha contra la irracionalidad de privar de la vida a una persona, no importan los motivos. Esto me llevó a comprometerme políticamente, fui unos años coordinador general de IU en el País Vasco, afrontando pruebas durísimas con mis propios compañeros.
¿Se atreve a mencionar a tres personajes almanseños?
El primer Vitorero, por sobrevivir a la tragedia de la Batalla de Almansa. D. José Conde, él me enseñó a amar el saber, y D. Manuel Manzanera, porque me regaló, siendo yo un chaval, mi primer libro de medicina y me dijo que como él, sería médico.
¿A qué personaje histórico le hubiera gustado conocer, charlar?
A Leonardo Da Vinci, sin dudarlo un instante; una figura apasionante con un gran lugar en la historia.
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