¿UNA PROPOSICIÓN INDECENTE?. NO, LO SIGUIENTE

Luis BONETE. Periodista

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En el año 1.969, el catedrático de Ciencias de la Educación de la Universidad del Sur de California, Laurence J. Peters dedujo, tras un profundo y reconocido estudio de las jerarquías en las organizaciones modernas que “…, las personas que realizan bien su trabajo son promovidas a puestos de mayor responsabilidad, hasta que alcanzan su máximo nivel de incompetencia”. O dicho de otra forma: “…, la nata sube hasta cortarse”.

Miércoles 31 de octubre de 2018. Jornada del previsto Pleno para proceder a la elección del nuevo alcalde de Almansa tras la renuncia de Paco Núñez unos días antes.  Alrededor de media mañana y todavía no repuesto del jet lag producido por su reciente viaje desde China hasta Almansa, el celular del concejal del grupo municipal popular Paulino Ruano emitió señales inequívocas de llamada de un número conocido. Ruano contesta a la llamada y al otro lado la voz del concejal socialista Adrián Megías, no se corta un pelo: ofrece a Ruano “lo que quieras”, si “en el Pleno de esta tarde-noche votas a María del Carmen Valmorisco como alcaldesa”. Ruano es hombre tímido, de pocas palabras, pero es leal al partido político que le fichó para las municipales de 2.015, y sin dudar un instante espeta a Megías: “…, acabo de volar desde China hasta Almansa para participar hoy en una votación y que todo transcurra como es debido; mañana parto para Hong Kong, y, ¿sabes qué?, lo haré con la conciencia tranquila y mi integridad y honor personal sin mácula alguna”. Dicho esto, Ruano cortó la comunicación. Imagino la cara que se le quedaría al concejal Megías.

Hasta aquí el lance tal y como sucedió; a partir de ahora, mi apreciación personal sobre la gesta de Adrián Megías.

En los tiempos que corren queda meridianamente claro que la dignidad de los políticos no da dividendos; y prueba palmaria de ello, es el hecho de que un concejal (sea del signo que sea) intente sobornar a otro ofreciéndole “lo que sea” con tal que traicione a quien lo puso donde está.

Entrando a fondo en la materia es evidente que, siempre y cuando Adrián Megías, como parece, tuviera asegurada la alcaldía de Valmorisco con el voto del popular Paulino Ruano, Izquierda Unida-Los Verdes estaba también en el “ajo”. Veamos: Ocho votos del PSOE, más uno de Paulino Ruano suman nueve; insuficientes frente a los 10 del PP. Ahora bien, si Megías se la jugó con semejante rastrera llamada, tuvo que ser porque tuviera asegurados, en caso de prosperar su “jugada” los dos votos de IU-LV. De esa forma, la aritmética (ocho votos PSOE, dos de IU-LV y uno de Paulino Ruano, igual a 11) sí le era favorable y convertía en alcaldesa a María del Carmen Valmorisco.

Personalmente, lo reconozco, le tengo aprecio a este chico, por esa razón me es complicado calificar adecuadamente el tenor del infame y despreciable gesto que ha protagonizado con esa llamada; jamás podía imaginar que Adrián Megías podría llegar a realizar semejante e indecoroso acto. Me queda la duda de si en el Partido Socialista sabían algo de esto. También me gustaría conocer si actuó solo o en compañía de otros. Si sus compañeros de grupo estaban al tanto, si Valmorisco era conocedora de todo esto, si esta señora dio su Vº Bº o si miró hacia otro lado mientras Megías intentaba convertirla en alcaldesa a través de la traición más asquerosa…, si así fuera es, sin duda alguna, el más triste colofón que esta mujer ha podido poner a sus carrera tras anunciar que se va de la política tras 35 años en activo.

Ahora que se ha destapado todo, solamente le queda a Adrián Megías una salida honrosa. Una nada más. Presentar inmediatamente su DIMISIÓN. Ni un día más se puede permitir Adrián Megias pertenecer al grupo municipal socialista. También debe de comparecer, Adrián Megías, ante la opinión pública, para aclarar la forma en la que se gestó esa llamada, ese intento de soborno a un compañero de Corporación. Adrián Megías debe de aclarar, INMEDIATAMENTE, quien estaba al tanto de esa llamada y, sobre todo, PEDIR PERDÓN y marcharse. Perdón a los almanseños, y en especial a los miles de votantes que creen, con razón, que en el PSOE y las personas que lo representan en el Ayuntamiento hay ciudadanos honrados.

Adrián Megías, con su proposición indecente a Paulino Ruano, ha puesto punto y final a su carrera política. Es grave, muy comprometido lo que ha hecho. Es vergonzoso, infame e impropio de un joven político universitario que va por la vida dando lecciones de limpieza y ética. Se acabó el mito. El mismo se ha autodestruido. Adrián Megías se ha quitado la careta y nos enseña, solo con la goma puesta, quien hay detrás de la máscara. Nos encontramos un político inconveniente para los intereses de la ciudad, que prefiere, en vez de dar juego a la democracia y la limpieza, a seis meses de unas elecciones municipales, y a través del uso de la infamia y la traición, imponer en la alcaldía de Almansa a una persona a la que los almanseños, por una amplia mayoría y en 2.015, mandaron a la oposición.

Espero, la ciudad espera, que la Ejecutiva Local del PSOE reaccione rápidamente, intervenga y exija responsabilidades a Adrián Megías. El PSOE, a las puertas de unas municipales, en pleno proceso de primarias, no puede permitir que le salpique el escándalo de un concejal que, solo, o en compañía de otros, es capaz de arruinar su vida política, su prestigio y honradez personal, intentando una pervertida jugada en aras de conseguir un poder que los almanseños le negaron.

“Acta est fábula” (Augusto)

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