Por Luis BONETE. Periodista. Copyright-2019
Una vez que, gracias a Dios!!!, ha terminado el periodo electoral más largo y comprometido que recuerdo, por mor de los resultados que han arrojando las urnas, llega el momento de los valientes, el trance de los pactos políticos: una coyuntura que la mayoría de la fauna pública y ciudadana, imaginaba que habría que afrontar y que, finalmente, se ha confirmado y no queda más remedio que ir al baile, guste o no.
Es de todos sabido y bien conocido que el bloque de centro-derecha, representado por el PP y Ciudadanos, suma, si llegan a un acuerdo, los suficientes ediles para hacer alcalde de Almansa a Javier Sánchez. El bloque de Izquierdas (PSOE e IU) se queda en 10 ediles, y solo le queda la esperanza técnica que la flauta ciudadana emita los acordes de la Internacional y, alcanzado un sub-pacto entre ellos, puedan aupar al sillón de regidor al candidato socialista Pablo Sánchez.
Cuando estas letras escribo todavía deben de transcurrir 16 jornadas para constituir la nueva Corporación, y como manda el guión, todos los frentes están abiertos; todas las posibilidades (en realidad tan solo dos) están en el tablero. Reina por doquier el rumor, el yo “sé de buena tinta que…”, “no está todo perdido”, “hasta el rabo todo es toro”… En estos momentos tensos PP, Cs, PSOE e IU calientan con su trasero una de las cuatro sillas que dan acceso acceso a la mesa de póquer y, todos se afanan en poner cara de ídem.
El ex-independiente, y ahora reconvertido en Ciudadano, Alfredo Calatayud, tiene la llave de la gobernabilidad del Ayuntamiento de Almansa (a mí me gusta más afirmar que tiene la sartén por el mango), y no tiene prisa; y hace muy bien en no tenerla. Es bonito vivir este envite. Qué le bulle en su cabeza es un misterio que solo él conoce, que solamente él va a administrar. Espera, Alfredo Calatayud, a la puerta de su tienda, que le llamen del PP y del PSOE; aguarda que le “doren la píldora”, que le digan bien clarito si lo que va a tocar la orquesta municipal es rock&roll o un vals vienés. Buenas músicas ambas, indudable, pero imposibles de interpretar en el mismo salón de baile.
Las presiones para que en Almansa, Ciudadanos pacte con PSOE, una vez que éste le pueda garantizar que ha alcanzado, como mal menor, un acuerdo “subterráneo” con IU, son fuertes en estos momentos, y soy de la opinión que en los próximos días estas presiones irán a más. Lo que la izquierda no ha conseguido en las urnas, tratará de conseguirlo a base de promesas y prebendas. Al loro!!. Eso no quiere decir que esté ya todo hecho. Calatayud se lo va a pensar, y detenidamente. Tiene que valorar muchas cosas antes de adoptar una decisión. Entre otras (con los cantos de sirena en su oído), quizás la más importante, la que finalmente le incline a la decisión que la mayoría espera, es que tome conciencia plena que los más de 700 almanseños que le votaron no quieren verlo como un simple concejal “muletero” de PSOE e IU. Su ADN y el de Cs es distinto, y él lo sabe.
Es obvio, lo saben hasta los nenes de teta que a Javier Sánchez y Alfredo Calatayud es mucho más lo que les une que lo que los separa. La templanza contrastada del primero combinada con el apasionamiento del segundo, puede dar a luz un tándem que saque a flote a esta ciudad, tan necesitada de frescura y de buenas decisiones; una ciudad que ofrece a cambio un horizonte lleno de esperanza y buenos augurios para quienes aquí vivimos.
Alfredo Calatayud, único concejal electo de Ciudadanos tiene la llave; claro que la tiene, falta por conocer cual será la puerta que abra, pero conociéndole como le conozco, sé, percibo, que la noche electoral le dió de lleno donde más duele: en su estima personal. En la contienda directa con Javier Sánchez, Pablo Sánchez y Cristian Ibáñez quedó en cuarto lugar a mucha distancia, quizás demasiada para lo que se merecía. Ahora tiene una gran oportunidad, la de hacer valer su ventaja numérica y trabajar de la forma coherente que desean, quienes en él han depositado su confianza.
Cualquier político con un mínimo de experiencia, y Alfredo Calatayud la tiene, sabe que uno de los principales instrumentos de acción de un partido es justamente su capacidad de pactar con uno o con su rival en función de las circunstancias que se presenten y de la valoración de las mismas. Renunciar a ese activo sería en mi opinión una aberración injustificable.
Cada oveja con su pareja.
Amén
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