Mucho hablar vaporosamente, pero ¿quien despeja la niebla y dice disipadamente como se sale de la crisis?. Unos, la gran mayoría de centro y alrededores, que si actuando sobre los impuestos en un sentido o en otro, reextructuración y regularización de lo financiero, concesión de créditos fáciles, apoyos a las PYMES, etc. ¿en qué se concreta, todo esto? ¿es suficiente revulsivo para animar la actividad económica?. Por la izquierda de la izquierda es donde únicamente se da una solución, que en definitiva consiste en repartir lo que hay previo saneamiento de fraudes y privilegios; al menos es comprensible aunque fuese de complicada y dificil plasmación real.
Por ANTEFAZ. Copyright-2012
Las utopías, aun siéndolo, marcan el camino, para al menos tratar de hacerlas realidad. Y sino que digan que otra solución encuentran… venga, mire Ud., una: Cerrar los ojos y seguir con la fiebre constructora por doquier, más estructuras y grúas, más viviendas aún no siendo necesarias, con ello la actividad económica se vuelve a poner a un alto ritmo, moviendo todos los sectores, empleando a parados; construir y construir. Claro inflada la burbuja inmobiliaria, llega (como ha pasado) que la tensión es tan grande y al no ser aguantada por la demanda de las compras, explota y todo se va por el éter.Y aquí está la clave de lo de antes: seguir hinchándola y que sea sostenida por el otro lado, invirtiendo o gastando en la adquisición de una vivienda, de otra, de una tercera… si que se habiten, solo por poseer, poseer… y así se mantendría en continua expansíón indefinidamente, con la última limitación de lo dicho al principio: por el consumismo a la consumación.
Cada vez las personas, incluso las cultas o formadas, aunque se pregone que cada generación sabe más; se van distanciando también más del conocimiento del funcionamiento de las cosas instrumentales.
Antes las había que sabían de todo,aunque no me refiero al hombre del Renacimiento, pero es que se podía entender la articulación de las partes mecánicas, el engranje de las piezas para la marcha de una máquina. Se puede comprender desde el funcionamiento de un molinillo manual de café, de una bicicleta, de una máquina de escribir mecánica, incluso del motor de explosión y de combustíón, hasta los mecanismos más sofisticados que se puedan palpar (todo con las debidas cautelas de hasta donde se basa el conocimiento y no querer
explicar esas bases infintas de porqués).
Hoy día, en cambio, el ser humano va siendo cada vez más inculto respecto a los avances científicos y tecnológicos. Instrumentos que nos parecen banales, ¡que no me digan del común de los mortales!, incluso los de alto nivel de formación (sin ser especialistas en el aparato de que se trate), a ver quien da una explicación lógica, encadenada, con fundamentos, paso a paso; del funcionamiento por ejemplo de un teléfono móvil, de cómo se puede guardar y reproducir el contenido en un disco duro, de un minúsculo chip
electrónico, de un ordenador o “simplemente” que al apretar una tecla aparezca el símbolo de ella en la pantalla. La colonización científica-tecnológica está servida.
Con cordialidad navideña. Antefaz
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