Me pregunto dónde está aquella España tan preocupada por los derechos humanos y las víctimas, me pregunto dónde están ahora Javier Bardem y su madre, dónde está ‘Willy’ Toledo, dónde están los de la ceja, los de Garzón, los del Nunca mais, del No a la guerra. Me pregunto dónde están los de aquella flotilla falsamente llamada de la libertad ahora que el pueblo sirio está siendo masacrado.
Por Salvador SOSTRES. Copyright.2012
Me pregunto con insistencia y quizá con candor dónde están las masivas manifestaciones contra tan salvajes e indiscutibles crímenes, por dónde está cortada la Castellana, por dónde el paseo de Gracia; no veo tiendas de campaña en la plaza de Cataluña, ni en Sol, ni jóvenes indignados frente al Congreso o tratando de impedir la actividad del Parlament.
Me pregunto qué se ha hecho de tanta ansia de paz, de tanto compromiso, de tanta convicción, de tanta ternura como metáfora de la solución universal ahora que no se trata de insultar ni a Estados Unidos, ni a Israel, ni a Aznar. Ahora que simplemente se trata de vidas, de hombres, de mujeres y de niños sin banderas. No sé dónde están actores, actrices y cantantes y demás intelectuales de la izquierda ahora que no se trata de asaltar las sedes del Partido Popular ni de echarlo del Gobierno.
Me pregunto dónde están los pollos socialistas y comunistas ahora que no pueden quemar banderas americanas, ahora que ya Bush no puede tener la culpa, ni Israel. Me pregunto dónde están amotinados contra esta ONU controlada por¡ criminales, impotente, incapaz de resolver ningún problema. Me pregunto dónde está su grito en el cielo contra la fría indiferencia de la UE. No les veo, no les puedo escuchar. Me pregunto dónde, dónde están.
Me pregunto dónde están los héroes de la protesta, los centinelas de la Justicia ahora que no pueden sacar tajada ideológica ni pueden usar el drama en su beneficio. Me pregunto si consideran que un niño sirio es menor en dignidad a otro iraquí o afgano, o a los percebes gallegos. Me pregunto si los niños sirios tienen menos derechos que los niños egipcios o libios, si dan menos pena, o si quedan peor en las fotografías y en las pancartas.
Me pregunto dónde está la España tan rabiosa a la hora de airear sus odios y de usar cualquier dolor en favor de su demagogia, cualquier cadáver como munición. Me pregunto dónde está esta España tan soberbia y tan laica, que tanto presume de superioridad moral y de solidaridad.
Tal vez es que no he mirado bien, o que me he ido volviendo sordo con el tiempo. O tal vez es que su interés nunca fue el derecho, ni la vida de nadie, ni la paz, ni la ternura. Tal vez sólo se trataba de sus prejuicios y de su resentimiento, de su hondo problema con la libertad, de su judeofobia atroz, de su infantil antiamericanismo, tan supersticioso.
¿Cuántos dictadores islámicos o islamistas tendrán que masacrar a sus pueblos, cuántos tendrán que tener la bomba atómica para que admitáis que Israel es un dique de contención contra la barbarie y que tiene razón cuando dice que hay que bombardear Irán?
No os oigo, camaradas. ¿Dónde estáis?
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