Me había recostado en el sofá disfrazado de guerrero del antifaz para estar a juego con el programa, y pasar un buen rato a pesar del dolor lumbar para el que era difícil encontrar acomodo; cuando el presentador hace una referencia hacia mi persona detrás de la faz. Me quedé patidifuso, y no del tiron muscular sino de que mi pobre colaboración que es simplemente un entretenimiento(es bueno ejercitar la mente) de unas crónicas comentadas sencillas pero meditadas con extensiones personales, cuando te empuja la
humilde inesperada inspiración o te motiva poner el contrapunto o comentario a lo que por allí se ve y se dice…
Por ANTEFAZ. Copyright.2012
Al poco me sentí mejor, ya que el reconocimiento inmerecido me producía desosiego que se traducía en calor, que le va bien a la lumbalgia. Así que olvidado del dolor por unos momentos, analizaba las palabras de Luis Bonete, por las cuales estando en Carnaval me desenmascaraba algo (tampoco me importa). De todes les alumnes de aquella época, no recuerdo alguien de quien no tenga buen recuerdo, eran respetuosos, agradecidos, y lo que es muy importante responsables hacia sí mismo de sus propios insuficientes
rendimientos y no cargarlos en culpas ajenas (salvo casos clamorosos); ahora impera mucho la comodidad, la dejadez, la irresponsabilidad, el escudamiento en otros factores que no sea su propia inaptitud o vagancia para cargarselo a otros.
Con independencia de sus resultados académicos (que por cierto no tienen que ver con otras aptitudes o con otras ramas del saber como a la vista lo tenemos demostrado… lo demuestras vamos); a cada cual le va lo suyo, y lo tuyo ha sido y es el mundo de las letras y lo social, y de propina recuerdo de un alumno que con un brazo, al tenis, nos hacía “morder el polvo” a dos profesores juntos contra él; tienes que identificarte con el fenómeno ¿no?.
El director del programa indicaba que su ayudanta podría decir algo de las crónicas, pero a continuación Conchi Díaz, seguramente más atenta a decir fluida y seguidamente como ponerse en comunicación con el programa, se le fue “el santo al cielo” (no sé yo, si esta esprexión a Conchi le cuadra mucho) y hasta también se me ocurría que mis referencias no fuesen de su agrado (hasta ahí llegué), pero “quia”, no pudo terminar el programa sin que la que hoy veía como mujer fatal y espía, dejase de soltar unas agradables palabras; y además ¡uf! qué descanso, ¡ya sabemos que Conchi lleva un corazón y medio; ya puedo dormir hoy tranquilo, pobriño de mí, si me deja este dolor lumbar.
Que os voy a decir lo breve… lo que más quepa en una palabra, por el detallazo, gracias. Es lo que he visto delante de mí, ante la faz
PD: He tardado en enviar este mensaje, porque no vi en directo el programa (lo tengo grabado). Me entere por la calle, y pude darme cuenta que la máscara me tapaba cada vez menos.
Antefaz
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