Vaya por delante que no pienso arrugarme ni lo más mínimo por ningún comentario que, en la línea de: “…, claro, ¡qué va a decir si de quien habla es su padre!..,”, pueda salir de la boca, pluma o pensamiento de quien estas líneas se lleve al coleto.
Luis BONETE. Periodista Copyright-2022
Hoy domingo, día ocho de mayo de Nuestro Señor, leo con atención una entrevista que, en el diario La Tribuna de Albacete, se le hace al presidente de la Denominación de Origen Almansa, Adolfo Cano. Una persona a la que apenas conozco, pero que sin duda se presenta ante la opinión pública como un joven entusiasta, emprendedor y amante del zumo de la uva, es decir, del vino.
Quiero pensar (porque descarto a priori la mala fe) que es debido a su juventud que en su respuesta a la pregunta del periodista sobre “…, ¿qué tiene la variedad Garnacha Tintorera para que se esté poniendo tan de moda?…”, el Sr. Cano olvide resaltar (insisto, creo que por desconocimiento) que fue ya por los años 1.990-95 cuando Mario Bonete (sí, mi padre) el mejor vinatero (a él le gustaba que lo llamaran así) que ha habido en la historia en esta localidad almanseña, visionario como nadie, y muy seguro de sí mismo y del potencial de una variedad autóctona como la Garnacha Tintorera, decidió, comenzar a vinificar y embotellar el producto de estas uvas que, por sus especiales y únicas características, de forma histórica y tradicional, se elaboraban y comercializaban a granel con el propósito de dar color y cuerpo a los abundantes excedentes de vinos blancos de muchas de las zonas vinícolas españolas.
“Estas loco Mario” –le decían sus compañeros bodegueros-. “Te arruinarás si intentas comercializar esos vinos” –apostillaban-. Pero mi padre estaba muy convencido de lo que hacía. Creía con fe ciega en el vino que se podía hacer con la Garnacha Tintorera y…, lo hizo. Fue un auténtico y genuino pionero en el mundo del vino, y de otros aspectos que hoy no comentaré, pero que no descarto hacerlo algún día; pero una de sus mejores cualidades, y que hoy brilla en esta sociedad por su ausencia, y me refiero a la humildad, le impidió el dar a conocer que estaba en la razón y recibir mercedes y honores, al contrario, se puso de perfil y siguió a lo suyo.
Demostró Mario Bonete, vaya que sí, que su “locura” no era tal, y que de arruinarse…., nada de nada. Y todos esos pasos los dio en completa soledad en Almansa, eso sí apoyado por la infraestructura de su empresa, sus colaboradores-hijos, su magnífica plantilla de fieles e incondicionales trabajadores y, no se puede olvidar, con el ánimo y aliento de su gran amigo y confidente Antonino Maciá, secretario de la D.O. Almansa, por entonces.
En aquellos días, en esos años gloriosos en los que, sin ruido pero con una ilusión desbordante se pergeñaba en esta localidad un producto vinícola imposible para todos (menos para Mario Bonete), su empresa Bodegas Piqueras S.A., estaba prácticamente sola en la D.O. Almansa. El tirón de esta señera y ya largamente centenaria bodega, orgullo sin par del sector agroalimentario almanseño, conmocionó y revolucionó de tal forma el ambiente local que consiguió que, poco a poco, fueran naciendo y fundándose nuevas empresas vinícolas…, hasta llegar a hoy en día, en que los productos que se elaboran en la D.O. Almansa, se comercializan en decenas de países extranjeros y se codean con los mejores, sí con los mejores vinos, en los mercados mundiales.
No seré yo (imitando a quienes tacharon en su momento de demente a mi padre) quien minimice el esfuerzo, trabajo, ilusión e inversión de las modernas bodegas que integran en estos momentos la D.O. Almansa, pero sí quiero alzar la voz, poner negro sobre blanco que fue Mario Bonete, mi padre, joven telegrafista reconvertido por propio esfuerzo en un vinatero forjado en las Bodegas Colomer, quien sacando de la nada una pequeña bodega de su suegro, marcó un camino, una senda que hoy siguen con gran éxito y fortuna los jóvenes enólogos que trabajan en las empresas de la D.O. Almansa.
Si este escrito que hoy ve la luz, sirve para remover conciencias, y logra que, cuando se hable de la D.O. Almansa no se olvide por desconocimiento a una persona honrada, a un vinatero puro, esencial, convencido y enamorado del vino como lo fue Mario Bonete, y que se le sitúe en el lugar que la historia le tiene reservado, habrá cumplido con creces el objetivo con el que fue redactado.
Saludos a todos.
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