NOTA: las imágenes de las piezas cobradas en la montería del pasado día dos de diciembre de 2023, celebrada en la sierra de Almansa, se pueden ver en www.almansadigital.org debido a que Facebook censura este tipo de fotografías). La imagen que se ve en Facebook es propiedad intelectual de Paulino RUANO.
Luis BONETE. Periodista. Copyright-2023
Hoy se hacen públicas estas imágenes con el propósito de que cada miembro de este grupo o quien las puedan ver en la web www.almansadigita.org , valoren en conciencia, si las monterías (LEGALES), gestionadas por la Unión Cinegética Almanseña y con el VºBº de la Consejería de Agricultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que se vienen celebrando en la Sierra de Almansa merecen una aprobación MORAL. Una cosa sí es cierta: es más que evidente que del desarrollo de esta actividad cinegética se desprenden auténticas y horrorosas matanzas de cérvidos, muflones, gamos, corzos y jabalíes. La pregunta es pues, si esta actividad entronca con la sensibilidad de la sociedad actual en general, con y la reciente aprobación de la Ley de Protección Animal.
ANTECEDENTES. Los antecedentes de la presencia en los montes y sierras almanseñas de cérvidos, muflones y corzos, es reciente; apenas unos cuantos años. Debido a varios incendios, pero sobre todo al ocurrido en la zona de Muela de Cortes y que afectó a poblaciones como Cortes de Pallás y que luego se extendió sin control por los términos de Dos Aguas, Llombai, Real, Catadau, Turís, Alborache, Carlet, Tous, Montroy, Macastre y Yátova, la población animal de la zona huyó despavorida buscando refugio, y buena parte de la misma recaló en el término almanseño, encontrando en la serranía local un territorio, en principio, ideal para su desarrollo, alimentación y cría y.
Este hecho no pasó desapercibido para la Unión Cinegética Almanseña (UCA) que, con la experiencia lograda tras muchos años de organizar batidas exclusivas de caza de jabalí, vio en la proliferación de estas especies la posibilidad de realizar monterías y lograr con ellas, aparte de ofrecer a sus socios y aficionados una nueva actividad deportiva desconocida en estos lares, una buena y jugosa fuente de ingresos.
FIN DE LAS PIEZAS. Ciñéndonos a las piezas cobradas en las monterías en Almansa, estas pueden tener dos finales: o son previo pago adquiridas por empresarios carniceros con el pertinente informe veterinario, o en caso contrario, los restos animales son conducidos a puntos determinados donde tras ser depositados en una fosa y “sazonados” con cal viva, se procede a su enterramiento. En Almansa concretamente, se actúa así en un determinado lugar en la zona conocida como El Saladar.
PARTICULARIDADES DE LA MONTERIA DEL DÍA DOS DE DICIEMBRE de 2023. Congregó a numerosos aficionados que fueron distribuidos en 90 puestos de espera en una amplia zona serrana que contempló, ENTRE OTROS, parajes como La Segurana, Cabezo del Moro o La Fuente del Rebollo. Toda esa amplia zona serrana fue “identificada” previamente con tablillas que anunciaban de la realización de la montería con el fin de mejorar la seguridad y en evitación de accidentes. En concreto, los animales cobrados el pasado sábado día dos de diciembre, no fueron destinados a ser vendidos como carne, sino que su destino fue la fosa de El Saladar. Pero existía la posibilidad de que si cualquiera de las piezas muertas fueran del interés del cazador autor de su muerte por su cornamenta o puntas, esa pieza podía ser decapitada (como se aprecia en las imágenes) y su propietario, tras abonar un jugoso plus económico a UCA, y provisto de un certificado veterinario, llevar esa cabeza a un taxidermista. Los precios de las monterías, como se puede ver en el cartel anunciador son:
MONTERÍAS SUELTAS
- Caza Jabalí: socios UCA 50 eur. Jabalí, Ciervo y Muflón: 120 euros.
- Caza Jabalí: No socios UCA 100 eur. Jabalí, Ciervo y Muflón 180 eur.
EL MUNDO DE LA MONTERÍA
Se trata de la modalidad reina de la caza mayor en España. La montería española es una modalidad cinegética típica y exclusiva de la península Ibérica –la montería en Portugal es una derivación de la española–, que cuenta con más de ocho siglos de antigüedad. Su origen se remonta, concretamente, a zonas remotas de Andalucía y Extremadura. Aunque como toda actividad ha ido cambiando y se ha ido modernizando, mantiene esa esencia de la caza antigua.
Cada año, al llegar el mes de octubre, se abre la veda general y comienzan las monterías que se sucederán hasta mediados del mes de febrero, aproximadamente. Se trata de una forma única e inigualable de cazar ciervo, jabalí y, en ocasiones, muflón y gamo. Encuentra su seña de identidad en la participación indispensable de las rehalas, como elemento diferenciador.
LOS PROTAGONISTAS SIEMPRE HAN SIDO LOS PERROS. La montería consiste en cerrar una determinada extensión de terreno, generalmente de sierra y/o dehesa, con un número acorde de cazadores (monteros) colocados estratégicamente por los postores en lugares de paso y huidas naturales de los animales. Posteriormente, se procede a soltar los perros (rehalas o recovas) de manera simultánea, con la finalidad de batir la mancha y levantar las reses de sus encames. Los monteros intentarán darles caza durante su huida.
Una rehala es un conjunto de perros, antiguamente se consideraba rehala entre 15 y 20 perros, pero los cánones de la actualidad marcan un mínimo de 20 y un máximo de 25, sin contar los cachorros.
Éstos son conducidos por un guía o rehalero. Los perros tienen la misión de encontrar las piezas de caza y acosarlas para conducirlas a los puestos, latiendo en su recorrido para marcar el camino y así, el montero o cazador espera preparado para el disparo. En ocasiones el animal es apresado por los perros y el encargado de su remate es el rehalero o el montero más cercano al agarre.
¿CÓMO SON LOS PERROS DE REHALA?. El perro de rehala viene condicionado por las características del terreno, las especies dominantes de la zona (ciervo o jabalí) y el propio gusto de los dueños.
Los perros de buena rehala deben cazar dispersos, abiertos, que se vean y escuchen sus ladras por todas partes. Que haya perros lejos, otros en la zona media y algunos más cerca del perrero, que no con él. El rehalero cazará despacio, permitiendo cazar a los perros y esperándoles después de las ladras para continuar batiendo el monte y no dejar atrás ninguna res. Entre las cualidades que debe tener un perro de rehala destacamos cinco: afición por la caza, olfato, tesón, dicha en el ladrido y valentía. Destacan, sin duda por tradición, las razas podenco, mastín, el cruce de podenco con mastín, y actualmente también sabuesos, grifones y los llamados perros de agarre, entre otros, alanos, dogos y sus cruces.
EL REHALERO O PODENQUERO. El rehalero es la persona que cuida y acompaña a los perros, siendo el factor principal de la calidad de una rehala. Es alguien que tiene afición, amor, vocación y pasión por los perros y por la caza mayor.
Cuando conduce a sus perros por el monte procura que sobresalgan sobre los demás, esperando la felicitación o la crítica, según el resultado del trabajo.
Entre su característico atuendo podemos encontrar zahones, polainas, cuchillo de remate y caracola para llamar a recogida a los perros. Por seguridad con los cazadores, su atuendo actual también incluye algún elemento que destaque visualmente entre el monte.
El trabuco, casi en desuso, se utilizaba para echar las reses hacia adelante, para animar la sierra y para forzar la huida de aquellos verracos que se hacían fuertes frente a los perros sin querer dejar el encame.
EL PERRO DE SANGRE. El perro de sangre ha ido cobrando cada vez más relevancia en la montería. Fiel compañero, es aquel que se utiliza para el rastreo de piezas de caza mayor heridas. El perro, al finalizar la montería por seguridad, nunca en el trascurso de la misma, llevará a su guía hasta la pieza buscada, muerta o viva, para recuperar su carne o trofeo o para su remate, evitando así el sufrimiento innecesario del animal.
La Asociación Española del Perro de Sangre (AEPES) se fundó para divulgar y promocionar el rastreo con ayuda de perros de piezas de caza mayor heridas, como contribución a una forma de entender la caza en la que se valoran los aspectos éticos y tradicionales de esta actividad.
Las cualidades de un buen perro de sangre: – Instinto. – Buena nariz. – Valentía. – Resistencia física y psíquica. – La capacidad de ladrar al encontrar al animal.
Razas aptas: Hay un gran número de razas perfectamente aptas para este menester, incluso hay buenos perros de sangre mestizos o sin raza definida, generalmente en manos de guardas de caza.
En nuestras monterías es habitual ver el sabueso de sangre de Hannover, el sabueso de montaña de Baviera, el teckel, jagd terrier y, recientemente, Jack Russell terrier.
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