Mi participación en la Semana Santa publica de nuestra querida ciudad de Almansa cobra sentido si analizo, primero mis orígenes y educación, y seguidamente mi paso por el ejército que, aunque se debió al forzado reemplazo de obligado cumplimiento en aplicación de las leyes de entonces, si pude decidir alistarme voluntariamente a la Legión Española, por lo que la figura de Cristo y su Buena Muerte marcaron sin duda, las tribulaciones de la recién adquirida adultez social.
por Javier MACIÁ
Cofrade. Copyright-2024
Mi participación en la Semana Santa publica de nuestra querida ciudad de Almansa cobra sentido si analizo, primero mis orígenes y educación, y seguidamente mi paso por el ejército que, aunque se debió al forzado reemplazo de obligado cumplimiento en aplicación de las leyes de entonces, si pude decidir alistarme voluntariamente a la Legión Española, por lo que la figura de Cristo y su Buena Muerte marcaron sin duda, las tribulaciones de la recién adquirida adultez social.
Pero he de describiros esos dos momentos, que a buen seguro coincidirán en muchos aspectos con los de tantos contemporáneos, y vecinos míos.
La memoria en demasiadas ocasiones nos equivoca. Por ello simplemente me limitare a recordar, en primer término, la experiencia de haber corrido a esconderme en casa de mi abuela Carmen, que vivía debajo de mi casa, al ver como ciertos individuos disfrazados de capuchinos bajaban por la calle, entonces General García Valiño desde la placeta de Sendra, directos a la puerta de mi casa. Debía tener unos cuatro años o menos. Yo nací en 1966 en el día de la Merced. Así lo recuerdo, y para nada indica la concreción de fechas en que pudiera entonces, haber en Almansa procesión alguna de Hermandades y Cofradías.
No obstante, y en esto mi memoria es muy clara, recuerdo con mucho entusiasmo acudir de la mano de mi padre y durante varios años, a la procesión del domingo de Ramos y a la recreación del encuentro entre Jesús y su madre María (la Virgen de Belén), en las fechas que todos conocemos y a las horas que todos sabemos, es decir el domingo de Resurrección por la mañana.
Llegados aquí, podéis entender que mi participación en la Semana Santa almanseña por aquellas fechas era simple y exclusivamente, más que fruto de la admiración, curiosidad y expectación ante las imágenes, el público, la música de la banda y la propia celebración festiva.
LEGIÓN. Y pasaron los años. Murió el dictador y llego la democracia y la transición política. Así que metidos en la mitad de la década de los 80, mi adolescencia llega a su fin, el día que recibo el llamamiento militar, se practica el sorteo de destinos y decido alistarme a la Legión. Mi admiración por este cuerpo de ejército era previa. Quizás mi paso por asociaciones jerarquizadas y de disciplina cristiana, me abocaron a ello y desarrollaron mi sentido patrio, incardinado en un significativo amor por la familia, el pueblo y la nación.
Al desembarcar en Ceuta y con destino a la IV Bandera Legionaria, hogar donde se fundó, era muy consciente de lo que hacía.
Fueron casi dos años en los que la fe se hizo muy presente en mí y todo gracias a la magnánima presencia del Cristo de la Buena Muerte, al que rendimos más que honores y verdadera devoción como Caballeros Legionarios. Esto aún perdura, y bien lo saben aquellos que me conocen.
Ahora que ya conocéis la base de mis experiencias, puedo comenzar a narrar los hechos siguientes, y que tan solo quieren ser un análisis desde la autenticidad que me presta el haber sido participe y en ocasiones protagonista. Os voy a hablar de resurgimiento de las procesiones de Semana Santa en Almansa y de su actual coyuntura.
Corría el invierno de 1993 cuando de parte de D. Ángel Infantes García, empresario almanseño del calzado y D. Fermín Cerdán Gosalvez, Exalcalde de la localidad, recibí el ofrecimiento para aprovechar la oportunidad de colaborar como portador de las andas que se habían preparado para procesionar a la imagen de Jesús del Calvario, titular de la Hermandad religiosa del mismo nombre.
Con ello y mi afirmativa aceptación pase a formar parte de un grupo de almanseños, que posteriormente seriamos protagonistas como “costaleros del calvario “, y comenzaría una etapa de mi vida que me aportaría inolvidables experiencias.
EL CALVARIO. La Hermandad del Jesús del Calvario y María Santísima de la Esperanza se constituyó dos años antes a esta fecha. Había hecho el encargo de la talla de una imagen para consagrar la titularidad, al artista andaluz Antonio Dube De Luque, siendo hermano Mayor, Francisco Arques y Capataz del paso de pasión de Cristo, D. Ángel Infantes García.
En la Semana Santa del año 1994 realice mi primera salida en la estación penitencial del Jueves Santo (madrugada del viernes) a las 12 horas de la noche. Para mí y a todos los efectos en esos años la Semana Santa se componía de los siguientes eventos públicos procesionales: Tradicional Domingo de Ramos, Estación penitencial de Jesús del Calvario, Santísimo Entierro de nuestro Señor Jesucristo y Procesión del Encuentro.
Es en este momento cuando me siento integrado en la comunidad cristiana como verdadero participe de mi fe. Hacia 6 años que había abandonado el ejercito y supongo que el recuerdo de la experiencia en Málaga junto a mis hermanos legionarios, durante el desarrollo de su día más grande, reafirmo mi necesidad de manifestarme cristiano hijo de Dios.
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