Los años de soledad del Calvario en la Semana Santa Almanseña
«…, finalizada la Semana Santa del año 1994, el balance positivo que se hizo desde la Junta de Gobierno de la Hermandad de Jesús del Calvario y María Santísima de la Esperanza, planteaba las reales posibilidades de que las procesiones religiosas en Almansa se fortalecerían, y fueran primorosas realidades de fe y esperanza, para un colectivo ciertamente amenazado por el notable incremento de actitudes políticas generales, que terciaban sobre la confesionalidad de la ciudadanía y el laicismo institucionalizado…».
Por Javier MACIÁ. Cofrade. Copyright-2024
Finalizada la Semana Santa del año 1994, el balance positivo que se hizo desde la Junta de Gobierno de la Hermandad de Jesús del Calvario y María Santísima de la Esperanza, planteaba las reales posibilidades de que las procesiones religiosas en Almansa se fortalecerían, y fueran primorosas realidades de fe y esperanza, para un colectivo ciertamente amenazado por el notable incremento de actitudes políticas generales, que terciaban sobre la confesionalidad de la ciudadanía y el laicismo institucionalizado.
Pero ¿dónde radica el éxito de aquella Semana Santa de 1994? Con más que cierta retrospectiva histórica, sino más bien fruto de haber participado sin descanso desde entonces en estas celebraciones, puedo afirmar que las razones de aquella cimentación fueron: primeramente la voluntad cierta de los promotores, es decir los fundadores de la Hermandad; recordemos aquí, que hicieron un esfuerzo grandioso por encargar y adquirir la imagen de Cristo aferrándose a la Cruz, y que se puede admirar en la Iglesia de la Asunción, en toda su belleza y esplendor, así como la elaboración de unas andas, a modo de Trono, para la citada imagen, fabricada por el carpintero almanseño Martin Baeza (RIP), y después y no menos importante; el esfuerzo de quienes fueran nombrados Capataces de los pasos; Ángel Infantes García, paso de Jesús del Calvario y Fermín Cerdán Gosalvez, paso de la Esperanza.
Con referencia a los fundadores de la Hermandad, y como bien debéis entender dado el ínfimo escalón que por entonces sujetaban mis pies dentro de la organización, tan solo puedo describir la información que recibía y que ahora tiene su importancia para narrar los hechos. La Hermandad de Jesús del Calvario de Almansa tiene su alumbramiento bajo el ejemplo de la Real e Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora en su Soledad, de la ciudad de Huelva. Esto es sumamente importante, ya que la estación penitencial de Almansa en el Jueves Santo, adoptará las tradiciones en vestimenta, organización y ordenes de salida, así como acompañamientos de base, de la mencionada hermandad onubense.
Así que, y esto lo supongo, en la cabeza de todos y cada uno de los hermanos constituyentes debía estar fijada la idea de que la imagen de Cristo procesionara por las calles de Almansa, a hombros de aquellos almanseños que quisieran participar.
Quizás, fruto de este deseo es el viaje realizado a Huelva, para recibir de la Hermandad madre, unas armaduras y estructuras de un trono onubense en desuso, para intentar acoplar el estilo andaluz a la procesión del Jueves Santo almanseño, y que tendría por protagonistas, la belleza de Jesús del Calvario y sus costaleros anónimos. Asistieron al citado desplazamiento, Los dos capataces de paso, Infantes y Cerdán, Jesús Yáñez (segundo capataz de Cristo, por esas fechas) y el fallecido Miguel Cuenca (RIP) que formaba parte de la cuadrilla de hombres de carga.
Otra suposición es el hecho de que, viendo la insuficiente colaboración, o quizás siendo menos ambiciosos, la estructura final del paso de Jesús del Calvario se viera completada por 12 puestos de carga en las andas que el afable Martin Baeza había construido para ello, olvidando los promotores la posibilidad de imbuir a los creyentes de Almansa, en la tradición de procesionar como “Costaleros “, en el modo andaluz.
Jesús del Calvario procesionaria de esta manera hasta el año 2014. Doce hombres de trono, como se conocen en Málaga, o anderos en tierras castellanas y su capataz al mando, escoltado por dos hermanos cofrades con su reglamentaria vestimenta, habito negro con cinturón de esparto.
Asentado este grupo de trabajo, las iniciativas de la Hermandad se derivan hacia la publicitación de las procesiones para años venideros. Es de justicia señalar que la instauración del Pregón de Semana Santa en Almansa es impulsada por el Calvario, como lo demuestra el hecho de que el primer pregonero de la Semana Santa Almanseña fuera el almanseño, escritor y periodista José Joaquín Alcocel (RIP).
Con estos mimbres, la Semana Santa renacía a finales del siglo pasado. Tras más de 30 años sin procesiones de hermandes o cofradías y hasta la llegada del nuevo milenio, en que resurgiría de las cenizas de la fe, la Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli de Almansa, es decir, durante siete años, la Hermandad de Jesús del Calvario, procesionó sola y en silencio cada Jueves Santo.
Comentarios recientes