La Esperanza y los Amigos del Marqués
«…, llegados aquí, y quizás fruto de la expectación, la forma de procesionar del Calvario venia singularizando la Semana Santa almanseña. Así que en la lógica más aplastante se puede entender que el Capataz, por entonces Fermín Cerdán, apostase por entronar a la imagen de María Santísima de la Esperanza, en unas andas similares a las que se usaban para el titular. Es decir, madera y traveseros que un grupo suficiente de hombres pudieran portar. Desconozco, el favor o la contrariedad de la Junta de Gobierno de la Hermandad en esas fechas. Pero ¿dónde se encuentra la peculiar manera de procesionar del Calvario, para que la hiciese tan singular?…»
Por Javier MACIÁ
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Llegados aquí, y quizás fruto de la expectación, la forma de procesionar del Calvario venia singularizando la Semana Santa almanseña. Así que en la lógica más aplastante se puede entender que el Capataz, por entonces Fermín Cerdán, apostase por entronar a la imagen de María Santísima de la Esperanza, en unas andas similares a las que se usaban para el titular. Es decir, madera y traveseros que un grupo suficiente de hombres pudieran portar. Desconozco, el favor o la contrariedad de la Junta de Gobierno de la Hermandad en esas fechas. Pero ¿dónde se encuentra la peculiar manera de procesionar del Calvario, para que la hiciese tan singular?.
Debemos fijarnos en los ritos y tradiciones de la hermandad madre. Es decir, en la reglamentación de la Real e Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora en su Soledad, de la ciudad de Huelva. Más concretamente en la forma de andar de los costaleros andaluces, para ser más didáctico y exacto.
La Semana Santa andaluza, especialmente en Sevilla, Huelva y Cádiz, se mueve con los pies del costalero, El costalero carga el trono en la trabajadera que descansa sobre la testuz (nuca, cuello, sobre los dos hombros a la vez) disponiéndose los varales de forma horizontal o perpendicularmente al sentido de la marcha del trono. Y dependiendo del tamaño del paso y de su peso, así se configura la cuadrilla de hombres que son colocados determinantemente según las conocidísimas “igualas”. Todo esto previo al día grande de procesión se puede observar sin las telas que engalanan el trono y cubre maderas y patas, con lo que se puede apreciar indefectiblemente el transcurrir de los pies de los hombres, que apenas se levantan del suelo, pareciendo ser arrastrados y provocando en el oído del admirador la presencia del dolor y el sufrimiento de la carga.
PASO CORTO. El Calvario de Almansa, adopta este tipo de paso: corto, lento, escueto y sin aspavientos marciales, rozando el suelo bajo el peso de su trono y Señor. Y lo más importante, con la trasparencia que evitan las ornamentales telas. Esto, junto al realismo bellísimo de la talla, dotaba a la imagen de vida propia en la procesión, causando admiración y exclamaciones referidas al vitalismo e inhumana divinidad; “parece que anda de verdad”. La pena siempre estuvo en las calles vacías de mucha parte del recorrido, pero eso corresponde a otro análisis social.
Entendido esto, la Esperanza debería procesionar igual. Para ello el Capataz Cerdán, tras un trabajo dedicado, consigue formar una cuadrilla de hombres, a los que merece la pena hacer alusión.
En gran parte esta cuadrilla estaba constituida por un porcentaje considerable de los integrantes del grupo festero Los Amigos del Marqués, grupo al que no me cuesta reconocer como catártico, transgresor e influyente en la forma de celebrar las patronales fiestas de mayo, y al que pertenecí durante algunos años. Y a mi juicio, y es más opinión que constatación, representan la controversia entre lo prosaico y el fervor, entre lo profano y la fe. Puedo asegurar que celebrábamos la Semana Santa en distintos pasos, pero con la misma disciplina y entrega, para luego llegado el 30 de abril, mostrar nuestra algarabía y emoción con las fiestas en honor a la Patrona. ¿Las fechas?. Pues me vuelve a fallar la memoria, pero cuando ellos llegaron a la Hermandad yo ya tenía experiencia de más de cinco años bajo las órdenes del Capataz Infantes, así que presumo que sería entre 1997/98.
Desde ese momento, y hasta su última salida en 2013, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Calvario y María Santísima de la Esperanza, procesionó por las calles de Almansa, a golpes de llamador y en la brisa de un clarinete, un oboe y un fagot, la única forma de tapar si acaso, el silente estruendo de los pies de sus costaleros.
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