PROTOCOLO Y REYES

«Llegadas las Fiestas Patronales, a los almanseños se nos llena la boca hasta el hartazgo de una palabra a la que se le otorga un uso comodón, impreciso e inexacto. Es sorprendente, como mínimo, que ningún responsable, ni de la órbita festera, y tampoco del sector municipal de la Cultura, haya alzado en alguna ocasión la voz para manifestar de forma clara y contundente que, un conjunto de personas representativas bien de grupos festeros, comparsas, reinas, abanderadas…, etc, etc, jamás podrán ser conocidos…«.

Luis BONETE. Periodista. Copyright-2024

Llegadas las Fiestas Patronales, a los almanseños se nos llena la boca hasta el hartazgo de una palabra a la que se le otorga un uso comodón, impreciso e inexacto. Es sorprendente, como mínimo, que ningún responsable, ni de la órbita festera, y tampoco del sector municipal de la Cultura, haya alzado en alguna ocasión la voz para manifestar de forma clara y contundente que, un conjunto de personas representativas bien de grupos festeros, comparsas, reinas, abanderadas…, etc, etc, jamás podrán ser conocidos y mucho menos considerados y/o definidos como “el protocolo”, y me baso en esta afirmación haciéndome eco y dando hoy a conocer ( ya veremos si de algo sirve) que la definición de “PROTOCOLO”que la RAE, en su acepción número tres hace , es la siguiente: Protocolo: 3. m. “Conjunto de reglas establecidas por norma o por costumbre para ceremonias y actos oficiales o solemnes”.

Es evidente pues, que a la luz de la definición que la Real Academia de la Lengua hace de PROTOCOLO, en Almansa, que presumimos, y con orgullo, de la denominación de Internacionales de las Fiestas Patronales, caemos en el error manifiesto una y otra vez de confundir, creo que a sabiendas la mayoría, lo que son reglas a usar para mejor y mayor lucimiento de ceremonias y actos oficiales, con una colectividad de personas que representan a otras. Es incuestionable pues, que a la luz de lo que confirmado está, día sí y día también, se debería de adoptar alguna decisión por parte de quien corresponda en aras de tantear, poco a poco, alcanzar la excelencia de las Fiestas de Almansa.

Pero no acaba aquí la manipulación de los conceptos festeros que, sin culpa alguna, tenemos que soportar en estos tiempos, tras el aterrizaje en el universo festero local de jóvenes que, a fuerza de pretender aparentar ser modernos, actuales, o contemporáneos, se dedican sin pudor alguno a patear de forma inmisericorde algunas de las tradiciones más arraigadas en las Fiestas de Almansa. Y me refiero ahora a la figura festera del acompañante de la Reina de las Fiestas, y de quienes hacen la misma labor con su Corte de Honor. Me parece feo, injusto y más adjetivos que no incluyo, que haya quienes de forma completamente impune y por lo tanto sin ser corregidos, denominen de forma pública REY a quien solamente, y no es poco, acompaña hora tras hora y día tras día a los cargos festeros femeninos más importantes y representativos de Almansa.

Lo que hoy parece no tener importancia (llamar REY al acompañante de una Reina), incluso puede resultar gracioso y motivo de esbozo de una sonrisa por lo ocurrente, mañana, si quien debe no pone de su parte, puede derivar en una surrealista y normalizada denominación que contaminaría de forma relevante las Fiestas Patronales de Almansa.

Posiblemente nadie me vaya a hacer caso…, o sí. Quizás alguien sienta que se le remueve algo por dentro y adopte medidas…, o no. En todo caso, no pretendo pontificar, ni hacerme el listo, tan solo aportar un punto de vista crítico constructivo para que nuestras Fiestas sigan creciendo, y algún día, merezcan, de verdad y no de boquilla, ser consideradas internacionales.

 

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