«he tenido la congruencia de ver y oír con mucha atención el debate que, respecto a la moción sobre el Hospital General de Almansa, el Partido Popular llevó a Pleno el pasado día 27. No entraré en el fondo del debate, porque dar versión de todo lo que allí se manifestó me llevaría un tiempo del que no dispongo en estos momentos, pero sí pondré negro sobre blanco que me alineo más con la posición que sostienen miles de almanseños respecto de que el Hospital de Almansa, de un tiempo a esta parte, ha bajado de forma escandalosa el nivel de atención sanitaria a la que estábamos acostumbrados…».
Luis BONETE. Periodista. Copyright-2024
He tenido la congruencia de ver y oír con mucha atención el debate que, respecto a la moción sobre el Hospital General de Almansa, el Partido Popular llevó a Pleno el pasado día 27. No entraré en el fondo del debate, porque dar versión de todo lo que allí se manifestó me llevaría un tiempo del que no dispongo en estos momentos, pero sí pondré negro sobre blanco que me alineo más con la posición que sostienen miles de almanseños respecto de que el Hospital de Almansa, de un tiempo a esta parte, ha bajado de forma escandalosa el nivel de atención sanitaria a la que estábamos acostumbrados.
Pilar Callado, democrática alcaldesa de Almansa, a la que reconozco un buen puñado de virtudes, no tuvo su mejor día y no se ubicó debidamente en su intervención final, concretamente en el turno de respuesta a la intervención del público. Es más, lo intentó con todo su corazón pero finalmente no convenció. Tras una buena diatriba en defensa de la política sanitaria que ponen en práctica sus jefes de partido en Toledo, Callado escoró a barlovento, hacia la manida posición política de que todo era culpa del cha, cha, cha, y ufana y con sentido pontifical ratificó que, “lo que sucede es que hay problemas en la contratación de anestesistas”. Añadió que, “hay que llevar cuidado con los mensajes que se dan”, porque desde su atalaya de progreso se muestra convencida que pueden espantar a los posibles candidatos médicos a llevarnos a los brazos de Morfeo en un quirófano. En un momento dado, y con rictus severo, la regidora, rugió contra quienes, según ella, manifestaban y/o auguraban que el Hospital iba a cerrar, y de nuevo sermoneó a los agoreros que crean una mala opinión sobre el estado del centro sanitario “porque de esa forma colaboran y allanan el camino a las tesis de una posible privatización”.
Pero lo que más me llamó la atención sobre la fiscalización de la participación vecinal tras la finalización del Pleno fue, en primer lugar, el momento en el que, en plan modosito y comprensivo, manifestó estar de acuerdo con los problemas “puntuales” –según ella- que padece el Hospital, y que afectan de forma personal a cientos de pacientes. Acto seguido, cuando parecía que iba a dar una buena noticia, Callado rompió el cántaro y dejó claro que será muy difícil que el problema de anestesistas se resuelva durante los próximos meses, si es que finalmente se resuelve. “Están las vacaciones por delante, y habrá que tener paciencia”, dejó entrever. Que no nos pongamos muy malos, o por lo menos, si nos ponemos, que curemos antes de 36 horas porque si no es así…, ya se sabe…, a Albacete o donde haya hueco. Dita sea!!!!!!. Y en según lugar, vimos a una Pilar Callado un tanto desconcertante, sobre todo cuando en plan sorprendentemente paternalista, y tras escuchar a un integrante de la Coordinadora por la Defensa del Hospital de Almansa, aconsejó: “no preocuparos por las firmas de descontento que habéis recogido, cuando hable con los responsables sanitarios regionales ellos me dicen, y a continuación me reuniré con vosotros y os indicaré a donde debéis de dirigirlas”; algo así como: nenes, estaos quietos, no arméis follón, no salgáis a la calle, sed buenas gentes y aguantar el chaparrón cual humilde Job. Todo esto aderezado con el consabido recado de “si conocéis algún anestesista que se ponga en contacto conmigo porque lo contratan de forma inmediata”. Sencillamente, alucinante. Terminó la regidora más madre que padre pregonando a la Coordinadora: “no os canséis de ir a poner quejas a Atención al Paciente –enfatizó- un día y otro”, sin advertir que todas las reclamaciones son resueltas por el departamento de calidad del centros hospitalario, es decir, personalmente por el Director-Gerente, Antonio Sánchez, al que me referiré en una próxima columna.
No quiero terminar, sin mostrar mi desmedida decepción personal para con Cristian Ibáñez, una persona con la que mantengo una distancia sideral en cuanto a ideas políticas, una circunstancia que nunca ha impedido que le muestre mi respeto, en privado y en público, fundamentalmente, debido a su contrastada coherencia política. Y digo que me ha desencantado, debido a que nunca pude imaginar que se atreviese a mentar y llevar al debate público a los hijos menores de edad de un rival político para, aludiendo a su más que normal comportamiento de inquietud infantil, de la manera más mendaz que conozco, intentar desacreditar y tirar por tierra la honorabilidad del padre de las criaturas. Así no Cristian; esas no son formas, y lo sabes, así que desde mi punto de vista no te queda otra que envainártela, apoyarte en la humildad, reconocer tu error y, de la manera que creas más conveniente, pedir disculpas mientras te prometes a ti mismo que no volverás a caer en la tentación de repetir tan bochornosa intervención; estás tardando.
En cuanto a las críticas que Cristian Ibáñez dirigió a Javier Sánchez debido a que en la moción sobre el Hospital no se usaba el cacareado y ahora progre lenguaje inclusivo, tan solo le recordaré al edil Ibáñez que la RAE considera que el uso del masculino gramatical ya incluye a ambos sexos, considerando innecesario y artificioso modificar las estructuras lingüísticas existentes para incluir formas como «todas», «todes» o el uso de la letra «e» como en «niñes». La RAE sostiene que el español es un idioma en el que el género gramatical no siempre coincide con el género biológico y que el masculino, al funcionar como término no marcado, cumple la función de representar a ambos sexos en contexto general. Por ello, Cristian Ibáñez y muchos más, parecen desconocer que la Academia recomienda evitar el desdoblamiento excesivo y la creación de palabras que consideran artificiales y ajenas a la estructura del español.
Suficiente y aclaratorio, digo yo.
Comentarios recientes