«…, el año 2003 será un ejercicio clave en la Semana Santa almanseña, ya que es el momento en el que desde gran parte de las entidades religiosas que la organizan, se fomenta la creación del organismo regulador de las mismas. Se trata de la Agrupación Interparroquial para la Semana Santa de Almansa. Pero, ¿Cómo se entiende esta necesidad de regular?…»
Javier MACIÁ
El año 2003 será un ejercicio clave en la Semana Santa almanseña, ya que es el momento en el que desde gran parte de las entidades religiosas que la organizan, se fomenta la creación del organismo regulador de las mismas. Se trata de la Agrupación Interparroquial para la Semana Santa de Almansa. Pero, ¿Cómo se entiende esta necesidad de regular?.
En capítulos anteriores, quedaba descrita la nueva sociedad almanseña tras la transición política, y ponía como ejemplo el fenómeno festero, en el que se hizo vital la creación de la Agrupación de Comparsas, entorno al ideal de la Patrona, que debió también conjugarse con la tradicional fiesta manchega y grupos festeros alternativos.
Se estableció así, un órgano regulador entre las comparsas desde el que defender este modelo festero (importado), frente al Ayuntamiento y como alternativa, engrandeciendo el escenario cultural y la oferta turística. Podría escribir también sobre este tema, ya que, en los años 90, fui protagonista también, al participar directamente en la Comparsa Corsarios, la Agrupación de Comparsas y el Consejo Municipal de Fiestas, pero esto ahora es anecdótico.
Lo realmente importante aquí, es explicar como y que motiva la fundación de la Interparroquial almanseña. Y si, también en este ámbito, cuando surgen alternativas, hacen acto de presencia las discusiones y las opiniones varias, e indiscutiblemente la disparidad de criterios, ha de ser armonizada. Veamos un poco el escenario.
Hasta el resurgimiento de la Archicofradía de Medinaceli, únicamente desde la Hermandad del Calvario se venía promocionando la Semana Santa almanseña, y se hacía o se consiguió principalmente, con la instauración del Pregón de Semana Santa. Este es un primer punto a tener en cuenta. Recordemos aquí, que, hasta la llegada del Calvario a las calles de Almansa, tan solo tres procesiones, y hay que mencionar ahora su carácter popular en cuanto a la participación y eclesial (desde las parroquias) en cuanto a su organización, conformaban el cartel procesional de la localidad, en la Semana Santa.
Lógicamente el protagonismo del Calvario crece, y al crear el evento del pregón, se establece un evento que hoy ya es tradicional y forma parte de la programación por derecho propio. Pero con la llegada de Medinaceli, aparece la alternativa clara de que no sea siempre la Hermandad del Calvario la que organice tal discurso de anunciación y apertura.
Otro aspecto importante fue como determinar, lo que en el argot cofrade, especialmente en la Semana Santa andaluza se conoce como “carrera oficial “, y que para entenderlo basta citar como ejemplo las fiestas de mayo, en las que todos los desfiles principales se ejecutan en un mismo itinerario.
Quizás, por último, sin ser determinante, pudiera esgrimirse el argumentario que establece la necesidad de la Interparroquial, en las propias ambiciones de los fundadores o postulantes de la iniciativa. No obstante, personalmente me consta que fueron un abanico de buenas intenciones para favorecer la organización debido a la importancia adquirida, lo que motivo a los cofrades Luis Bonete Piqueras y Pedro García Cano, a darle forma a este proyecto administrativo, que, únicamente con el propósito de saciar curiosidades, debo indicar que nació de resultas de una conversación entre estas dos personas mantenida en la barra del restaurante Los Rosales.
Así pues, tras lo trámites legales supervisados por la Diocesis -recordad que se trata de una entidad religiosa- la Agrupación Interparroquial quedaría constituida con las atribuciones y estatutos reglamentarios para entrar en funcionamiento.
Una mesa de diálogo para organizar la Semana Santa almanseña en las calles y con representación de las dos Hermandades, las tres Parroquias, la Sociedad de Pastores y la Asociación de la Virgen de Belén, y en la que se sentaba el Consejo Pastoral representado por el párroco de turno, para actuar como consejero espiritual.
A partir de ese instante, la organización de los actos principales, es decir el Pregón, en primera instancia y la coordinación de las procesiones que sobrevivieron durante la transición política, en segunda, eran obligaciones de la Agrupación. No así las dos estaciones penitenciales de miércoles y jueves, pero si tenían estas entidades, es decir Medinaceli y el Calvario, la obligación de comunicar cualquier cambio o modificación en la organización y realización de las mismas, cuando pudieran afectar a los criterios establecidos desde la Interparroquial.
A partir de ese instante cualquier iniciativa en este sentido se debía someter al escrutinio de la Junta de la Agrupación Interparroquial, y quizás es aquí donde los rumores que, a mí, como costalero, me llegaban entonces, referidos a que el Calvario no apoyaba la creación de este organismo, tengan el fundamento.
Como contare más adelante, lo logros de la Interparroquial serían importantes. La creación de la Revista Oficial de Semana Santa, el Concurso de pintura Infantil, o la supervisión de una nueva cofradía, son los más significativos.
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