«…, es necesario remarcar que previamente a este año, que considero especialmente significativo en su calificación, la presidencia de la Interparroquial, había cambiado. Pedro García Cano, activo y prolífico en proyectos, (recuerdo aquí que fue uno de los promotores de la iniciativa interparroquial, junto con Luis Bonete), abandonó el cargo de presidente, que recayó en las manos de José Luis Martínez del Fresno…»
Javier MACIÁ
Semana Santa 2009: Un año para la historia
Es necesario remarcar que previamente a este año, que considero especialmente significativo en su calificación, la presidencia de la Interparroquial, había cambiado. Pedro García Cano, activo y prolífico en proyectos, (recuerdo aquí que fue uno de los promotores de la iniciativa interparroquial, junto con Luis Bonete), abandonó el cargo de presidente, que recayó en las manos de José Luis Martínez del Fresno.
Por su parte, este último, no era menos fervoroso de la fe, y su capacidad de afrontar retos, se vio rubricada en los logros, como demostraran los hechos durante su mandato. Con gran capacidad de trabajo y asertividad en las negociaciones con las entidades, de la mano de este vecino y desde su amabilidad, la cofradía de la Borriquita sembraría la semilla de lo que hoy es una de las procesiones más visitadas y queridas por el pueblo almanseño.
De igual forma supo enfocar el carácter majestuoso de la revista oficial, propiciando su elaboración desde la participación de todas las entidades y colectivos, dotándola de auténtica presencia relevante por su nuevo formato y diseño.
Y no menos importante, supo escuchar la iniciativa que desde la Hermandad del Calvario se puso encima de la mesa, para organizar en años venideros el Concurso de Pintura Infantil para la Semana Santa.
Decisivo y extremadamente participativo, y aunque en alguna ocasión me confeso que no, sigo pensando que contribuyó con su presencia en las dos hermandades protagonistas, al renacimiento de la Semana Santa, ya que yo mismo desde mi puesto de costalero, lo vi vestido con los dos hábitos.
Una procesión más que deseada, amada
Si bien, tal y como relate en mi última narración, la Asociación de Costaleros Miguel Cuenca no surtió el fruto deseado, ya que no se formalizo finalmente, lo que si fue inevitable es la colaboración de todos y cada uno de los hombres de trono que aparecieron bajo las andas de las imágenes para celebrar las rituales procesiones de la Semana Santa.
Quizás el año 2009 sea la culminación de las inquietudes de Luis Bonete, ya que, durante el Miércoles Santo, saldría a la calle portado por 36 costaleros y en la mañana del viernes santo, el Cristo de la Buena Muerte haría lo propio. Ciertamente, y al margen de la satisfacción que el sempiterno hermano mayor de Medinaceli, pudiera sentir, la Semana Santa almanseña, alcanzaba su renacida mayoría de edad, al completar con esta nueva procesión matinal, el ciclo litúrgico que las grandes ciudades y localidades españolas, en su libre voluntad de manifestarse cristianas, adoptan.
La procesión del viernes santo por la mañana, en la que el Cristo de la Buena Muerte sale a las calles de Almansa, es la gran ilusión, un anhelo de Luis Bonete. Previamente, y como ya expliqué en anteriores relatos, esta imagen salió durante algunos años portada a brazo (modo legionario). Era ahora el momento, una vez que se disponía de trono y hombres suficientes, cuando la idea cobra magnitud y presencia.
Fue la admiración del año religioso. Dos capataces, Ricardo Esteban Milán y Jesús Yáñez, comandando a sus hombres de trono para glorificar la presencia de Cristo, detenido (miércoles santo) y crucificado (viernes santo), recorriendo las calles de un pueblo, henchido de fe y rendido a la evidencia.
Así pues, el calendario de celebraciones quedaba elaborado de la siguiente forma:
- Presentación del cartel anunciador y revista oficial; como primer acto en los días previos a la festividad.
- Pregón de Semana Santa.
- Domingo de Ramos; procesión que organizaba ya la Interparroquial desde su fundación y donde todas las entidades religiosas participaban, se refuerza con la primera participación de “La Borriquita “, nueva cofradía en donde los niños serán protagonistas.
- Estación penitencial del Miércoles Santo, a cargo de la Cofradía de Medinaceli.
- Estación penitencial del Jueves Santo, a cargo de la Hermandad del calvario.
- Estación penitencial del Viernes Santo, a cargo de la Cofradía de Medinaceli. (Salida Cristo de la Buena Muerte).
- Vía Crucis Interparroquial.
- Procesión del Santo Entierro (Parroquia de la Asunción)
- Domingo de Resurrección y procesión del Encuentro, a cargo de la Sociedad de la Virgen y la Sociedad de pastores.
Esta explosión definitiva de los actos de celebración, supuso para muchos fieles, amigos y colaboradores, motivos suficientes para engendrar unos lazos eternos de hermandad y fraternidad. Fueron muchos los que, conociéndose durante esos años, y debido a la reincidente colaboración durante esos días de religiosidad, y por extensión de fe, han establecido vínculos perpetuos o al menos reconocibles dentro de sus vidas.
Baste entender que quienes participábamos de tal suerte, acudíamos a todas las procesiones; nos veíamos en el Domingo de Ramos, repetíamos en el miércoles, para decir un; “hasta mañana, nos vemos en el calvario”, y con el chocolate de la madrugada, saludarnos hasta el alba del viernes con el Cristo de la Buena Muerte. Dejar pasar el Santo Entierro y poder disfrutar de la resurrección del Hijo ante la Patrona, en el encuentro siempre enigmático.
Todo esto y al margen de la cantidad de fe que cada uno disponga, se convierte en la literal demostración de amistad, hermandad y fraternidad en buena voluntad. Quizás ese sea el verdadero espíritu de la Semana Santa hoy, y quizás lo fuera siempre. Pero ese es otro debate y otra reflexión.
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