«…, hace seis años, la demora media era de 93 días. Ahora, alcanza los 121. Las listas de espera diagnósticas y quirúrgicas se han convertido en una auténtica vergüenza nacional. Desde que Pedro Sánchez llegó al poder tras prosperar su moción de censura contra Mariano Rajoy, el número de pacientes pendientes de una operación en España ha crecido en 264.322. En junio de 2018 se contabilizaban 584.018 enfermos en esta situación. En junio de este año, la cifra ascendía ya a 848.340…»
Redacción. 2024
Las listas de espera diagnósticas y quirúrgicas se han convertido en una auténtica vergüenza nacional. Desde que Pedro Sánchez llegó al poder tras prosperar su moción de censura contra Mariano Rajoy, el número de pacientes pendientes de una operación en España ha crecido en 264.322. En junio de 2018 se contabilizaban 584.018 enfermos en esta situación. En junio de este año, la cifra ascendía ya a 848.340. Pero más grave aún que el frío dígito, es el tiempo que han de aguardar los enfermos para someterse a una cirugía. Hace seis años, la demora media era de 93 días. Ahora, alcanza los 121. Este pésimo cuadro –tras el que hay rostros concretos y verdaderos dramas–, da una dimensión exacta del peligroso rumbo que han tomado los servicios públicos en nuestro país desde que gobierna el socialcomunismo.
Las razones son múltiples: por un lado, existe una clara infrafinanciación pública. Por otro, una inhibición inexplicable del Ejecutivo ante lo que ocurre. Y, por último, una pésima gestión que no es únicamente imputable al Gobierno o a las autonomías, sino a todas las administraciones, aunque hay que efectuar aquí la precisión de que durante tres cuartas partes de ese tiempo que lleva Sánchez en el poder la mayor parte de las comunidades ha estado en manos de gobiernos de izquierdas.
Señalar que, un manido recurso de la izquierda y la ultraizquierda es achacar a los recortes de Mariano Rajoy toda la culpa de los males que aquejan hoy a la Sanidad. La ministra Mónica García apela a ello constantemente, no se sabe si porque se lo cree de verdad o porque trata con ello de crear una cortina de humo con la que difuminar la responsabilidad atribuible al Gobierno de «progreso», del que ella forma parte. Lo cierto y verdad es que dicho argumento, posiblemente válido en 2018 o 2019, apenas se sostiene transcurridos ya seis años desde la llegada de Pedro Sánchez al poder.
Si tan infrafinanciada estaba la Sanidad cuando alcanzó la presidencia del Gobierno tras la moción de censura de mediados de 2018, ¿por qué no le ha inyectado año a año los fondos suficientes para recuperarla, detrayendo para ello recursos en áreas menos sociales como, por ejemplo, Defensa? ¿Cómo es posible que el gasto sanitario público total no supere todavía el 7% del PIB, según los planes de estabilidad enviados por el propio Ejecutivo a la Comisión Europea, pese a los supuestos destrozos que causaron esos recortes y, desde luego, la pandemia de covid?
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